Por:
Luis Ernesto Montaño/Latinoamérica21
Claro, es fácil hablar cuando no se es perseguido. Sin embargo, pase lo que pase con el dictador venezolano, esta ha sido una consecuencia del silencio. Impuesto, decidido, o ignorado. Silencio que condenó a quienes estuvieron gritando. No hay silencios nacionales ni internacionales. Hay silencios.