
Mascotas agresivas: el estrés como una de las principales causas de ataques en perros y gatos
Mordidas, maullidos intensos o conductas descontroladas pueden ser síntomas de un problema más profundo. El estrés afecta también a las mascotas, y saber cómo manejarlo es parte de una tenencia responsable.
Se han vuelto comunes los reportes de mascotas que protagonizan episodios de agresividad, como mordeduras, peleas o comportamientos descontrolados. Lejos de ser simples actos de rebeldía, los expertos aseguran que en la mayoría de los casos, estos comportamientos tienen un origen emocional, principalmente asociado al estrés crónico, la ansiedad o una socialización deficiente.
Este tipo de estrés puede manifestarse en mascotas que pasan demasiado tiempo solas, no realizan ejercicio diario, viven en entornos muy ruidosos o han tenido experiencias traumáticas como abandono o maltrato. Por eso, la prevención y el manejo adecuado del estrés en animales de compañía es clave para su bienestar y para la seguridad del entorno.
Las claves para desestresar a tu perro o gato
Una de las recomendaciones principales es mantener rutinas que estimulen física y mentalmente a la mascota, especialmente en el caso de los perros.
“En el caso de los perros, los paseos, como mínimo una vez al día, son fundamentales. No solo son la instancia para que nuestra mascota se ejercite y reduzca su estrés, sino también para tener presente que existen otros perros y gatos, y socializar en lugares públicos, es decir un territorio neutro. Cuanto más frecuentes sean los paseos, nuestra mascota tendrá la costumbre de interactuar con otros animales y reducir sus impulsos con el paso del tiempo”, explica Axel Haleby, médico veterinario, gerente general de Inaba Chile y experto en adiestramiento.
En gatos, que suelen tener conductas más territoriales y menos sociales, también se recomienda fomentar la tranquilidad del entorno; disponer de espacios elevados, juguetes, rascadores, y sobre todo, evitar ruidos o cambios bruscos en el ambiente.
El refuerzo positivo
Otra herramienta efectiva para reducir comportamientos agresivos es el refuerzo positivo, es decir, premiar las buenas conductas para que se repitan con mayor frecuencia.
“Premiar la conducta de la mascota es educarla de forma positiva, reforzando el apego y con ello fomentando el buen comportamiento en presencia de terceras personas o de otros animales”, agrega Haleby
El experto explica que este tipo de premios también son útiles para adiestramiento en casa, visitas al veterinario o momentos de socialización, ya que ayudan a enfocar la atención del animal en su tutor, disminuyendo su nivel de estrés y ansiedad frente a situaciones nuevas.
Sin embargo, no todos los casos se resuelven solo con paseos o premios. En ocasiones, el comportamiento agresivo puede estar vinculado a experiencias traumáticas previas, como abandono, maltrato o una socialización deficiente durante los primeros meses de vida.
Por eso, si el comportamiento violento se mantiene o empeora, es importante consultar con un etólogo veterinario o un adiestrador certificado que pueda hacer una evaluación más profunda y diseñar un plan de intervención.
Aunque a veces pase desapercibido, el bienestar emocional de perros y gatos es tan importante como su alimentación o sus vacunas. Un animal equilibrado emocionalmente es más seguro para su entorno y, sobre todo, más feliz.