El Papa y su visita de la discordia
Señor Director:
Antes de escribir esta carta, se me vino a la cabeza un año, que si mal no recuerdo, eran los primeros días de abril del año 1987, tuve la oportunidad de estar frente al mismo Juan Pablo II, únicamente por casualidad, esto por que no encontraba el lugar donde habíamos acampado para ver desde lejos a quien se decía, era el santo padre, (historia que profundizo en mi segundo libro) me dirigí al escenario, en donde un hombre de rostro colorado y muy sonriente me miró, me tocó suavemente con tres palmadas la cabeza, y en eso me aprietan el brazo y era el anfitrión, quien me pregunta de dónde era, le di mi nombre y a quien pertenecía, en eso unas 12 religiosas gritaban: ¡es de acá, es de acá!, llego nuevamente donde ellas, creyendo que sería bendecido, admirado, pues su santo, el santo de la iglesia me había tocado, mas fue todo lo contrario, me cachetearon todo el trayecto, me gritonearon, zamarrearon y retaron.
Hoy nuevamente se prepara la venida del pontífice, ya a mis casi 40 años, difícilmente me deje tratar como aquella vez, pero esta visita colma el alma de dudas, ya que soy testigo del hambre, del frio, de malos tratos al interior de las casas de menores, precisamente administradas por la Iglesia católica.
Esa que por ser congregaciones y colaboradoras del Servicio Nacional de Menores, decidieron callar el llanto de los niños después de ser golpeados, abusados, esas mismas casas, y personas cubiertas por hábitos, velos y camisas clericales, que no quisieron avisar lo ocurrido a las autoridades, por el simple hecho de que la ley no los obligaba, pues la razón dada, ser privados.
Ellos, pertenecientes a esa iglesia, en donde el niño no es más que un número, números que son maltratados en más de una ocasión, eliminados de la listas generales, disfrazando sus muertes como egresos administrativos, o eliminando sus datos, por que fueron entregados a alguna familia extranjera, esto lo detallo de acuerdo a mi experiencia, aun recuerdo que decían “ para expiar pecados”, pero más aberrante aun, es el abuso, ese abuso cometido por sacerdotes que mal interpretaron la frase mítica de Jesucristo, “Dejad que los niños vengan a mi”.
Aquellos que esconden su indecencia bajo una túnica, aquellos que podrían mejorar la calidad de vida de cientos de niños con uno solo de sus anillos, esos mismos que no fueron dignos, ni de la iglesia, ni tampoco de sus votos, esos votos que voluntariamente hicieron delante de Dios, esos mismos Cardenales, Obispos, sacerdotes, religiosas, en los que recaía la verdadera responsabilidad de construir una iglesia servidora y cercana a Jesús, pero que sin duda, la han alejado incluso del pobre de alma, aquel que necesita de Dios, aquella que la misma Biblia declara la oveja descarriada, siendo los descarriados ellos mismos, en su propio interior.
¿Dónde quedó ese vaticano que después del concilio II decidió vivir en la pobreza al igual que miles y miles de familias desamparadas?
Hoy esta iglesia tiene con el alma vacía a cientos de feligreses que alguna vez se entregaron en cuerpo y alma a cooperar por creer que así se ganaban el cielo, esa Iglesia católica, hoy pretende traer a su máxima autoridad a un costo de 4mil millones de pesos, cantidad con la que se solucionarían muchos problemas de familias más desfavorecidas, esa misma iglesia que decidió invertir en SQM, esa Iglesia que esta más cerca a la política diaria que a la sociedad gobernada.
Esa iglesia, que cuenta con un patrimonio de más de 10 mil millones de pesos, quiere traer a un hombre de carne y hueso por una cantidad de dinero casi exorbitante y ¿para qué?, para que hable de austeridad, de humildad , nuevamente me ataca una dicotomía en cuanto a lo que profesan y practican realmente.
Pretenden cargar el costo a ciudadanos que no superamos la distancia de 30 días para intentar vivir con el salario que en chile se logra obtener, a esos mismos feligreses que han traicionado entregando a sus niños en manos de sacerdotes que olvidaron por completo su tarea verdadera, al abusar sin contemplación de la inocencia.
