
Turismo que genera empleo y transforma vidas
La industria del turismo no solo mueve visitantes y destinos; también moviliza sueños, transforma comunidades y crea empleos. Hoy más que nunca, las cifras respaldan una realidad que constatamos hace tiempo: cuando el turismo crece, el empleo también. Y lo más importante, es que lo hace en sectores donde más se necesita.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadísticas (INE), durante el trimestre móvil enero-marzo 2025, se registraron 691 mil personas ocupadas en las Actividades Características del Turismo (ACT), lo que representa un crecimiento de 6,1% respecto al mismo período del año anterior. Más allá del número, estas cifras revelan que es un sector que está generando oportunidades formales, de calidad y con un fuerte impacto en regiones y grupos históricamente rezagados en el ámbito laboral.
El 7,4% del total de personas ocupadas en el país trabaja hoy en turismo. Se trata de una industria que ha demostrado capacidad de absorber mano de obra diversa, especialmente de sectores que enfrentan más barreras para ingresar al mercado laboral, como las mujeres y los jóvenes. En este último trimestre, 48,7% de quienes trabajan en turismo son mujeres, una cifra significativamente mayor al promedio nacional de participación femenina en el empleo (42,9%). Esta no es una coincidencia: el turismo ha sido y seguirá siendo una puerta de entrada para muchas chilenas que buscan autonomía económica y desarrollo profesional.
Este impulso en el empleo turístico se explica por el dinamismo que vive el sector, gracias tanto al turismo interno como a la llegada de visitantes internacionales. En los primeros meses del año, Chile recibió más de dos millones de turistas extranjeros –casi un 50% más que en igual del año pasado-, lo que ha significado una reactivación evidente del comercio, los servicios y, sobre todo, del mercado laboral.
Las áreas de alojamiento y servicios de comidas han sido especialmente beneficiadas, reflejando un crecimiento robusto que incluso supera los niveles previos a la pandemia. Esta expansión no es sólo una buena noticia para las empresas del sector, sino también para miles de personas que encuentran en estas actividades una fuente concreta de empleo.
En regiones como Coquimbo, Maule y La Araucanía, el impacto ha sido particularmente significativo, con aumentos de empleo turístico superiores al 20%, lo que reafirma el rol del turismo como motor de desarrollo en territorios que muchas veces enfrentan mayores dificultades para acceder a oportunidades laborales. Este fenómeno es una señal clara de que, con políticas adecuadas y una visión estratégica, el turismo puede seguir creciendo de manera descentralizada, equitativa y sostenible.
Estos datos constituyen un llamado de atención. Si el turismo puede generar empleo, inclusión y dinamismo económico en todo Chile, entonces merece ser una prioridad en la formulación de políticas públicas del país. Invertir en el sector es invertir en las personas, y es apostar por un modelo de crecimiento sostenible, descentralizado y profundamente humano.
Chile tiene en la industria del turismo una herramienta concreta para reducir el desempleo y promover el progreso social. Las cifras no mienten: el turismo no sólo avanza, sino que también integra, empodera y transforma. Y en tiempos de incertidumbre, pocas industrias pueden ofrecer esto.
- El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.