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¿Tropas estadounidenses en Chile? Opinión Imagen: Ejército de Chile

¿Tropas estadounidenses en Chile?

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Gabriel Gaspar
Por : Gabriel Gaspar Cientista político, exembajador de Chile y exsubsecretario de Defensa, FFAA y Guerra.
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La política de Defensa no puede ser candorosa o idealista, como sería pensar que hoy impera la cooperación entre todos los habitantes del planeta. Me gustaría, pero planificar sobre ese supuesto sería enamorarse de una idea y negar la realidad.


El titular suena sensacionalista, pero es efectivo. Por estos días centenares de militares norteamericanos están en suelo nacional, pero nada de alarmas, todo es conforme a la ley y reglamentos.

Efectivamente, en estos días se desarrolla el ejercicio internacional “Estrella Austral”, organizado por Chile, con el apoyo del Comando Sur de EE.UU. y al cual concurren delegaciones de varios países, algunos con tropas y otros con observadores. Se trata de ejercicios, que involucran preferentemente a tropas especiales, que permiten un elevado nivel de entrenamiento e intercambio de experiencia.

Según la información, en esta oportunidad (es un ejercicio que ya tiene varias versiones previas) las acciones se desarrollan desde Arica a Magallanes y es el más numeroso de su historia. La mayoría de los participantes son chilenos, y de las delegaciones concurrentes, la principal es la estadounidense, con poco más de 800 efectivos.

Por cierto, la mayoría de los países participantes son latinoamericanos, pero también están presentes delegaciones de España y Japón.

La simulación de “Estrella Austral” es el empleo de una Fuerza Internacional que por mandato de Naciones Unidas debe desplegarse en un teatro imaginario, lo que permite planificar, alistar y emplear a tropas de diversos países, bajo un mando común. Todo ello redunda en fructíferas experiencias de interoperatividad y colaboración.

Asimismo, destacan los conceptos que contiene la información suministrada por la embajada de EE.UU. con motivo de estos ejercicios, anunciando recientemente que el jefe del Comando Sur de ese país, almirante Alvin Holsey, visitará Chile la próxima semana para sostener reuniones con autoridades del Ministerio de Defensa y de las Fuerzas Armadas, y asistir a eventos relacionados con el ejercicio militar multinacional “Estrella Austral 2025”.

En el comunicado de prensa, literalmente se señala que “su viaje subraya la larga historia de colaboración entre ambas naciones. Estados Unidos considera a Chile como uno de sus aliados estratégicos más importantes en Latinoamérica, gracias a sus excelentes relaciones militares bilaterales, así como a su liderazgo en la promoción de la cooperación regional en seguridad, colaboración en defensa y las alianzas multinacionales”.

Es interesante comprobar la magnitud de la cooperación militar existente y, además, los juicios emitidos por su diplomacia, que resaltan más en estos días en los cuales, con ocasión de los diferendos con el Gobierno de Netanyahu, se ha abierto un amplio debate.

La realización de “Estrella austral” nos debe llevar a poner la atención en un punto cardinal de la política de Defensa.

La dimensión internacional de la Defensa Nacional

Cuando un Estado se defiende, lo hace con todo. Es lo que en el mundo de la defensa se denomina Potencial Nacional, que a lo menos tiene cuatro componentes: los aliados internacionales (tarea íntimamente ligada a la política exterior), la economía y su capacidad de suministrar los recursos para la disuasión o la guerra, y el más importante: la cohesión nacional, el apoyo de la población a los Objetivos Nacionales, una sociedad dispuesta a movilizarse en defensa del país.

Por cierto, el cuarto elemento es el propiamente militar, el cual no puede improvisarse y requiere de una rigurosa planificación que defina bien los objetivos, y los recursos humanos y materiales necesarios para alcanzarlos.

En el momento histórico en que nos encontramos es más necesario que nunca tener una acabada apreciación del entorno global y regional en el cual nos encontramos. Ese es el escenario en el cual debemos cautelar nuestros Intereses Nacionales, y entender, aunque sea majadero, que esta es una tarea estatal, que interesa y comprende a todo el espectro nacional. No es un tema de la contingencia, sino permanente, de objetivos a largo plazo.

Como se ha señalado reiteradamente vivimos un momento de reconstrucción del orden mundial y no sabemos cuándo concluirá ni cuál será su desenlace. También sabemos que las potencias están dispuestas a usar la fuerza para sostener sus posiciones. Buena parte de los países se están rearmando. ¿Qué hacer? Lo primero es lo obvio, asumir un debate de características estatales sobre esta problemática, que actualice nuestra visión y nuestra política.

Ojo: esto es vital para definir nuestra política de Defensa. A menudo se malentiende que algunos énfasis, importantes sin duda para todas las políticas públicas, se pueden transformar en la política misma. Por ejemplo, es bueno que la trasparencia sea rápida, oportuna y accesible, pero la trasparencia es un mandato para todo el quehacer del Estado y no puede ser el contenido articulador de la política de Defensa, y esto vale para otros énfasis que conocemos.

La política de Defensa no puede ser candorosa o idealista, como sería pensar que hoy impera la cooperación entre todos los habitantes del planeta. Me gustaría, pero planificar sobre ese supuesto sería enamorarse de una idea y negar la realidad. La ingenuidad es muy tierna en los niños, pero en los adultos tiene otro nombre.

Por cierto, dentro de la política internacional permanente está el que Chile necesita, le conviene y sobre todo cree, en la necesidad de un orden internacional regulado conforme a derecho y autoridades multilaterales. En el ámbito internacional eso entre otras cosas implica cooperar, en la medida de nuestros recursos y de acuerdo a nuestras prioridades, en el mantenimiento de la paz en el planeta, conforme a las resoluciones de Naciones Unidas.

Hoy desgraciadamente no pasa eso, pues desde hace tiempo  nuestro aporte total no alcanza ni siquiera para conformar una patrulla, sumando todos los efectivos enviados a estas tareas. Contrasta a veces con la cantidad de viajes, de delegaciones numerosas que cubren compromisos en lugares remotos del planeta.

El mundo está cambiando… y cambiará más. Mantener un eficiente grado de alistamiento de nuestras FF.AA. nos permite asegurar la paz y contribuir a su mantenimiento. De paso, consolida alianzas y proyecta nuestra estatura estratégica, en un esfuerzo al cual invitamos a países amigos, empezando por nuestros vecinos. “Estrella Austral” es un ejemplo de ello.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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