
Destacan plan Chile Cuida en histórica conferencia que consagra el cuidado como derecho humano
La XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, realizada en México, concluyó con la adopción del histórico Compromiso de Tlatelolco, que reconoce el cuidado como un derecho humano.
La ministra de la Mujer y la Equidad de Género, Antonia Orellana, presentó los avances de Chile en materia de cuidados durante la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, organizada por la Cepal y ONU Mujeres en México, instancia que culminó con un acuerdo histórico: reconocer el cuidado como un derecho humano.
Durante su intervención, la secretaria de Estado chilena destacó la implementación del Sistema Nacional de Apoyos y Cuidados, Chile Cuida, junto con el Estudio Nacional sobre la Realidad de los Cuidados y el uso del Simulador de Inversiones en Políticas de Cuidados desarrollado por la OIT.
“Invertir en cuidados no es un gasto: es una inversión en la calidad de vida de miles de mujeres que hoy ejercen una labor que históricamente ha recaído sobre sus hombros, con poco reconocimiento social. Por lo mismo, es esencial que todos los países nos coordinemos para avanzar en agendas comunes que permitan dar una respuesta efectiva a las necesidades que implica el cuidado, desde el apoyo económico y la capacitación, hasta la corresponsabilidad familiar y social”, subrayó Orellana.
Además, sostuvo reuniones bilaterales, entre ellas con su par de Brasil, Márcia Lopes, con quien acordó avanzar en cooperación contra la violencia digital, fortalecer la agenda contra la desinformación y preparar la participación conjunta en la próxima Conferencia de Estados Parte que se celebrará en Brasil.
Un hito regional: el Compromiso de Tlatelolco
El gran acuerdo de la cita fue la adopción del Compromiso de Tlatelolco, que por primera vez eleva el cuidado a la categoría de derecho humano autónomo, en concordancia con la Opinión Consultiva 31 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
“El derecho al cuidado se convierte en una obligación del Estado y en una corresponsabilidad de todos los sectores involucrados”, explicó Jennifer Feller, directora general para Derechos Humanos y Democracia de la Cancillería mexicana.
El documento reconoce que el trabajo no remunerado de cuidados, asumido mayoritariamente por mujeres, equivale al 25 % del PIB regional, según datos de ONU Mujeres. Asimismo, subraya la necesidad de financiar los compromisos y de crear sistemas integrales de cuidado.
María-Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres, advirtió que la inversión en la región aún es insuficiente: “Los países crecen en nuestros hombros. Esta inversión que necesitamos no es nada, en comparación a lo que brindan las mujeres todos los días en nuestros países”.
Por su parte, Paula Narváez Ojeda, representante permanente de Chile ante la ONU, advirtió: “No basta con la voluntad política en el papel. Necesitamos acción decidida, transformar nuestras palabras en políticas públicas concretas, en presupuestos con enfoque de género, en instituciones fuertes que garanticen derechos”.
Mirada hacia el futuro
La Conferencia también estuvo marcada por la dimensión política de los debates. La titular de la Secretaría de las Mujeres de México, Citlali Hernández, celebró el acuerdo como “una hoja de ruta hacia el futuro” y aprovechó para denunciar “el genocidio que sufre el pueblo palestino”, declaración que fue acompañada por aplausos y gritos de “¡Palestina libre!” en la sala.
Hernández también rechazó las medidas coercitivas unilaterales en países como Cuba y Venezuela, a las que calificó como “una forma de violencia estructural y sistemática que debemos denunciar”.
La Conferencia Regional, que en adelante se llamará Conferencia Regional de las Mujeres, cerró con 80 acuerdos que buscan visibilizar el rol de mujeres indígenas, afrodescendientes y rurales, así como promover la redistribución, el reconocimiento y la remuneración del trabajo de cuidados.
La próxima edición de este encuentro se celebrará en 2028 en Colombia, con el desafío de transformar los compromisos en sistemas sólidos y sostenibles de cuidado que promuevan la igualdad de género en toda la región.