Entre insultos de Trump a la ciencia, Chile eleva su compromiso climático
¡Hola! Este mes que termina coincide con el cierre de la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas, periodo en el que solo días atrás también se llevó a cabo la Semana del Clima en Nueva York.
Una de las notas altas –desentonada ciertamente– la dio el presidente de Estados Unidos, que no escatimó en ningún insulto, superándose a sí mismo. Entre los analistas con que conversé para medir el alcance de sus palabras hubo quienes las calificaron de desquiciadas, de temerariamente peligrosas, y otros, por el contrario, pusieron énfasis en que, lejos de mostrar poder –al menos en términos climáticos–, los dichos de Trump denotaron desesperación.
¿Por qué? Porque retumban, metafóricamente, en un salón vacío. De manera casi simultánea a su discurso –en que, como sabemos, calificó al cambio climático (calentamiento global) como la “mayor estafa jamás perpetrada en el mundo” y a los miembros de la comunidad científica internacional de “personas estúpidas”–, más de 120 países y la Unión Europea confirmaron su compromiso continuo de reducir las emisiones de carbono, siendo China el país que concentró la mayor atención, mostrándose en la dirección totalmente contraria a la de EE.UU.
En otras palabras, las provocaciones de Trump –aunque peligrosas por la tentación de imitación por lideres populistas como advierte Laura Gallardo, directora del CR2 de Chile– causaron el efecto contrario, siendo un aliciente para la Cumbre del Clima, la COP30, que se llevará a cabo en algunas semanas más en Brasil.
Pero no solo pasó eso, porque mientras Trump trataba de “personas estúpidas” a los líderes científicos –muchos de ellos estadounidenses–, en esa misma semana se dieron a conocer cuatro informes muy importantes para dar cuenta del estado de la naturaleza, la contaminación por gases GEI y la acción climática medida en miles de millones de dólares. Un batacazo de evidencia.
De todo aquello hablaremos en esta edición de Juego Limpio, en la que además destacaremos –con mucho orgullo, por cierto– que seis investigadores del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia CR2 fueron seleccionados como autores del Séptimo Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), consolidando el rol de Chile como actor científico clave en la agenda climática mundial.
Además de esto, el último tema lo dedicaré al desperdicio de alimentos, una crisis ambiental, social y ética que golpea a Chile y al mundo.
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Mientras Trump insulta a la ciencia, Chile eleva su compromiso climático en la Semana del Clima de Nueva York

Por un lado, estuvo Donald Trump; por el otro, el mundo consciente. Aunque en la 80ª Asamblea General de las Naciones Unidas, que termina este martes, quedó clara la urgencia de hacer cambios profundos al multilateralismo para cumplir de forma eficaz, y no solo simbólica, con la misión de proteger a la humanidad, en esta última edición se evidenció que, ante el calentamiento global, la corriente determinante sigue siendo la acción climática, aunque todavía le faltan dientes.
Al día siguiente de las burlas de Trump, 120 naciones y la Unión Europea expresaron su compromiso continuo de reducir las emisiones de carbono. Si bien la mayoría de los líderes no se detuvo de revelar sus tardíos planes de descarbonización, ninguno indicó una reversión en las promesas, como sí hizo el presidente Trump al asumir el cargo.
Los principales anuncios se dieron durante la Semana del Clima en Nueva York, donde más de 100 países adelantaron sus nuevas Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC) con metas al 2035, en preparación para la COP30 de noviembre en Brasil. Entre ellos, Chile destacó por presentar una NDC más ambiciosa, con metas de reducción absoluta de emisiones, fortalecimiento de su compromiso de carbono neutralidad a 2050, además de un enfoque reforzado en adaptación frente a sequías y eventos extremos. También se anunciaron medidas concretas en restauración de bosques y expansión de energías renovables.
