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César Bunster: ‘La tarea de los DDHH no se puede sepultar junto a Pinochet’

Uno de los organizadores del atentado contra Augusto Pinochet, en septiembre de 1986, habla de la muerte del ex dictador. Dice que al fin y al cabo fue »positivo» que tras la emboscada en el Cajón del Maipo haya salvado con vida, porque permitió que se conocieran las atrocidades de su régimen. Por ello considera un »insulto» que la titular de Defensa asista a sus funerales.


Bunster, cuando se transformó en el hombre más buscado de Chile

Al igual que muchos chilenos, el sociólogo César Bunster se encontraba en su casa cuando se supo la noticia de la muerte del general Augusto Pinochet, hombre que conocía muy bien, ya que hace 20 años intentó darle muerte -como uno de los encargados de la logística de la llamada «Operación Siglo XX»- para poner fin a la dictadura militar, precisamente el 7 de septiembre de 2006, en el Cajón del Maipo.



Bunster actualmente es miembro del comité central del Partido Comunista (PC), pero en la década de los 80′ integró el Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), organización paramilitar, desde la cual tuvo la responsabilidad de planificar, junto a otros jefes de ese grupo, el atentado contra Pinochet, tarea que finalmente no se concretó.



«La violencia y las acciones armadas del pueblo sólo surgieron como respuesta a la dictadura y – por ende- fueron legítimas. En democracia, incluso en una democracia restringida como la actual, esas mismas acciones serían injustificables y sólo dañarían al movimiento social», dijo Bunster, en agosto, cuando hizo su primera aparición pública en un seminario sobre derechos humanos, organizado por el diputado PS Marco Enríquez-Ominami.



Por ello, en momentos en que finalmente se produce el deceso del ex militar, este militante comunista, hijo de un ex embajador de Chile en Londres, durante el gobierno de la Unidad Popular, accede a conversar sobre la sensación que le genera la partida de Pinochet y la decisión del gobierno de enviar a la Ministra de Defensa, Vivianne Blanlot, a sus funerales.



Insulto al pueblo



-Mucha gente está festejando en la calle su fallecimiento, pero finalmente no fue juzgado como muchos quisieran, ¿qué sensación te produce ese hecho?

-Efectivamente, al igual que miles y miles de chilenos, pienso que lo justo y lo más digno para nuestra sociedad y nuestro pueblo, hubiera sido el que Pinochet hubiese tenido que responder con condenas por todos los delitos que se han ido descubriendo en todos estos años. Las causas se fueron acumulando, la única razón por la cual él no fue enjuiciado fue simplemente por una estrategia de la defensa de declararlo loco, pero evidentemente creo que habría sido mucho más justo, habría sido una historia más digna para nuestro pueblo y nuestros gobiernos, que Pinochet hubiera sido enjuiciado como correspondía.



-El gobierno finalmente anunció que no habrán funerales de Estado para Augusto Pinochet, quien sólo recibirá honores en su calidad de ex comandante en jefe del Ejército, ¿valora esta decisión?

-No me he enterado bien todavía de cuál ha sido la actitud del gobierno. Tengo entendido, sin embargo, que la ministra de Defensa ya anunció que se haría presente en los funerales. Eso a mí me resulta un insulto al pueblo de Chile, creo que es un insulto a los miles de torturados, de desaparecidos. Creo que lo que corresponde, y esto es algo que va a estar observando el mundo entero, era haber procedido en consecuencia con lo que él fue: el peor dictador que ha tenido nuestro país en su historia y el mayor criminal que ha infligido tantos dolores a nuestro pueblo.


César Bunster hoy

No al cierre de causas



-Lo más probable que con su muerte se quieran cerrar muchos casos de derechos humanos a los que está vinculado él y sus subalternos, ¿qué cree que viene para el futuro?

-Lo que muere es la figura física de Pinochet y lo que permanece, sin embargo, y lo que todos los chilenos tenemos que enterrar es el pinochetismo que hemos heredado, y que todavía subsiste en nuestra sociedad a casi 17 años de nuestra democracia. Por lo tanto, yo creo que la tarea de los derechos humanos, es una tarea inconclusa que no se puede sepultar junto con Pinochet. La única forma de superar esas violaciones enormes a los derechos humanos que se cometieron es haciendo justicia y hablando con la verdad. Todavía hay muchos detenidos desaparecidos cuyos paraderos no se conocen y las agrupaciones respectivas dicen que es un paradero que sí tienen que dar a conocer las ramas de las fuerzas que asesinaron a nuestros compañeros.



-Ahora que es miembro del comité central del Partido Comunista (PC), ¿qué tareas de tipo político tiene pensado a realizar los próximos días a partir de la muerte de Pinochet?

-Yo me encuentro en este momento (domingo) con mis vecinos conmemorando este hecho. Nosotros no estamos celebrando la muerte física de un hombre anciano, pero lo que sí estamos celebrando, con mucha fuerza, es el primer paso que se da para sepultar al pinochetismo en cuanto violación de derechos humanos y privación de lo que es la democracia y la convivencia civilizada de nuestro pueblo, por eso estamos alegre de que se vaya. En el plano partidario todavía no sé los pasos que se van a dar para adelante, por ahora me he sumado a la expresión espontánea de la gente de salir a las calles.



Mejor con vida



-Usted participó de la planificación del atentado en el Cajón del Maipo, con la distancia que da el tiempo, ¿lamenta que no se haya cumplido el objetivo?

-Nosotros en el año 1986 pretendíamos ajusticiar a Pinochet para terminar con la dictadura, no sólo para hacer justicia contra el peor dictador, la idea era cambiar el régimen y reestablecer la democracia, eso no resultó, pero lo democracia y el régimen militar cambio por otros medios, no por los nuestros.



Considero, no obstante, que al fin y al cabo el que se haya mantenido durante tanto tiempo y que eso haya permitido que se conocieran las brutalidades que él cometió con sus 17 años en el poder, fue algo positivo para nuestro pueblo. Salió la verdad, se descubrió en forma innegable lo de las violaciones a los derechos humanos, ya no hay nadie en Chile que diga que eso es mentira, que los detenidos desaparecidos se encuentran en Europa, y además se conoció, con absoluta sorpresa, lo de su robo. En el año 1986, lo justo fue ajusticiarlo, pero creo que al final la historia se ha ido conociendo y eso es lo positivo.



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