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En las entrañas del Tren de Aragua: la investigación que desnudó su maquinaria de lavado de dinero Investigación

En las entrañas del Tren de Aragua: la investigación que desnudó su maquinaria de lavado de dinero

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Carlos Basso Prieto
Por : Carlos Basso Prieto Unidad de Investigación de El Mostrador.
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Indagatorias en Puerto Montt, Iquique, Valparaíso y otras ciudades permitieron reconstruir la forma en que la organización criminal saca los dineros que obtiene de de todo tipo de delitos que comete en Chile: desde estafas telefónicas y extorsiones hasta secuestros y trata de personas.


“Operación monopolio” es como se llamó una de las cuatro investigaciones policiales que desembocaron en la detención de 52 personas, acusadas de pertenecer a la red de lavado de activos del Tren de Aragua en Chile, por montos que -de momento- alcanzan los 13.5 millones de dólares.

Las otras tres investigaciones, incoadas en las fiscalías regionales de Tarapacá, Valparaíso y Los Lagos, eran más “tradicionales”, dado que estaban directamente relacionadas con la organización criminal transnacional y el destino de los dineros obtenidos por esta de la mano de los delitos que más la identifican: trata de personas con fines de explotación sexual, tráfico de migrantes, secuestros extorsivos, homicidios, tráfico de drogas y otros crímenes de calados semejantes. 

Sin embargo, “La Operación monopolio” era -al inicio- algo muy distinto: se trataba de un foco investigativo abierto por la Fiscalía de Análisis y Focos Investigativos (Sacfi) de Los Lagos, en el cual se pidió a los detectives de la Agrupación de alta complejidad y crimen organizado de la PDI de la Prefectura de Llanquihue que analizaron cerca de 1.500 denuncias por delitos supuestamente “menores”: estafas telefónicas, extorsiones, llamadas en las cuales se pedía a las víctimas rescate por un supuesto secuestro, ofertas de bienes y servicios (como arriendos) inexistentes en el Marketplace de Facebook y otros hechos semejantes.

De a poco, los detectives comenzaron a notar patrones comunes en cerca de la mitad de los casos: desde expresiones verbales hasta números repetidos, por lo cual muy pronto les quedó en claro que detrás de todos estos hechos había una organización extranjera que finalmente fue identificada: era una “franquicia” del Tren de Aragua; es decir, un grupo delincuencial autorizado a usar dicha marca criminal, a cambio de pagar un impuesto mensual y entregar parte de sus ganancias a la organización venezolana. 

Se trataba de una banda muy bien organizada, 17 de cuyos integrantes fueron arrestados en el raid policial del miércoles pasado, incluyendo al líder, que residía en Antofagasta. Sin embargo, había mucho más detrás de esa banda.

El pitufeo

Los mismos detectives, así como el fiscal a cargo de la “Operación Monopolio”, se dieron cuenta también de que varias de las cuentas bancarias de los implicados en esos delitos se cruzaban con las cuentas que usaban otras personas, esta vez derechamente pertenecientes a la orgánica del TDA, como sucede con “Los hermanos Cartier”, facción que operaba en la Región de Los Lagos, con base en Puerto Montt pero que, sin embargo, era dirigida desde Colombia por Gabriel Acosta, más conocido como “Cartier”. 

Se trata de un sujeto de alta peligrosidad que nunca en su vida ha pisado Chile, aunque es probable que lo haga pronto, dado que tras ser detenido en abril pasado, actualmente está a la espera de ser extraditado.

Por supuesto, muchos de los antecedentes se repetían en otras investigaciones a lo largo del país: en Iquique, en Valparaíso y también en Temuco donde, como informó El Mostrador, se encontraron depósitos realizados desde miembros de la célula “Loyalty” a integrantes de “Los Cartier”, así como a al menos dos de los imputados por el homicidio del teniente Ronald Ojeda, a quienes les enviaron dinero horas antes del secuestro y en los días posteriores.

No obstante, la gran mayoría de quienes fueron detenidos en la operación de esta semana no forman parte activa de las células especializadas en secuestro o drogas, sino que son personas cercanas a muchos de ellos, amigos o parientes que -a diferencia de lo que sucede con los sicarios, por ejemplo- tenían permanencia legal en Chile y acceso a los bancos.

Muchas de ellas sencillamente prestaban sus cuentas, otros cobraban pequeñas comisiones por ello e, incluso, existen casos de cuentas que fueron abiertas por sujetos que viajaron exclusivamente desde otros países con dicho fin, para luego regresar a sus lugares de origen y dejarlas en manos de miembros del Tren de Aragua, donde cumplía un papel fundamental un contador de origen chileno que fue detenido en Puerto Montt (en un operativo anterior a este), en el marco de la indagatoria contra “Los hermanos Cartier”, que hasta la semana pasada ya acumulaba 30 detenidos, incluyendo a un carabinero en servicio activo, que fue dado de baja luego de ser arrestado por la PDI.

También se estableció que había otros testaferros que consiguieron tarjetas de casas comerciales, las cuales eran posteriormente trasladadas a otros países, donde quedaban en manos de sujetos aún desconocidos, que comenzaban a efectuar transacciones con ellas en lo que se conoce como “pitufeo” en jerga delictiva; es decir, fraccionar el dinero ilícito en pequeños montos, que se depositan en muchas cuentas distintas, desde se efectúan transferencias cruzadas, se retiran, se redepositan, etc., con el fin de perder la trazabilidad de los fondos. 