En contraste, el panorama global mostró avances desiguales. Según un análisis de Carbon Brief, todos los compromisos presentados hasta ahora cubrirían apenas el 6 % de las reducciones necesarias para limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Aunque la arquitectura del Acuerdo de París sigue vigente, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que los planes deben ir “mucho más lejos, mucho más rápido” para tener un impacto real.
- En América Latina, Colombia reafirmó su estrategia de mitigación y adaptación con enfoque territorial y justicia climática, mientras que Honduras presentó una visión al 2035 centrada en infraestructura resiliente y energías renovables. Nicaragua elevó su apuesta por una matriz energética limpia, aunque su NDC fue criticada por falta de claridad en financiamiento y ejecución. En general, la región mostró señales mixtas, con avances relevantes, pero también desafíos persistentes.
Entre los grandes emisores, los compromisos, aunque ampliamente significativos, siguen siendo insuficientes. China propuso reducir sus emisiones un 7-10 % desde su pico proyectado en 2024 y aumentar el uso de fuentes no fósiles al 30% para 2035. La Unión Europea presentó un rango de reducción del 66,25% al 72,5% respecto a 1990, aunque sin comprometerse a un valor fijo. Turquía, por su parte, propuso limitar sus emisiones a 643 Mt para 2035. Otros países, como Australia, Pakistán y Nigeria, también presentaron planes centrados en transición energética.
Todos estos compromisos alimentarán el reporte de síntesis de las NDC que la ONU publicará en octubre. Este informe consolidará el nivel de ambición global y servirá como base para evaluar si el mundo está en camino de cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Además, será el principal insumo político de cara a la COP30, donde se espera que los países incrementen sus compromisos y acuerden mecanismos para cerrar la brecha de emisiones.
Chile llega bien posicionado al debate, pero como país vulnerable también requiere mayor financiamiento internacional para adaptación y garantizar una transición energética justa. La Semana del Clima dejó en claro que el 1,5 °C aún está en riesgo y que, sin acciones más contundentes por parte de los grandes emisores, el esfuerzo de países más comprometidos, como Chile, no será suficiente para evitar una crisis climática global.
Los informes que remecieron la Semana del Clima en NY

La última semana de septiembre no estuvo solo marcada por los discursos de los gobernantes del mundo, sino también por los cientos de actividades y compromisos que tuvieron lugar lugar durante la Semana del Clima en Nueva York.
En ese marco se dieron a conocer cuatro informes que actualizan la batalla por reducir el calentamiento global. En Juego limpio les proporcionamos una síntesis de cada uno:
- Límites Planetarios 2025
Un nuevo informe del Instituto de Potsdam para la Investigación del Impacto Climático (PIK) alertó que 7 de los 9 límites planetarios que sostienen la vida en la Tierra han sido superados, lo que incrementa el riesgo de desestabilización global. Por primera vez, se confirmó la violación del límite de acidificación de los océanos, sumándose a otros ya transgredidos, como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el uso excesivo de recursos naturales. Los científicos advierten que más del 75% de los sistemas de soporte de la Tierra ya no está en zona segura.

La acidificación de los océanos, provocada por las emisiones de CO₂ y agravada por la deforestación, afecta gravemente la vida marina y amenaza cadenas alimentarias enteras. Especies clave como los corales y los pterópodos ya muestran daños visibles. La combinación de acidificación, pérdida de oxígeno y olas de calor marinas ponen en jaque la función estabilizadora del océano para el clima y la vida en el planeta.
Pese al deterioro, el informe muestra que la acción colectiva puede marcar la diferencia. La recuperación de la capa de ozono y la reducción de aerosoles contaminantes, gracias a políticas internacionales como el Protocolo de Montreal, prueban que revertir el daño es posible.
