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Arturo Duclos inauguró muestra en Matucana 100: “Mi obra transversaliza la historia de Chile” CULTURA Crédito: Cedida

Arturo Duclos inauguró muestra en Matucana 100: “Mi obra transversaliza la historia de Chile”

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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Son alrededor de 70 piezas que abordan los grandes temas de la cultura contemporánea, bajo el título “La belleza & la furia”. Abarcan el periodo 1983-2025, en una exposición que estará abierta hasta el 12 de octubre. Incluye algunas “que nunca se habían visto acá”.


Este martes Matucana 100 inauguró una exposición del destacado artista nacional Arturo Duclos.

Son alrededor de 70 obras que abordan los grandes temas de la cultura contemporánea, bajo el título “La belleza & la furia”.

Las obras abarcan el periodo 1983-2025, en una muestra que estará abierta hasta el 12 de octubre.

Origen

Duclos cuenta que la idea de la muestra partió hace varios años, de mano del curador Paco Barragán, aunque ya no está en la curatoría.

“Al final la exposición, cuando empezó a armarse y cuando yo la empecé a concebir, se convirtió en algo tan personal que la verdad fue como un poco difícil incorporar un curador. No por un problema de ego ni nada de eso, sino que por un problema más bien de contenido”, explica.

“Estaban tan resueltos los contenidos y la forma de armar el proyecto que era casi como un insulto poner un curador ahí solamente para que escribiera un texto de fachada. Así que finalmente terminó siendo una autocuratoría de mi proyecto en Matucana”.

La influencia de Warburg

Por otro lado, la idea inicial siempre fue hacer algo antológico en vez de una retrospectiva, “porque la retrospectiva implica mirar hacia el pasado y con un criterio un poco como cronológico, como viendo una evolución. Y eso precisamente es lo que yo quería rehuir. Entonces la idea de la antología surgió en estas conversaciones iniciales y terminó siendo una propuesta que es prácticamente una obra en sí”.

¿Y esto por qué? “Porque yo estaba muy obsesionado desde hace un tiempo con Aby Warburg, un historiador judío del principio del siglo XX, quien concibió un sistema de interpretación de las imágenes para abordar los grandes mitos de la historia, y que él después lo llamó el Atlas Mnemosyne”.

Su obra se vincula con lo que Warburg llamó “cuadros de diálogo”, y a Duclos le pareció un concepto muy contemporáneo porque es un poco lo que hoy día se entiende como “mapas conceptuales”.

“Me llamó muchísimo la atención por la cercanía que él tenía con mi forma también de trabajar, porque yo siempre he trabajado de una manera que no es continua, sino que es una idea fragmentaria de trabajo, en donde voy uniendo elementos que provienen de distintas áreas, de la cultura popular, de la alta cultura, de la literatura, de la poesía, del arte, del cine, de la música y todo confluye dentro de mi trabajo creativo”.

A su juicio, esa forma fragmentaria, que es una forma de juxtaposición de imágenes, es una forma que de alguna manera cambió también la manera de ver la imagen en el mundo contemporáneo y sobre todo ayudó mucho a pensar cómo se piensa hoy día.

“Me interesa mucho la idea de cómo la imagen en el arte y los grandes paradigmas que la historia del arte ha creado en torno a la imagen cambian la forma de pensar y entender el mundo, como pasó por ejemplo con el nacimiento de la perspectiva y lo mismo pasó por ejemplo en el siglo XX con el collage y con las vanguardes que desarrollaron el collage, porque esa forma fragmentaria de ver el mundo y que de algún modo lo anticiparon también los futuristas, los cubistas, es la manera como hoy día también nosotros nos relacionamos con el mundo de la imagen, o sea, no solamente en las aplicaciones y en la forma que conocemos hoy día de visualidad a través de la interacción con los medios electrónicos, sino que también en la forma como nosotros pensamos hoy día”.

