
Exsubdirector de la Secom, Víctor Maldonado (DC): “Creo que Matthei va a sobrepasar a Kast”
“No había partido el debate, llegó enojada y se fue enojada. Eso no te hace variar de actitud dependiendo de lo que esté pasando al frente. Estuvo muy dura con Kast, también con ME-O y Kaiser. No puedes transmitir fuerza y optimismo si tu mensaje es muy agresivo. Jara es más que lo que vimos”, dice.
No quiere confesar con cuántos abanderados presidenciales ha trabajado en estrategias de campaña antes de un debate, pero son varios. Cuentan que al menos colaboró con Eduardo Frei y Michelle Bachelet. El exsubdirector de la Secom, Víctor Maldonado, y exsecretario nacional de la DC, analizó en detalle el desempeño de los presidenciables en el foro televisivo. Y divide a los contendores en dos grupos: quienes buscan ganar y quienes aspiran a crecer, sin expectativas de triunfo.
En el primer grupo, Maldonado observa que la carta del Partido Republicano, José Antonio Kast, mantiene una “estrategia rígida” de pocos temas y “mano dura”, convencido de que esa selección y evitar polémicas lo llevarán a La Moneda.
Cree que la candidata de Chile Vamos, Amarillos y Demócratas, Evelyn Matthei, tras caer en encuestas y varios errores, ajustó su campaña, mejoró y ahora busca el voto de centro y de derecha con un lenguaje moderado y exhibiendo confianza en un porvenir.
Y ve que la postulante oficialista Jeannette Jara debe evitar “ser Jara sin encanto” y “ponerse al día”: superar la pelea del comando con el PC y buscar votos.
Del segundo grupo, destaca a Harold Mayne-Nicholls (Ind.) como revelación: “Un desconocido que terminó como un ganador de la noche”, porque usó bien su tiempo y sus ideas y se proyectó de forma novedosa.
-¿Puede un debate de TV hacer que un candidato reviva o se desplome?
-Sí. No todo el mundo ve debate, pero todo el mundo se entera de los episodios clave. Por su grupo de confianza, su familia, amigos, el trabajo. Los debates son definitivamente importantes. Si un candidato tuviera un tropiezo grande, sería mortal. Aunque no todo el mundo estuviera presente viendo cuando se produce, se irradia por las repeticiones, los medios y las redes sociales con mucha efectividad.
No hay en la campaña, salvo la franja, algo que impacte más que eso. Es el punto de partida, hacerlo bien o mal afecta el ánimo, fija los puntos débiles, los aciertos, y no volver a caer en errores. Se evalúan fríamente en todos los comandos.
-¿Cómo evalúa el desempeño de los de los ocho aspirantes a Palacio?
-Hay dos grupos claramente. Está el de los que están compitiendo por ganar la Presidencia y el grupo de los cinco, que son candidatos con intenciones de crecer, pero distanciadísimos del resto. La sorpresa en el grupo pequeño fue Mayne-Nicholls, porque empleó extraordinariamente bien su tiempo para escoger sus ideas.
Los Franco Parisi, los Marco Enríquez-Ominami, Eduardo Artés son una especie de bala lanzada al aire, que no va a llegar al blanco y caen a tierra antes de la parábola. Lo pasan chancho, les sirve para un montón de cosas, pero no son una apuesta de verdad. Pero Mayne-Nicholls salió de este grupo porque se proyectó. Nunca dejó de ajustarse a los tiempos.
-¿Y del primer grupo?
-De las tres figuras principales, lo decisivo era si podían mantener su apuesta central, la que define su estrategia y evitar un error mortal. Y no hubo errores mortales, hubo desempeños de mejor o menor calidad, pero no hubo un resultado decisivo. Se acumulan puntos, pero no es dirimente en ningún caso. El debate, eso sí, va a cambiar la estrategia o va a provocar ajustes en el desempeño de cada uno.
-¿Por qué va a provocar ajustes?
-Bueno, hay uno que no se va a ajustar, Kast. Él es un candidato de estrategia rígida. Él es de pocos temas, de la mano dura. Está convencidísimo de que esta selección de temas y evitar la polémica lo van a llevar a la Presidencia. Lo dijo en el debate, muy contento de sí mismo, no va a variar en nada y no fue derribado por el ataque de Jara, que lo emplazó directamente con toda la fuerza que tuvo para decirle que estaba detrás de la guerra sucia y él lo negó. O sea, no se va a mover nada. Es el único que no se moverá, pero los otros sí tienen la obligación de girar o ya giraron, como Matthei. Y Jara queda con la obligación de ponerse al día.
-¿Por qué Matthei ya giró y Jara obligada a ponerse al día?
–Matthei viene de caer en las encuestas, tras mucho tiempo en el primer lugar sin ninguna competencia. Y se convirtió en jefa de su propia campaña, cometió muchos errores y tuvo que reformular el comando varias veces, y en el último ajuste, el comando empezó a cumplir la función política de apoyo a la candidata. Ella se ajustó al papel exclusivo de candidata, dejó de ser la jefa de sí misma, que en campaña es imposible y vuelve a remontar.