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- Los países ricos pueden liberar 6,6 billones de dólares al año para acción climática
Un nuevo estudio de Oil Change International reveló que las naciones más ricas del mundo tienen la capacidad de desbloquear hasta 6,6 billones de dólares anuales para enfrentar la crisis climática, si adoptan una agenda fiscal justa centrada en eliminar subsidios a los combustibles fósiles, gravar a los grandes contaminadores, reformar las reglas financieras globales y reducir el gasto militar. El informe, titulado We Can Pay for It, demuestra que la recaudación potencial ha aumentado un 24% en un año y que los fondos públicos necesarios para una transición energética justa y servicios esenciales sí existen.
La investigación desmonta la excusa de la falta de recursos. Mientras comunidades sufren los impactos de fenómenos extremos y crisis sociales, multimillonarios y grandes empresas de combustibles fósiles han acumulado más de 40 billones de dólares en la última década. El informe denuncia esta concentración de riqueza como un obstáculo directo para la acción climática y propone redirigir ese flujo financiero hacia soluciones urgentes, como energías limpias, salud y vivienda. Aplicar el principio de “quien contamina, paga” sería clave para financiar esa transformación.
El estudio también urge a los gobiernos del Norte Global a dejar de bloquear las propuestas del Sur Global para reformar el sistema financiero internacional. Si se aplican de forma coordinada, estas reformas podrían generar otros 4,4 billones de dólares por año.
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- Aumentan compromisos globales de cero emisiones netas pese a retroceso de EE.UU.
El informe Net Zero Stocktake 2025, publicado durante la Semana del Clima en Nueva York por Net Zero Tracker, revela que el 77% del PIB mundial está cubierto por compromisos nacionales de cero emisiones netas, a pesar de la retirada de fondos federales en EE.UU. Además, el número de empresas estadounidenses con metas netas cero creció un 9% en el último año, abarcando ya 12 billones de dólares en ingresos globales. Asia también muestra avances notables, con más compromisos en países como China, India y Japón.
Sin embargo, el informe advierte que la calidad de estos compromisos sigue siendo baja. Aunque muchas grandes empresas de la lista Forbes 2000 ya tienen metas climáticas, la mayoría aún no cumple con los estándares de mejores prácticas. La retirada del gobierno federal estadounidense también ha debilitado la cobertura nacional, mientras que casi la mitad de las empresas y gobiernos subnacionales analizados no tienen aún un objetivo público de reducción de emisiones.
El informe subraya que no adoptar planes climáticos claros pone en riesgo tanto la competitividad económica como la estabilidad ambiental. En un contexto donde la política climática define cada vez más el acceso a inversiones y mercados globales, el cero neto ya no es solo un compromiso ambiental, sino también una estrategia clave para el desarrollo futuro.
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- Gobiernos planean duplicar producción de combustibles fósiles
El Informe sobre la Brecha de Producción 2025, publicado por el Instituto Ambiental de Estocolmo (SEI) y otras organizaciones, reveló que los gobiernos planean producir un 120% más de combustibles fósiles para 2030, lo que sería incompatible con el objetivo de limitar el calentamiento global a 1,5 °C. Esto representa un aumento respecto al informe de 2023, profundizando la contradicción entre los compromisos climáticos asumidos y las políticas energéticas reales. Incluso el objetivo de 2 °C se ve comprometido, ya que la producción prevista lo supera en un 7%.
Pese a que algunos países han comenzado a alinear sus planes con metas climáticas, 17 de los 20 mayores productores aún proyectan aumentos en la producción de al menos un tipo de combustible fósil. Desde 2023, la planificación de extracción de carbón se ha extendido hasta 2035, y la de gas y petróleo, hasta 2050. Los expertos advierten que esta expansión no solo contradice el Consenso de los EAU de la COP28, sino que también representa un desperdicio de fondos públicos en infraestructura destinada a convertirse en activos obsoletos.
El informe insiste en que la transición energética debe ser rápida, equitativa y comunitaria, priorizando las energías renovables y la reducción de la demanda. Sin compromisos firmes antes de la COP30, los expertos advierten que seguir postergando la acción aumentará los daños climáticos y ampliará las injusticias para las poblaciones más vulnerables.