Asimismo, hay varios “prestanombres”, personas sin antecedentes delictivos que obtuvieron productos bancarios y luego, a cambio de un pago, los dejaron en manos de los delincuentes. 

Otro detalle no menor es que en el operativo de la semana pasada, que fue dado a conocer por el fiscal nacional, Angel Valencia, junto al director de la PDI, Eduardo Cerna, así como las fiscales regionales de Los Lagos (Carmen Gloria Wittwer) y Tarapacá (Trinidad Steinert), así como el fiscal regional subrogante de Valparaíso (José Uribe), entre otras autoridades, es que no se incautaron propiedades o vehículos, que es la forma en que tradicionalmente lavan su dinero las organizaciones delincuenciales chilenas, en las cuales es habitual que los jefes de las mismas compren autos de lujos y casas de lujo o parcelas de agrado, que ponen a nombre de terceros. No. Como lo explican fuentes del caso, esto es mucho más sofisticado e inteligente que eso.

La criptoconexión

La PDI notó que buena parte de los fondos que ingresaban a las cerca de 250 cuentas que fueron congeladas el miércoles pasado terminaban después depositados en las cuentas corrientes de al menos 10 empresas constituidas en Chile. Algunas de ellas eran solo de papel; es decir, no tenían movimiento alguno, salvo los depósitos y retiros vinculados al TDA, así como transferencias en criptomonedas por medio de la aplicación Binance. 

Algunas otras eran empresas que sí prestaban algunos servicios, pero que se utilizaban para blanquear los dineros ilícitos, camuflándolos en medio de las ganancias legales. 

En otra investigación, eso es por ejemplo lo que hacía la célula del TDA que explotaba mujeres en la Plaza de Armas de Santiago y en el portal Fernández Concha y cuyo encargado del lavado de activos (un venezolano-sirio) mantenía una botillería por la cual pasaron cuatro mil 200 millones de pesos en un año, como informó El Mostrador.

El rostro del dinero se pierde en el mundo de las criptomonedas, pues pese a que se sabe que buena parte del dinero llegó a Acosta, el líder de Los Cartier, otros fondos se tornan irrastreables, dado que hay identidades que son imposibles de chequear. 

Como sea, ya se determinó que en un periodo de casi tres años lo que esta rama del Tren de Aragua ganó fueron cerca de 13.5 millones de dólares, cifra que no es exacta dado que, al realizar inversiones en criptomonedas, estas quedan sujetas a las alza y bajas de precios. 

Cuatro años de pesquisas

El oficial de caso de la PDI, encargado de la investigación, fue el subprefecto Sergio Castro, actual jefe de la Brigada Investigadora de Robos (Biro) de Puerto Montt, quien lleva varios años indagando investigaciones criminales. Cumplió la misma función cuando se desbarató la primera red de préstamos “Gota a gota”, que operaba desde Los Angeles hasta Castro, y también fue uno de los primeros detectives del país en investigar al Tren de Aragua, dado que en 2021 partió en Puerto Montt una indagatoria por trata de personas con fines de explotación sexual, que terminó con fuertes condenas para los implicados. Asimismo, es el oficial de caso en la investigación contra “Los hermanos Cartier”.

Al respecto, Castro dijo a El Mostrador que en la pesquisa hay al menos tres grandes facciones del TDA implicadas: la primera de ellas, que también fue la primera detectada en Chile, es la que dirigía Carlos González Vaca (“Estrella”) en Iquique. La segunda es la relacionada con la facción del tren de que a contar de septiembre de 2023 pasó a denominarse “Los piratas de Aragua”, que actúan sobre todo en la zona central y en la región de Antofagasta, y la tercera son “Los hermanos Cartier”, que en definitiva son miembros del mismo grupo, que solo se diferencian de “Los piratas” en función de la zona geográfica en la que actúan. 

Según explica el oficial, los 13.5 millones de dólares que fueron lavados son “un piso” y explica que se trata de una cifra que puede variar, dado el congelamiento de las 250 cuentas están realizando nuevos cálculos y “estimamos que puede ser muy superior, que podría agrandarse esa cifra”. 

Consultado sobre si en sus años como investigador había visto un esquema de este tipo, dijo que no y que “es muy sofisticado. Existen ciertas organizaciones criminales que en otras partes del mundo ya se había evidenciado el tema de las criptomonedas, por ejemplo, pero particularmente en Chile crear una estructura financiera que es transversal en nuestro país es complejo”.

Ante ello, explicó que fue necesario el concurso de una serie de unidades de la PDI, como las brigadas Antinarcóticos, de lavado de activos (que ahora está presente en todo el país), de Robos y de otras estructuras policiales, las oficinas de análisis y los Grupos de Operaciones Digitales (GOD), que funcionan en las macrozonas norte, centro y sur, que se dedican a realizar análisis y trazabilidad de criptomonedas.

Todo ello, indica, obedece a que “como el Tren de Aragua es un grupo multipropósito”, hubo que crear equipos multidisciplinarios y altamente especializados.

En ese sentido, precisa que el TDA “comete desde el delito más simple, que es amenazas, hasta homicidios o trata de personas con fines de explotación sexual, por ejemplo, pero están siempre evaluando, estudiando el mercado criminal en nuestro país y determinando qué es lo más rentable y es por ello que incursionan en delitos como las extorsiones, los clásicos robos con intimidación o con violencia, o las amenazas. Son múltiples delitos”, puntualiza. 



  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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