Ayer hubo enojo por los folletos de clubes nocturnos y las mujeres con ropa muy apretada. A la mujer le costado entrar a la industria de la minería y, aunque el gobierno anterior tenía una meta de lograr 10% de participación de la mujer, eso no fue posible. En la industria minera existen altas cifras de acoso sexual y falta de representatividad de mujeres en la cadena de valor. Adicionalmente, en esta actividad se ven graves situaciones de discriminación directa e indirecta.
Bajo el lema «Innovación para el desarrollo minero» se realiza en Santiago el XV Congreso Internacional Expomin 2018. La segunda feria más grande del mundo para la industria minera, se abrió hoy y se extenderá hasta al 27 de abril, pero tuvo una previa el jueves pasado con el seminario Mujer y Minería.
Carlos Parada, Director Ejecutivo de Expomin, al iniciar su intervención señaló que «cuando escuchamos frases que expresan que todo tiempo pasado fue mejor, no estoy de acuerdo. Con los contrastes propios de la evolución de los tiempos, la sociedad va mejorando, las personas están más y mejor informadas, más educadas, más conscientes. Hoy nos parece evidente, de justicia, que la igualdad de oportunidades no está condicionada al género de las personas, lo que sin duda constituye una verdad colectiva”.
Pero ¿dónde queda el discurso del ejecutivo si después de sus palabras en los stands abusan de las mujeres ligeras de ropa y entregan vales de descuento para night clubs?
Vamos por parte. El discurso de parada destacó que «paulatinamente avanzamos hacia un equilibrio, no estamos en cero en esto, especialmente en la minería. Sin embargo, pareciera que los cambios son muy lentos, quizás un tanto asimétricos en la sociedad, que requieren romper barreras y una cuota importante de voluntad de quienes lideran las organizaciones. Motivo por el cual sigue siendo un tema relevante en seminarios y de conversación y análisis en las empresas e instituciones públicas, para continuar generando un quiebre en la inercia social, que por tradición, costumbres y cultura, seguimos viviendo en un mundo modelado para el hombre».
Y agregó: «Conscientes de esta situación y con el objetivo de lograr estándares que sí existen en ferias importantes de negocios en el mundo, tenemos la convicción y voluntad de promover el cambio y de acompañar a las industrias que desean liderar este proceso como lo ha demostrado la minería. En las dos últimas versiones de Expomin, hay un cambio evidente en la forma como la mujer ha ido tomando un rol distinto, integrando los equipos técnico comerciales que se relacionan con profesionales que visitan la feria», agregó.
Al finalizar, Carlos Parada dijo que como organización «estamos comprometidos con el rol que debe jugar la mujer en el sector minero, también seremos parte hoy de la firma de un protocolo de acuerdo sobre esta materia con los principales actores del sector y el gobierno. Es un paso importante para seguir fortaleciendo la imagen y el protagonismo de la mujer en la minería como parte de la fuerza laboral del sector».
Sin embargo, ese discurso contrasta con lo que sucede año a año en feria misma, con promotoras que visten ropa muy apretada e incluso promociones del tipo 2×1 en los clubes nocturnos más exclusivos de la capital.
Esta publicación, generó una reacción de la propia red social de la Expomin, que respondió lo siguiente:
Claro que no está muy claro, que la organización del evento pueda lavarse del todo las manos. De hecho, para las mujeres detrás de Women in Mining Chile este año se ha retrocedido con respecto a los años anteriores. Carla Rojas, una de las voceras de esta ONG, está desde 2010 investigando el rol de la mujer en la industria de la minería y «nada ha cambiado ni en cifras ni en cultura», cuenta. Por eso, hoy, junto a su compañera Claudia Monreal, se indignaron cuando vieron las fotografías y los folletos que comenzaron a circular a través de las redes sociales, y se decidieron a escribir una declaración pública.
A continuación, les dejamos la declaración completa, en la que entregan datos que conmocionan. Por ejemplo, el gobierno anterior tenía una meta de lograr 10% de participación de la mujer y eso no fue posible. En la industria minera existen altas cifras de acoso sexual y falta de representatividad de mujeres en la cadena de valor. Adicionalmente, en esta actividad se ven graves situaciones de discriminación directa e indirecta que se deben soportar en faenas. La vida en la mina no es fácil para ninguna mujer.
Declaración
La incorporación de mujer a la minería es un gran desafío donde año a año se realizan esfuerzos para conseguirlo con distintas iniciativas (públicas y privadas), con resultados casi nulos. Por ejemplo, el gobierno anterior tenía una meta de lograr 10% de participación de la mujer y eso no fue posible. La actividad minera está envuelta en la cultura patriarcal, allí, la mayoría de las veces, la mujer queda relegada a mero objeto. La presente feria EXPOMIN 2018 no fue la excepción. En la ceremonia de apertura los líderes de la industria tomaron un protagonismo mediático y no hubo representación femenina. La semana pasada, estos mismos líderes firmaron un protocolo de buenas prácticas para cautelar y fortalecer la imagen y rol de las mujeres en minería.
Es por eso, que estamos profundamente preocupadas y molestas por algunos puntos en que se había avanzado en la organización del evento del año anterior, pero que en este encuentro hubo un marcado retroceso. En la industria minera existen altas cifras de acoso sexual y falta de representatividad de mujeres en la cadena de valor. Adicionalmente, en esta actividad se ven graves situaciones de discriminación directa e indirecta que se deben soportar en faenas. Hoy fuimos testigos de seminarios con nula participación femenina e incluso el seminario Mujer y minería se realizó en otro espacio físico y con una semana de anticipación. Como si eso fuera poco, ahora se entregan folletos de Night Club a la salida del evento. Todas estas situaciones son la fiel representación de las infinitas barreras deliberadas, llenas de estereotipos que persisten en la industria, marcando esta actividad como algo exclusivamente masculino excluyéndonos de manera consciente. Por otra parte, el rol de la mujer se denigra y queda reducida a un adorno. Estamos en total desacuerdo de que esta sea la forma de incorporar y atraer mujeres, pues nos parece una señala equivoca y alarmante. Rechazamos toda forma de exclusión y denigración de la mujer y exigimos un cambio real que nos permita al menos estar a la altura de lo que merecemos las profesionales y colaboradoras de la industria.
WOMEN IN MINING CHILE
Carla Rojas Neculhual
Claudia Monreal