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Científicos del CR2 entre los autores del 7º Informe del IPCC: Chile aporta conocimiento clave al debate climático global

Noticia Mundial. Mientras en Estados Unidos el Gobierno busca cortarles las manos a sus científicos, seis investigadores del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia CR2 fueron seleccionados como autores del Séptimo Informe del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC), consolidando el rol de Chile como actor científico clave en la agenda climática mundial.
- Los académicos Marco Billi, Eugenia Gayó, Nicolás Huneeus, Gabriela Guevara, Mauricio Osses y Pamela Smith formarán parte de un selecto equipo internacional de expertos convocados para este nuevo ciclo de evaluación, el cual incluirá informes fundamentales sobre adaptación, mitigación, vulnerabilidad, emisiones y ciudades.
El IPCC ha fortalecido su metodología para este séptimo ciclo, incorporando mayor diversidad de género, edad y representación geográfica. También sumará un capítulo dedicado a la adaptación climática y un enfoque renovado sobre métricas de impacto, una demanda expresada por varios gobiernos, incluido el de Chile.
“Este informe va a actualizar y profundizar el concepto de adaptación. Evaluaremos la evidencia sobre qué acciones son eficaces y cuáles no lo son”, señala Marco Billi, convocado como autor líder del capítulo sobre adaptación en el Grupo de Trabajo 2.
- La participación chilena no termina ahí. Más de una decena de investigadoras e investigadores del país fueron seleccionados, entre ellos, académicos de universidades y centros como Angélica Casanova, Raúl Cordero, Sandra Cortés, Felipe Feijoo, Alfonso Fernández, Jorge Gironás, Alex Godoy y Paulo Seppi.
CR2: un actor estratégico en la ciencia climática global
La investigadora Laura Gallardo, climatóloga del CR2 y actual vicepresidenta del Grupo de Trabajo 2 del IPCC, liderará la edición del informe especial sobre ciudades y cambio climático, mientras que Pamela Smith será autora líder de ese documento.
Además, Gallardo confirma que los investigadores Nicolás Huneeus y Mauricio Osses integrarán el equipo principal del nuevo informe sobre emisiones de forzantes climáticos de vida corta –como el ozono y el material particulado–, responsables de una parte significativa del calentamiento global en el corto plazo.
Para Cecilia Ibarra, del CR2, la incorporación de los científicos nacionales significa un “reconocimiento de la ciencia en Chile”. Agrega, para Juego Limpio, que los procesos para elegir autores y los coordinadores de los capítulos son muy exigentes y para que se concreten deben ser apoyados por otros científicos latinoamericanos. “En ese sentido es una gran oportunidad para que más ciencia producida en la región tenga una mayor influencia global”, recalca.
La participación de estos científicos no ha sido la única, pues Chile en los últimos años ha tenido una presencia destacada en estas instancias. Investigadores como Anahí Urquiza, Marcela Munizaga, Paulina Aldunce, Martín Jacques, Fabrice Lambert y Pilar Moraga participaron en scoping meetings en Letonia y Malasia, contribuyendo a la definición de los contenidos del nuevo ciclo.
“El nivel de ciencia en Chile se ha incrementado. Tenemos muchas y muchos investigadores bien reconocidos a nivel mundial en relación con diez o veinte años atrás”, detalla Fabrice Lambert, investigador del CR2 y académico UC.
- El informe del IPCC es la base científica que guía negociaciones internacionales en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Su relevancia no solo es académica, sino también política: orienta decisiones de largo plazo y políticas públicas nacionales e internacionales.
La próxima gran reunión del IPCC tendrá lugar a fines de octubre en Lima, Perú, donde se definirá la fecha oficial de entrega de los informes del séptimo ciclo. Su publicación marcará un nuevo hito en el entendimiento global del cambio climático, con el aporte clave de la ciencia chilena.