Esa iglesia, quiere que apoye su gran idea de donar aunque sea $2000 pesos a través de ese cajero automático que uso para sacar mi dinero, en donde ya quisiera ver un mensaje similar para ayudar a la infancia en su máxima expresión, o mensajes para evitar el abuso sexual, pero no, allí sale claramente que quieren ser parte de lo que yo llamaría, mantener ese lazo de amistad que existe en la banca con la iglesia, (quizás por ser su mejor cliente).
Esa iglesia que tiene en sus filas a hombres que usan a Jesús como escudo y han dañado el alma de niños y jóvenes, han usado un mensaje de amor únicamente para saciar sus apetitos oscuros llenos de codicia y maldad.
Esa iglesia que ya he descrito, hoy me pide apoyo para traer a su máxima autoridad, una autoridad idolatrada por ser supuestamente un representante de Dios en la tierra, pero que es incapaz de dejar el poder, el dinero, que lo han vuelto esclavo del placer y la comodidad que estos le otorgan.
¿Cuán cercano es un hombre así?
Una iglesia que se oculta detrás de un confesionario sin querer enfrentar la verdad, aquella que destruye la conciencia y la fe, esa iglesia en donde sus representantes se creen custodios reales de la palabra de Dios proclamándose lideres magnánimos de la fe del ser humano, esa iglesia que traslada a los pervertidos de sotana que han dañado la infancia en nombre de Dios, ¿esa iglesia me pide que hoy la ayude?, (ojala los Chilenos tengamos memoria).
Si de mí dependiera, le pediría a esta sociedad abrir sus ojos y pensar en nuestra historia y observe a esta iglesia hoy desesperada por querer traer a un personaje que mas que enviado de los cielos parece un rockstar vestido de blanco.
Traer a aquel hombre que trato a toda una ciudad como lo es Osorno de tontos públicamente por reclamar lo que todo ser humano con decencia haría, erradicar a quien quiso ocultar a un abusador infantil como lo fue karadima.
Tal como hicieron con el Francisco José Cox, quien se preocupaba mas de aparentar que de amar, y que la palabra amor al prójimo la excedió con creces cada vez que decía a gritos el mandamiento número 6 del antiguo testamento “ no cometerás actos impuros,, y sin embargo fornicaba a inocentes niños entregados a su cuidado y amistad, dañando sin piedad la niñez que Jesucristo mas protegía.
Mateo 23,23-25 dice: “Ay de vosotros escribas y fariseos, hipócritas, que diezmáis la menta, el anís y el comino y no os cuidáis de lo más grave de la ley: La justicia la misericordia y la buena fe y no es que sea malo hacer aquello, pero sin olvidar lo principal. Guías ciegos que coláis un mosquito y tragáis camellos”.
Esa Biblia que ellos mismos describen como el libro sagrado, los castiga constantemente en sus párrafos, pero me pregunto ¿para quien es sagrada? ¿Solo Para la sociedad laica?
Y pretenden que financiemos con dineros de nuestros bolsillos la visita de un hombre que no representa en lo absoluto, la sencillez, la humildad, el altruismo. Una locura verdad
Pude darme cuenta como en tiempo record, se emitió un decreto para apoyar a empresarios que aporten con el dinero para traer al rockstar de la iglesia llamado papa Francisco ayudándoles a disminuir sus impuestos, sin embargo llevamos tiempo de lucha por cambiar la situación de cientos de niños que viven en la actualidad bajo la tutela del Estado de Chile, y aun no logramos esa voluntad política que se necesita, a pesar de pelear por reivindicar los derechos de los niños, lucha en la que la iglesia católica ha sido el gran ausente.
¿Será que a nuestros legisladores les importa más estar bien con un solo hombre que se dice ser el representante de la fe, que con sus votantes?
Espero que esta mi sociedad, mi Chile, no acepte esta absurda venida, que es esperada, pero esta vez por unos pocos, y no por un país entero, no estamos de acuerdo de formar parte de un show que a nadie beneficia, menos si este es efectuado por esta iglesia menos santa y más pecadora de todos los días.,
Edison Gallardo