PAÍS
GPS Ciudadano de Datavoz: los chilenos cierran el 2025 entre la alegría y la ansiedad
El estudio de Datavoz revela que la alegría predomina al cierre del año, pero convive con ansiedad, miedo y rabia, sobre todo en ciertos territorios y grupos. “El cierre de año no se vive igual para todos… observamos coexistencia de estados de ánimo distintos”, dice Paulina Valenzuela.
El cierre del 2025 encuentra a los chilenos en un estado emocional dual. Si bien la alegría aparece como la emoción predominante, convive con sentimientos de ansiedad, miedo y rabia que siguen marcando el clima social, especialmente en determinados territorios y segmentos. Así lo revela el más reciente GPS Ciudadano de Datavoz, que analizó el ánimo de la población en las semanas finales del año y su relación con la política.
Según los resultados, más de la mitad de los encuestados declara haber experimentado alegría con alta intensidad, seguida por la tranquilidad, mientras la sorpresa es la emoción menos presente. Sin embargo, el desglose evidencia diferencias significativas por género, edad, nivel socioeconómico y región.
“El cierre de año no se vive de la misma manera para todos. Aunque hay una base de emociones positivas, como la alegría, también observamos una coexistencia de estados de ánimo distintos, con niveles importantes de ansiedad y malestar en algunos grupos”, explica Paulina Valenzuela, socia fundadora de Datavoz.
En el plano territorial, el norte del país muestra un predominio mayor de la alegría, mientras que la Región Metropolitana concentra emociones más negativas, asociadas a ansiedad, miedo, tristeza y asco. En la zona centro se observa una mayor polarización entre rabia y tranquilidad, mientras que en el sur el panorama aparece más calmo.
Las diferencias también se expresan generacionalmente. Los jóvenes manifiestan con mayor intensidad emociones como el asco y la sorpresa; en edades intermedias destaca la ansiedad; en el tramo entre 45 y 64 años se combinan emociones positivas con tristeza, miedo y rabia; y entre los adultos mayores predominan la rabia y la sorpresa. Para Valenzuela, estas dinámicas no son accesorias: “Las emociones están cumpliendo un rol cada vez más relevante en cómo las personas interpretan su entorno, toman posición frente a la política y evalúan a las autoridades. No se trata solo de opiniones racionales, sino también de estados de ánimo acumulados”, plantea.
Emociones y política: un reflejo del clima social
Uno de los hallazgos más relevantes aparece al cruzar emociones con posiciones políticas. Quienes desaprueban al gobierno, los votantes de derecha, quienes se inclinan por José Antonio Kast y las personas de nivel socioeconómico bajo se concentran mayormente en un cuadrante de emociones negativas, con menor presencia de emociones positivas.
En contraste, quienes se identifican con la izquierda, los votantes de Jeannette Jara y Eduardo Artés, y quienes aprueban al Presidente Gabriel Boric se ubican en espacios donde predominan emociones positivas. “Este cruce nos permite abrir una conversación distinta sobre política. Las emociones no solo acompañan el proceso electoral, sino que ayudan a entender cómo distintos grupos enfrentan el presente y proyectan el futuro”, sostiene Valenzuela, agregando que “comprender el ánimo del país se vuelve clave para interpretar sus decisiones”.
Aunque el análisis es exploratorio, el estudio deja instalada una interrogante central para el escenario que se abre: ¿hasta qué punto las emociones están influyendo en las posiciones políticas y electorales? En un contexto marcado por la incertidumbre, Datavoz concluye que medir el ánimo ciudadano es hoy un insumo indispensable para comprender la dinámica social y política que definirá los próximos procesos del país.