Desperdicio de alimentos: una crisis ambiental, social y ética que golpea a Chile y al mundo

En otro orden de cosas, el desperdicio de alimentos es hoy uno de los mayores problemas ambientales y sociales del planeta. Según el Food Waste Index 2024 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se botaron 1.050 millones de toneladas de comida desde hogares, comercios y servicios alimentarios, lo que equivale al 19% de los alimentos disponibles para consumidores. A ello se suma otro 13% que se pierde en la cadena de suministro antes de llegar a las góndolas, de acuerdo con la FAO. En conjunto, más de una quinta parte de los alimentos del planeta nunca llega a ser consumida.
En Chile, la situación refleja la misma paradoja global: 5,2 millones de toneladas de alimentos se desperdician cada año. El dato más alarmante es que el 68% de las frutas y verduras producidas en el país no llega a ser consumido. El impacto es múltiple: económico, social y ambiental. El desperdicio de alimentos genera entre el 8% y el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), lo que significa que solo este fenómeno contamina más que la aviación mundial. Además, implica la pérdida de agua, suelo y energía invertidos en su producción.
Para Roxana Núñez, abogada de Greenpeace, se trata de un problema ético: “Cuando sabemos que la agricultura es la principal causa de deforestación y que utiliza el 70% del agua dulce del planeta, resulta inaceptable que terminemos botando una parte importante de esos alimentos. Es un despropósito social y ambiental”. Núñez subraya que reducir el desperdicio debería ser una prioridad climática, porque representa uno de los factores silenciosos que aceleran el calentamiento global.
- El problema, sin embargo, no es solo ambiental. Según el informe Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo 2025, alrededor del 8,2% de la población mundial sufrió hambre en 2024 y un 28% experimentó inseguridad alimentaria moderada o grave. Así, la contradicción es evidente: toneladas de alimentos acaban en la basura, mientras millones de personas carecen de acceso físico y económico a una dieta básica.
Frente a este desafío, diversas iniciativas locales buscan dar respuestas. La Fundación Gastronomía Social impulsa el programa Minga, que rescata frutas y verduras descartadas en ferias libres y capacita a mujeres mayores en técnicas de conservación y elaboración de productos como conservas artesanales.
Este modelo no solo evita pérdidas, sino que también genera emprendimiento y autonomía económica: ya existen cuatro cooperativas de “mujeres mingueras” en comunas como La Pintana y Cerro Navia. A ello se suma el programa Comida para Todos, que articula la entrega de alimentos descartados a comedores sociales, transformando el descarte en platos nutritivos para comunidades vulnerables.
El consenso indica que el combate al desperdicio requiere acciones en múltiples frentes.
- Es clave ajustar la producción para evitar excedentes y cambiar los criterios estéticos que llevan a descartar frutas y verduras “imperfectas”.
- Se necesitan políticas públicas de economía circular, que promuevan la reutilización, el reciclaje y el aprovechamiento máximo de los alimentos.
- Es crucial fortalecer la colaboración entre municipios, bancos de alimentos, empresas, organizaciones sociales y ciudadanía.
El diagnóstico es claro: el desperdicio de alimentos no es solo una pérdida material, es además un fenómeno que profundiza la crisis climática, agrava la desigualdad social y erosiona los recursos naturales.
En un país como Chile, cada vez más golpeado por sequías e incendios, avanzar hacia el “desperdicio cero” no es solo un objetivo ambiental, sino también una necesidad ética y urgente para garantizar un futuro sustentable y justo.
Breves medioambientales que sí importan

Calor extremo en 2025: el cambio climático afectó a 1 de cada 5 personas en el planeta
Entre junio y agosto de 2025, el cambio climático causado por la actividad humana generó niveles de calor inusuales y peligrosos en todo el mundo, según un nuevo análisis de Climate Central. Cada día de ese periodo, al menos 1.800 millones de personas –una de cada cinco a nivel global– estuvieron expuestas a temperaturas influenciadas directamente por el calentamiento global. Casi 955 millones enfrentaron más de 30 días de calor extremo adicional, superando el 90% de las temperaturas históricas locales, incluso en regiones en invierno como América Latina.
