PAÍS
Agencia Uno
El primero en 68 años: Presidente electo Kast decide vivir en La Moneda porque es “persona austera”
El mandatario electo defendió la decisión como una señal de coherencia y ejemplo en el uso de los recursos públicos.
El presidente electo José Antonio Kast confirmó que vivirá en el Palacio de La Moneda una vez que asuma el cargo, afirmando que tanto él como su esposa llevan una vida austera y no requieren comodidades especiales. La definición fue expuesta durante una actividad con vecinos y la alcaldesa de San Miguel, Carol Bown.
“Se produce toda una discusión de si podemos o no podemos vivir en La Moneda… vamos a vivir en La Moneda”, afirmó Kast, agregando que “somos personas austeras, sencillas”. En ese contexto, explicó que su rutina no diferirá de la de otros funcionarios públicos: “En el día vamos a comer lo mismo que está en el casino (…) porque uno va predicando con el ejemplo”.
El mandatario electo también respondió a cuestionamientos sobre la eventual presencia de su familia en el palacio. “Algunos dicen que vamos a ocupar La Moneda entera. No, nos irán a visitar (…) y si se hace muy tarde podremos tener una cama nido o camarote”, señaló, asegurando que sus hijos siempre han compartido espacios y que esa lógica refleja convivencia y acuerdos.
La posibilidad de que un presidente vuelva a residir en La Moneda no se concretaba desde 1958, último año del segundo mandato de Carlos Ibáñez del Campo. Esto implica que han pasado más de 68 años desde que el palacio dejó de ser utilizado como residencia presidencial.
Históricamente, La Moneda fue habitada por mandatarios como José Manuel Balmaceda, Arturo Alessandri, Pedro Aguirre Cerda y Gabriel González Videla. Sin embargo, tras Ibáñez del Campo, los jefes de Estado optaron por residencias privadas.
Desde el actual Gobierno se indicó que no existe una petición formal, aunque el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, sostuvo que, de adoptarse esa decisión, “se tendrán que hacer las adecuaciones correspondientes”, subrayando que se trata de una definición exclusiva del presidente electo.