«Chile podría aprovechar los aranceles más altos de otros productos, pero la guerra comercial es menor crecimiento de exportación y menor crecimiento mundial», manifestó esta mañana en un seminario de BTG Pactual.
Hay dos caninos. Uno dentro de la racionalidad y otro que sí puede afectar a la economía local. Esa es la respuesta que el ministro de Hacienda, Felipe Larraín entregó en medio de la incertidumbre que está generando en el mercado la guerra comercial entre China y Estados Unidos, y que ya ha visto algunos efectos en productos locales.
Por un lado ha afectado el precio del cobre y por otro, ha beneficiado a empresas locales como efecto colateral, como fue el caso de la viña Concha y Toro.
El ministro dijo que por ahora las medidas arancelarias tienen efectos acotados, pero que «no se sabe el próximo paso, ni quien más se mete en está guerra», aseguró.
El secretario de Estado señaló que ojalá que se apele a la cordura y ambas economías se sienten a la mesa y soluciones sus diferencias, pero que si hay una escalada «no sabemos en qué puede terminar».
«Chile podría aprovechar los aranceles más altos de otros productos, pero la guerra comercial es menor crecimiento de exportación y menor crecimiento mundial», manifestó esta mañana en un seminario de BTG Pactual.
Agregó que, de acuerdo a algunos estudios, un aumento de 5% en las tarifas arancelarias podría traducirse en una caída del crecimiento mundial de entre 0,1% y 0,3%, por ende ese ajuste afecta el precio del cobre y genera una ralentización de todas las economías.
«Afecta nuestros términos de intercambios que se han deteriorado las últimas semanas. (…) En síntesis el efecto es malo», manifestó.