Este calor récord alimentó la peor temporada de incendios forestales en Europa, el segundo peor año en Canadá y graves inundaciones en EE. UU., incluyendo una riada mortal en Texas. El estudio se basó en el Índice de Cambio Climático (CSI, por sus siglas en inglés), una herramienta científica que atribuye con precisión la influencia del cambio climático en eventos térmicos extremos.

Chile es sede del Congreso Internacional de Fondos Ambientales RedLAC 2025
Esta semana se desarrolla en Santiago y Frutillar el Congreso Internacional de Fondos Ambientales RedLAC 2025, el primero en realizarse en Chile, organizado por Fondo Naturaleza Chile y la Red de Fondos Ambientales de América Latina y el Caribe (RedLAC). El encuentro reúne a fondos ambientales de todo el mundo, actores financieros, organizaciones internacionales, comunidades y gobiernos para debatir sobre protección del capital natural, innovación en finanzas verdes, inversión de impacto y estrategias “Nature Positive”.
También se abordará el uso de tecnologías e inteligencia artificial para enfrentar los desafíos ambientales. El congreso finalizará con una salida de campo a un parque nacional en el marco del centenario de estas áreas protegidas en Chile.

BBNJ: el nuevo tratado global para proteger la biodiversidad marina
El Acuerdo sobre la Conservación y Uso Sostenible de la Diversidad Biológica Marina fuera de la Jurisdicción Nacional (BBNJ) entrará en vigor en enero de 2026, tras alcanzar 60 ratificaciones. ¿Qué busca? Regular más de dos tercios de los océanos –zonas hasta ahora sin control legal– para proteger su biodiversidad y asegurar un uso más justo de sus recursos.
¿Cuáles son sus claves? El tratado establece la creación de áreas marinas protegidas, exige evaluaciones de impacto ambiental, regula el acceso y la distribución de beneficios de los recursos genéticos marinos, y promueve cooperación científica y transferencia tecnológica, en especial hacia países en desarrollo.
¿Por qué importa? Porque hasta ahora la alta mar estaba expuesta a la sobrepesca y a la amenaza de la minería submarina, que pone en riesgo ecosistemas únicos que tardan millones de años en formarse. Para la ONU, este acuerdo es un “salvavidas” frente a la triple crisis de cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación.

Encuesta revela estancamiento en reciclaje y retrocesos en reutilización en Chile
La cuarta versión de la Encuesta Nacional de Reciclaje y Reutilización Reciclando-ando, realizada por NielsenIQ, junto al Pacto Chileno de los Plásticos y Oceana, mostró que no hay avances significativos en la conducta ambiental de la ciudadanía, pese a la expansión de la Ley REP y a la mayor cobertura de sistemas de gestión. El 53% de las personas declara reciclar, pero las tasas reales no superan el 10%.
Además, el interés ambiental sigue cayendo en las prioridades de los chilenos, ubicándose en el puesto 11 frente a preocupaciones como seguridad y empleo. Aunque aumenta el conocimiento de la normativa, persisten confusiones básicas en la identificación de envases reciclables, a la vez que preocupa el retroceso en prácticas como la compra a granel y la reutilización de envases.
El estudio también evidencia potencial en el compostaje y en la demanda por opciones reutilizables. Un 17% de las personas ya compostan residuos orgánicos y más de la mitad declara interés en hacerlo, mientras que un 76% quiere que los locales de comida ofrezcan alternativas reutilizables, en línea con la Ley de Plásticos de un Solo Uso. Sin embargo, un 57% de la ciudadanía aún recibe plásticos prohibidos en restaurantes. Expertos coinciden en que el desafío es cultural y estructural: se requieren políticas públicas, infraestructura accesible y un mercado que acompañe la disposición ciudadana, además de educación ambiental efectiva que transforme la voluntad en hábitos sostenibles.
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