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Vulnerabilidad de campamentos en Chile y riesgo de desastres Opinión

Vulnerabilidad de campamentos en Chile y riesgo de desastres

Leila Juzan
Por : Leila Juzan Coordinadora clúster social centro científico CIGIDEN.
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La Gestión del Riesgo de Desastres (GRD) se ha posicionado como un tema relevante en el contexto actual de cambio climático y plantea desafíos particulares en Latinoamérica, donde el desarrollo de las ciudades está marcado por la presencia de asentamientos informales. En Chile la realidad no es diferente. Según datos de TECHO-Chile, más de 38 mil familias viven en campamentos en el país y la cifra va en aumento: durante el período 2011-2018 se registró un alza del 57% y, en algunas regiones nortinas, la situación es crítica. En la comuna de Antofagasta, el número de campamentos aumentó en un 443% entre 2011 y 2018.

Los campamentos se configuran como espacios fuertemente expuestos a amenazas naturales, que concentran población vulnerable y las políticas públicas tienen un margen de acción limitado, por lo que se encuentran altamente expuestos, lo que hace deseable trabajar con un modelo de Gestión de Riesgos de Desastres para asentamientos informales, que revierta el escenario actual en que las emergencias precarizan aún más las condiciones de vida de los habitantes y aumentan su vulnerabilidad ante futuros eventos.

En estos espacios existen múltiples capacidades asociadas a la organización comunitaria en pos de un objetivo común, que permiten generar redes entre diversos actores, desplegar sus conocimientos territoriales y poner conocimientos personales al servicio de la comunidad. Las capacidades que presentan, en mayor o menor medida, los campamentos, resultan útiles para fortalecer las distintas fases de la gestión del riesgo de desastre, que en su estado actual no se adapta de la mejor manera a las condiciones particulares de este tipo de asentamientos.

Resulta razonable proponer una estrategia para abordar la GRD que utilice espacios que ya existen y articulan a los habitantes, como las organizaciones funcionales/territoriales. Precisamente, se requiere de un modelo que plantea a los comités de vivienda como un ente que se relaciona con los otros actores, generando una red de trabajo a diferentes escalas que incluye a la municipalidad, el ministerio, Onemi y otras organizaciones de la sociedad civil.

De esta manera, se busca mejorar los canales de comunicación entre los organismos, y terminar con el escaso desarrollo en las fases de prevención/mitigación y preparación que existe en estos espacios, con el objetivo de lograr avanzar y visibilizar la GRD para campamentos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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