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Descubren refugio de delfines nariz de botella en el litoral central

Especies son observadas por universitarios en el marco de una investigación sobre su ecología conductual.


Con el propósito de realizar un monitoreo sobre la presencia de cetáceos en la costa central, desde 2004 alumnos de Biología Marina de la Universidad Andrés Bello han investigado a un grupo de delfines nariz de botella que habita en forma permanente en las aguas ubicadas entre el sector de Punta Ángeles en Valparaíso y Punta Gallo (Tunquén).



En el mar de Chile, este tipo de delfín se puede apreciar esporádicamente, y hasta ahora, sólo la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, en la Región de Coquimbo, representaba un hábitat de esta especie.



Esta zona del litoral central no es sólo un corredor para los delfines, sino que es utilizada como área de alimentación, descanso y socialización entre ellos. Además, se ha registrado la presencia de crías durante todo el año, transformándose en un lugar de crianza.



"Por casi cinco meses hicimos observaciones periódicas desde tierra en acantilados del lugar, hasta que constatamos que los delfines estaban habitando en el sector. Así, comenzamos a organizar salidas en bote para realizarles un seguimiento y evaluar los distintos objetivos del proyecto en estudio", señala Fernando Díaz, egresado de esta carrera, quien se encuentra a cargo de la investigación.



Gracias a la técnica conocida como foto-identificación, que permite reconocer a cada individuo por el patrón de marcas naturales que presentan en sus aletas dorsales, los alumnos han podido identificar a más de 100 especies, evaluar su distribución y su comportamiento, para comprender de qué manera los delfines utilizan el área durante el año.



Debido a su posición trófica, el delfín nariz de botella (tursiops truncatus) resulta ser un ideal centinela de la salud del ecosistema, por lo que un monitoreo a largo plazo no sólo ayudara a comprender mejor su ecología y a la conservación de estos, sino que también pueden ser un excelente indicador de la salud del ecosistema frente a Chile central.



Entre los estudios futuros, los alumnos de la Universidad Andrés Bello contemplan evaluar la diversidad genética de esta población de delfines y su grado de aislamiento con respecto a otras poblaciones del mundo. También, es necesario evaluar los niveles de contaminantes almacenados en su grasa, datos que se obtienen a partir de biopsias que se realizan con un dardo. A su vez, en un largo plazo, habría que considerar el carácter de reserva marina que podría llegar a tener este nuevo refugio.



La metodología de este estudio contempla constantes observaciones mensuales desde tierra y en bote. Sin embargo, la falta de financiamiento, ha sido la piedra de tope para avanzar de una forma más sistemática. "Nos han ayudado algunos fondos entregados por la universidad, privados y el apoyo de nuestras propias familias. Pero hay datos y parámetros que son difíciles de obtener, para lo que se requieren muchas salidas mar adentro. Todo aporte es vital", destaca Díaz.



El delfín nariz de botella se reconoce por su contextura larga y robusta. Es generalmente de color azul-grisáceo en la región dorsal y presenta una pigmentación más clara (rosado con blanco) en la región ventral.



Para alimentarse, caza peces, pulpos y calamares en aguas semiprofundas y en el suelo marino. Se les puede ver solo o en grupo. Es gran acróbata, excelente nadador y puede vivir aproximadamente hasta los 60 años en la vida silvestre.

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