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BBC
La polémica detención del narcotraficante Ismael ‘El Mayo’ Zambada, socio durante décadas de ‘El Chapo’ Guzmán, el pasado 25 de julio en Estados Unidos, ha desatado una guerra abierta entre las dos principales facciones del Cártel de Sinaloa, el segundo mayor de México.
Culiacán, la capital del estado de Sinaloa, en el noroeste de México, es por estos días una ciudad en guerra. Una guerra que se desata entre las dos principales facciones del Cártel de Sinaloa, que durante décadas ha gobernado y controlado de facto esta región norteña. En medio de las balaceras, los secuestros y asesinatos de la última semana permanecen aislados y asustados sus más de 800.000 habitantes, los más golpeados por el conflicto y quienes exigen al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador que controle la situación y mande más refuerzos militares.
Pero a pesar de los llamados, la situación es extremadamente compleja desde el pasado 9 de septiembre. Hasta este viernes, las autoridades estatales han reportado 12 muertos, 11 heridos de bala y 20 desaparecidos, aunque las cifras podrían ser mucho mayores si se cuentan los fallecidos que se hayan producido dentro del cártel.
La discordia en las filas del histórico Cártel de Sinaloa enfrenta a los seguidores del legendario narcotraficante Ismael ‘El Mayo’ Zambada con los de los ‘Chapitos’, hijos de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán y líderes actuales del cartel desde que su padre fuera condenado a cadena perpetua en Estados Unidos en el año 2019.
‘El Mayo’ y ‘El Chapo’ fueron socios durante décadas y fundadores del cártel, pero la situación cambió el pasado 25 de julio, fecha en donde comenzaron las tensiones abiertas.
Las autoridades del estado de Texas (EE. UU.) reportaron la detención en una avioneta de ‘El Mayo’, del que se conocía poco debido a su extrema discreción durante décadas, y de Joaquín Guzmán ‘Güero’ el mayor de ‘Los Chapitos’. La detención ocupó los titulares de la prensa internacional y resultó sorprendente para las autoridades. Pero, la polémica se disparó cuando ‘El Mayo’ denunció un supuesto secuestro realizado por el mayor de los hijos de ‘El Chapo’, quien, según su versión, lo llevó hasta territorio estadounidense para que las autoridades de ese país pudieran detenerlos a ambos.
Las dos familias habían mantenido una relación de conveniencia y respeto durante décadas con el objetivo común del lucro económico a través del cártel. De hecho, ‘El Mayo’ es el padrino del hijo de ‘El Chapo’. Y aunque durante los últimos años la tensión entre el histórico líder y ‘Los Chapitos’, mucho menos discretos, había aumentado, no se había llegado nunca a una denuncia de traición tan sonada como la de esos días.
Tras su detención, ‘El Mayo’ realizó varios llamados a la calma desde la prisión, pero la tensión en las calles de Culiacán fue en aumento hasta que explotó la semana del 9 de septiembre, la misma en que ‘El Mayo’ fue trasladado a Nueva York para declarar sobre su implicación con el narcotráfico y después de que sus aliados en México denunciaran varios asesinatos selectivos de miembros suyos e incursiones de ‘Los Chapitos’ en su territorio.
La declaración de guerra entre las dos partes pone al Estado Mexicano en jaque, ya que los brotes de violenciase pueden replicar en otros territorios y aún se está a la espera de lo que pueda hacer Jalisco Nueva Generación, el máximo rival del Cártel de Sinaloa.
Mientras tanto los principales afectados son los ciudadanos de Culiacán, la capital del estado de Sinaloa. Miles de personas salen cada día a la calle con el miedo a no poder volver a sus casas debido a un atentado con bomba, un secuestro erróneo o simplemente estar en el lugar equivocado durante una de las múltiples balaceras de estos días.
La situación se ha vuelto límite y los ciudadanos que pueden permitírselo intentan salir de casa lo menos posible para no atravesar fronteras invisibles entre los barrios de la ciudad o exponer sus vidas. De hecho, los niños fueron enviados a casa por el Gobierno regional para que sigan sus clases de forma virtual -aquellos que tengan acceso a internet- y los festejos por el Día de la Independencia del próximo 15 de septiembre fueron suspendidos en la ciudad para evitar aglomeraciones.
En toda esta situación están siendo muy criticadas las autoridades gubernamentales, tanto a nivel estatal como federal. El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, y el presidente saliente, Andrés Manuel López Obrador -ambos del partido gobernante Morena- han restado importancia a la violencia y se han limitado a asegurar que son “casos aislados” que afectan a las dos facciones, asegurando que el despliegue de la fuerza militar “es suficiente” para controlar la situación.
Pero la realidad parece estar lejana a esa situación. Los ciudadanos de Sinaloa critican la inacción por parte de los Gobiernos de López Obrador y de Rubén Rocha y denuncian que las decenas de soldados enviados durante las últimas semanas son insuficientes.
En Culiacán, muchas de estas personas están acostumbradas a la permeación del narcotráfico en todos los estamentos de la sociedad y también han convivido con la violencia que emana de estas organizaciones durante décadas; sin embargo, lo vivido durante las últimas semanas, al ser una guerra interna, parece superar otros episodios vividos en la ciudad, como los llamados ‘culiacanazos’ de 2019 y 2023.
Estos episodios violentos pusieron en jaque a Culiacán durante días y demostraron las grandes capacidades de logística y armamento de las que disponen los cárteles en México, capaces de plantarle cara al Estado y los militares. Los dos episodios se produjeron tras la detención de Ovidio Guzmán, otro de los hijos de ‘El Chapo’. Tras el primero, el Gobierno mexicano decidió liberar al narcotraficante para evitar males mayores, un gesto de Andrés Manuel López Obrador que fue muy criticado. Tras la segunda detención, en 2023, la violencia se volvió a replicar y el caos se volvió insostenible durante varias jornadas en la ciudad.
Andrés Manuel López Obrador pidió al Cartel de Sinaloa que “actúe con responsabilidad” en una de sus conferencias de esta semana, pero lo cierto es que situaciones como las vividas en estos días en Culiacán solo reflejan un pequeño ejemplo del gran problema que tiene México con los cárteles de la droga, dueños de territorios enteros en el país y con permeación en grandes partes de la sociedad mexicana.