No habíamos conocido de alguien que cayera del primer lugar y pudiera volver a intentarlo. Va a ponerse en la búsqueda de un voto de centro y de derecha, dando confianza al país de que los problemas pueden ser solucionados y apelando a un lenguaje moderado. Es una apuesta muy ganadora. Yo creo que Matthei va a sobrepasar a Kast. Esa es mi impresión. Ahí hubo un ajuste, hubo una crisis de campaña y una crisis personal de la candidata que se vio muy afectada por una guerra sucia muy cruel que le impactó.
Sin embargo, ahora fue emplazada brutal y asquerosamente por Parisi y fue otra cosa. Hubo un momento en que yo pensé que se iba a derrumbar, pero salió flotando de lo más bien, emergió con fuerza y se puso en el papel que tenía que mantener. Lo hizo bien. Ese comando debe de estar contento.
-¿Y por qué Jara obligada a ponerse al día?
-Cada candidatura tiene un momento de crisis, de ajuste vital, y en este momento es el proceso que tiene que pasar la candidatura de Jara. Ella en los debates previos lució su personalidad con frescura, con mucha fuerza, optimismo y pasión. Pero tomó tantas precauciones, no había partido el debate y llegó enojada, y se fue enojada. Y eso no te hace variar de actitud, dependiendo de lo que esté pasando al frente. Estuvo muy dura con Kast, también con ME-O y con Kaiser. O sea, no puedes transmitir fuerza y optimismo si tu mensaje es muy agresivo o no lo dominas todo el tiempo.
Ahora toca que junto con el reforzamiento del programa de Jara, el comando debe permitir que la candidata se organice para que busque el voto oficialista y el voto indeciso. Porque no puede ser casualidad que Matthei busque el voto moderado y el indeciso y Jara no haga expresamente lo mismo, porque el oficialismo es minoría. Es un paso que Jara debe dar con mucha premura, porque el tiempo no es mucho.
-¿Y por qué fue relevante el momento del enfrentamiento entre Parisi y Matthei?
-Porque ningún político de los vigentes ha sufrido un episodio tan fuerte y tan negativo como Matthei en el episodio de la radio Kioto y el espionaje a Piñera. Fue, si uno lo puede decir en un lenguaje vital, todo lo que dijo Parisi, la cosa fea, reñida con la ética, en que estuvo involucrado un servicio de inteligencia, todos los ingredientes de un episodio malo para alguien. O sea, fue un golpe demoledor. Y ese episodio tan fuerte en algún momento iba a salir a flote y era su fantasma. Su temido monstruo escondido en el clóset.
Y aquí salió con brutalidad por un machista de tomo y lomo, y hecho sin piedad. Y ante su mayor monstruo, ella salió a flote. Y esta es una, tal vez no todo el mundo lo entienda a la primera, fue una gran conquista psicológica, personal, moral, de ajuste de cuentas con su vida. Eso la fortalece mucho. Porque te lo pueden volver a sacar en cara, pero ya mataste el chuncho. Fue cosa de ver la cara de Parisi.
-¿Y cuál fue el candidato que más ganó y el que perdió más?
–El que más ganó para mí es Mayne-Nicholls. Porque no existía y ahora existe, y no hay cambio más grande en la vida que no estar y estar. Segundo, porque impuso los términos de su propia actuación. Se fijó un rol, lo cumplió y lo que dijo, su postura y las respuestas estuvieron sincronizadas, sabía a quién dirigirse: como se describe a sí mismo, es como describe a los electores. Eso yo lo encuentro que es un gran mérito. Ese es para mí el mayor ganador, que no significa que sea el candidato que va a sacar más votos, sino que el que le fue mejor en este debate.
El grupo de los chicos, creo que todos los otros perdieron. Yo diría que los candidatos se han repetido más veces la candidatura a la presidencia Y, extrañamente, enfrentan a los políticos como si les diera un poco de asco. Nadie es por quinta vez candidato presidencial desde fuera de la política. Eso es una cosa extraña.
-Y entre los más competitivos…
-Y en términos de los tres principales, yo creo que la que ganó más porque se apegó más a su libreto y tuvo la actitud equivalente al libreto, fue Matthei. Creo que Kast no brilla, no solamente, como se ha dicho, porque pareciera que estaba cansado. Me da la impresión ahí que su discurso de pocos temas, pocas frases y poca profundidad en cada uno de los temas, se va a agotar antes de la recta final. Está bien, bien posicionado en el primer lugar. Creo que él no piensa salir de ahí y creo que sí va a suceder.
Creo que en la apuesta de Matthei, de crecimiento lento pero seguro, tuvo una partida muy promisoria y creo que sus adherentes y, pues, sobre todo sus apoyos más directos, lo sienten y se reforzaron de verdad.
Y creo que Jara es mucho más que la que vimos en el desempeño del debate y la pregunta es: ¿por qué llegó la versión menos atractiva de Jara? No obstante, la que aprovechó más los minutos de la despedida fue Jara. Ese momento del mensaje final de un minuto lo empleó mejor y terminó mejor que el resto.
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