Medioambiente
Crédito: El Mostrador.
Estudio chileno revela cómo lluvias y vientos incrementan la basura en playas del centro-norte
Una investigación publicada en Marine Pollution Bulletin mostró que los residuos aumentan drásticamente tras eventos de lluvia o fuertes vientos, y que la mayor parte de la basura proviene de las mismas ciudades costeras.
Un estudio realizado durante más de dos años en dos playas de Coquimbo evidenció que los fenómenos climáticos influyen directamente en la llegada de residuos marinos y terrestres, permitiendo anticipar patrones de acumulación y mejorar la gestión ambiental local.
Un inédito estudio chileno publicado en la reconocida revista científica Marine Pollution Bulletin analizó durante 728 días cómo las condiciones meteorológicas influyen en la acumulación de basura en las playas urbanas de La Herradura y Changa, en la Región de Coquimbo.
La investigación, liderada por la bióloga marina Josefa Araya-Campano y el Dr. Martin Thiel de la Universidad Católica del Norte, constituye el registro más prolongado sobre residuos marinos en un mismo lugar.
Lluvias y vientos: los principales impulsores de la basura costera
Uno de los hallazgos más relevantes fue el aumento repentino de residuos después de episodios de lluvia o vientos intensos. Tras las precipitaciones, los objetos de origen terrestre —como tapitas, encendedores y cubiertos plásticos— se multiplicaron casi cinco veces, pasando de un promedio de 20 a más de 100 por kilómetro por día.
Según los investigadores, estos residuos no llegan desde largas distancias: provienen de la misma ciudad y son arrastrados hacia el mar por quebradas y sistemas de drenaje urbano. En paralelo, los residuos de origen marino —como chululos, mallas rojas y cordeles— aumentaron con vientos fuertes provenientes desde el océano.
“Comprender cómo influyen las lluvias y los vientos nos permite anticipar cuándo y dónde se acumulará más basura, y así tomar decisiones informadas para su correcta gestión”, explicó Araya-Campano. Este comportamiento permitiría anticipar cuándo y dónde se acumularán más residuos, facilitando estrategias de gestión y prevención.

Crédito: El Mostrador.
Un proyecto que nació como una iniciativa personal
El estudio comenzó en 2020, en plena pandemia. Cada mañana, el Dr. Thiel asistía a La Herradura a hacer ejercicio, hasta que decidió recolectar las mallas plásticas que encontraba en la arena. El registro diario de estos objetos derivó en una bitácora científica que luego integró nuevos residuos y finalmente, se transformó en una investigación formal junto a Araya-Campano.
La continuidad del monitoreo se logró gracias a amigos, estudiantes y colaboradores que participaron en los días en que los investigadores no pudieron asistir.
Parte de los objetos recolectados se transformaron en “Basu-Arte”, una exposición realizada en 2024 en La Herradura que invitó a reflexionar sobre el vínculo entre comunidad y contaminación. “No quisimos que esa basura terminara solamente en bolsas o planillas de Excel. Quisimos devolverla a la comunidad convertida en arte, para que quienes viven cerca del mar puedan reflexionar sobre su propio impacto”, comenta Araya-Campano.
Recomendaciones para enfrentar la contaminación costera
Los autores concluyen que las playas analizadas reciben principalmente basura local, generada por habitantes y visitantes. Por ello, recomiendan fortalecer la gestión municipal del borde costero, privilegiar la prevención por sobre la limpieza, reducir plásticos de un solo uso y reforzar la educación ambiental.
Durante el monitoreo, La Herradura incluso llegó a convertirse en una de las playas más limpias del país, impulsada por vecinos que comenzaron a recoger residuos al ver la labor diaria de los investigadores.
El estudio fue financiado por el Fondo de Desarrollo en Investigación Científica y Tecnológica de Actividades de Titulación de Pregrado 2023 de la Universidad Católica del Norte.