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Jara da la espalda a Boric: el arma de doble filo +Política

Jara da la espalda a Boric: el arma de doble filo

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Jeannette Jara rompió con el Gobierno y pidió la renuncia de Diego Pardow, marcando distancia con Boric para ampliar su electorado. La jugada busca sacudir su campaña, pero arriesga agrietar la coalición y, según expertos, podría llegar demasiado tarde para hacer efecto.


Horas antes de que se confirmara la salida de Diego Pardow, el ahora exministro de Energía, Jeannette Jara ya estaba disparando contra el Ejecutivo. La abanderada del oficialismo no se anduvo con rodeos: “Si estuviera en la Presidencia, ya habría pedido la renuncia de Pardow. En mi Gobierno los ministros tendrán que asumir sus responsabilidades políticas”, declaró sin titubeos. Esas palabras no solo sorprendieron, sino que confirmaron una estrategia que se venía cociendo en el comando de Jara: dar la espalda al Gobierno de Boric en un intento por romper su techo electoral. Una jugada audaz, sí, pero no exenta de riesgos. Y, según algunos analistas, demasiado tardía.

Más allá del escándalo mediático provocado por el error en el cálculo de las tarifas eléctricas, fuentes de +Política confirmaron que el comando de Jara decidió llevar hasta el final esta estrategia de distanciamiento con el Ejecutivo. La idea, de acuerdo con lo expresado por la vocera y senadora independiente Alejandra Sepúlveda, era clara: “No hay coordinación, cada uno va por su carril”, afirmó sin ambigüedades. “Yo salí hace tiempo del Gobierno, no tengo expectativas de seguir vinculada a él”, señaló también la exministra del Trabajo en una entrevista reciente con La Tercera.

Este giro en la estrategia de Jara se aleja de lo que varios analistas, como Cristóbal Bellolio, sugerían previamente: la idea de que la candidata debería defender la obra del Gobierno. En lugar de eso, Jara opta por “morder la mano que le dio de comer”. Y ese movimiento, si bien le permite ampliar su base de votantes criticando al Ejecutivo, también pone en peligro los frágiles equilibrios dentro de la coalición oficialista, advirtieron fuentes cercanas.

Lo más curioso, sin embargo, es que en medio de este distanciamiento, Jara no ha dejado de buscar protagonismo. Esta semana, removió vocerías y visibilizó su figura, todo mientras se mantenía bajo la sombra de un Boric que, por su parte, no escatima en palabras para arremeter contra el Partido Republicano. En un punto de prensa, el Mandatario calificó de “sinvergüenzura tremenda” las recientes declaraciones de los republicanos, que tildaron a los funcionarios públicos de “parásitos” y agudizaron la polémica por la insistencia de Kast en recortar el Estado sin presentar propuestas claras sobre cómo hacerlo.

La ofensiva de Boric, que posiciona al Presidente como la voz del progresismo, contrasta con la falta de capital político que Jara ha podido cosechar a partir de esa misma narrativa. Para muchos, la jugada de distanciarse del Gobierno era “la decisión correcta” desde el punto de vista electoral, pero “no tendrá un efecto fuerte sobre su candidatura”, según explicó el cientista político Mario Herrera a +Política. “Probablemente no le sumará nuevos apoyos”, sentenció.

El problema para Jara –en opinión de Herrera– es que nadie en el espectro político está más cerca del Gobierno de lo que ella está, aunque intente disimularlo. “Lo que está haciendo es más una estrategia de supervivencia que una jugada para atraer a los votantes indecisos”, concluyó el experto. En resumen, Jara ha decidido jugar una carta arriesgada en busca de espacio propio, pero la pregunta persiste: ¿será suficiente para cambiar el curso de su campaña o solo terminará profundizando la fractura dentro del oficialismo?

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