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El documento de Giorgio Jackson tras la derrota de Jara: “hay una necesaria autocrítica que hacer” PAÍS Imagen de Archivo

El documento de Giorgio Jackson tras la derrota de Jara: “hay una necesaria autocrítica que hacer”

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En un extenso documento interno, el exministro del Frente Amplio reflexionó sobre el estallido social, el proceso constitucional y los errores del gobierno de Boric, asumiendo responsabilidades políticas propias y de la coalición tras la derrota en el balotaje.


Resumen
Síntesis generada con OpenAI
En un documento de 18 páginas que comenzó a circular en el oficialismo, el exministro y fundador del Frente Amplio, Giorgio Jackson, analiza el triunfo de José Antonio Kast y el cierre de un ciclo para el progresismo chileno. Con tono autocrítico, revisa errores desde el estallido social, el proceso constitucional y la gestión del gobierno de Gabriel Boric, deteniéndose en episodios como el caso Convenios y el caso Monsalve. Pese a ello, releva avances en pensiones, salario mínimo y jornada laboral, y plantea la necesidad de asumir una oposición firme, responsable y propositiva.
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Bajo el título “El fin de un ciclo, ¿qué esperar ahora? Algunas pistas para procesar las elecciones de Chile”, el exministro y fundador del Frente Amplio, Giorgio Jackson, difundió un documento de 18 páginas en el que aborda, con un tono marcadamente autocrítico, las razones políticas y culturales que —a su juicio— explican el triunfo de José Antonio Kast en la segunda vuelta presidencial y el cierre de una etapa para el progresismo chileno.

El texto, que comenzó a circular internamente en el oficialismo, combina reflexión política, balance histórico y autocrítica personal. Jackson recurre tanto a la excandidata presidencial Jeannette Jara como al técnico Marcelo Bielsa para sintetizar su diagnóstico: “hay una necesaria autocrítica que hacer”, porque —advierte— “el éxito es deformante, relaja, engaña”, mientras que el fracaso “es formativo” y permite volver a las convicciones.

Desde el estallido social

En su análisis, Jackson sitúa el estallido social de 2019 como la cúspide de un proceso de movilización que abrió una “disputa interpretativa” aún no resuelta en la política chilena. A su juicio, la pandemia no congeló ese conflicto, sino que lo transformó, alterando tanto la subjetividad ciudadana como el calendario institucional. En ese contexto ubica el proceso constitucional de 2022, al que califica como el intento más ambicioso por traducir institucionalmente el malestar social, pero cuyo doble fracaso atribuye a factores políticos, culturales y comunicacionales.

El exministro es especialmente crítico con el desempeño de la Convención Constitucional, a la que describe como una prolongación simbólica del estallido social, marcada por expresiones identitarias, performances y episodios que terminaron generando una profunda brecha con la ciudadanía. Menciona, entre otros hitos, el caso de Rodrigo Rojas Vade, las formas disruptivas en el hemiciclo y acciones que, sostiene, terminaron erosionando la legitimidad del proceso.

Los errores del gobierno: caso Convenios y Monsalve

En el plano del gobierno, Jackson identifica una serie de “errores evitables” que, a su juicio, dañaron la gestión y la imagen del Ejecutivo. Entre ellos enumera señales erráticas en la conformación inicial de la coalición, su propio rol en la Segpres, la frustrada visita a Temucuicui, el manejo de los indultos presidenciales, el rechazo de la reforma tributaria, la fallida compra de las casas de los expresidentes Aylwin y Allende, y los errores en la metodología de cálculo de las tarifas eléctricas que derivaron en la salida del ministro Pardow.

Dos episodios, sin embargo, merecen para Jackson una atención especial: el caso Convenios y el caso Monsalve. Sobre el primero, reconoce un problema grave de probidad y redes de confianza mal gestionadas, y admite que el episodio marcó de manera decisiva la gestión posterior del gobierno, tanto en su relación con el tercer sector como en la narrativa pública. Respecto al segundo, afirma que fue manejado “de inicio a fin de manera errática”, generando un fuerte cuestionamiento político al Ejecutivo y tensionando los principios feministas que el gobierno había levantado como bandera.

No todo fue malo

Pese al tono crítico, Jackson también reivindica los logros de la administración Boric: el aumento de las pensiones y del salario mínimo, la jornada laboral de 40 horas, el royalty minero, el Copago Cero, la política de cuidados, el plan de vivienda, el pago de la deuda histórica a los profesores y los avances en verdad y derechos humanos.

Finalmente, el exministro plantea que Chile entra en un nuevo ciclo político, con prioridades distintas y a ratos contradictorias con las del período anterior. Frente a ese escenario, llama a su sector a bajar los niveles de ansiedad, escuchar con humildad y resistir la tentación de las “pasadas de cuenta” internas. El desafío, concluye, será construir una oposición firme, responsable y propositiva, capaz de procesar la derrota sin renunciar a lo avanzado en estos cuatro años.

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