División de muestra

La exposición está dividida en cinco paneles o grandes temas que también son transversales dentro de la historia del arte, que son la muerte, el amor, la política, la religión y el deseo.

Está una de sus obras iniciales, que es “La lección de anatomía”, que fue su tesis de grado, una obra que en este momento pertenece a la colección del MAVI.

“Esta obra es la piedra angular, por así decirlo, de mi trabajo. Da inicio como a todo este proceso, porque también es una obra muy fragmentaria. Son una serie de osamentas dispersas en el suelo y que al mismo tiempo están pintadas encima con símbolos y coloríos y elementos muy dispersos”.

Como se podrá imaginar, al cabo de más de 40 años de trayectoria, las obras de esta muestra estaban dispersas en diversas manos, también coleccionistas privados.

“Esta situación de recolectar estas obras de colecciones privadas da pie sobre todo hoy día para el amplio público de ver obras que nunca se habían visto acá. Muchas de estas obras que directamente yo las exhibí en Francia o en Estados Unidos se vendieron allí y después nunca más volvieron”, destaca el artista.

El título

En cuanto al título de la muestra, “es como bien cinematográfico, pero por un lado casi todos los títulos que yo uso también tienen un poco que ver con eso”.

“De algún modo, la belleza y la furia coinciden como con una dicotomía, una dualidad, una dualidad que tiene que ver, claro, es como lo bello y lo triste, tiene que ver con algo que contradice el sentido de la belleza, porque la furia también muchas veces se interpreta como un malestar, se interpreta como una especie de emocionalidad introspectiva”, explica.

“En cambio, la belleza tiene que ver con la calma, tiene que ver quizás también con el hecho de la contemplación y con el llamado también a un disfrute. Entonces son elementos bien opuestos, porque dentro de la exposición también circula siempre toda esta fricción entre las obras”.

En ese sentido, está una visión esteticista que hay sobre todo en sus primeras pinturas, para después llegar a cuestiones que son “mucho más brutas, más crudas. Y que también, de un modo u otro, delatan esta forma de trabajo mío, que es como un estilo muy doméstico, como un homestyle donde se mezclan las manualidades con los souvenirs, con las técnicas de bricolaje y por otro lado la alta cultura”.

“Entonces esas contradicciones, que forman parte permanente de mi obra, es lo que quise reflejar también en este título”.

Los huesos

Una cosa que también llama la atención en esta muestra es el constante uso de huesos en las obras.

“Bueno, mira, mis obras de huesos surgieron en los años 80, en el 83, como decía yo. Mi obra inicial es esta obra con huesos que se llama ‘La lección de anatomía’. Y tiene que ver primero con momentos de la historia”, cuenta Duclos.

“Mi obra transversaliza de una forma u otra la historia de Chile, como la obra de muchos artistas, en donde hemos pasado por distintos períodos, desde la dictadura, la democracia, el poscapitalismo que vivimos ahora, las manifestaciones culturales y políticas que vivimos ahora. Entonces, en cuarenta y tantos años de historia hay una transversalización también, no solamente de mi historia, sino que de la historia nacional”.

Agrega que los huesos surgieron precisamente en la época de la dictadura como una manifestación sobre los derechos humanos y los desaparecidos.

“Yo me acuerdo cuando estaba estudiando en la universidad, en los años 80, antes de terminar, en las clases de dibujo, era muy común que nosotros tuviéramos que hacer análisis de huesos, de musculatura, para poder dibujar el cuerpo humano. Porque el cuerpo humano no es una cosa blanda, sino que tiene durezas de los huesos, apófisis que se marcan en los hombros, en los codos, en las rodillas”.

Además, Duclos viene de una familia de médicos, donde tuvo siempre mucha cercanía con libros de medicina. Y cuando era adolescente vivió en el norte, en el desierto de Atacama, en Calama, y tenía también mucha cercanía con la arqueología, los museos, y la búsqueda de materiales arqueológicos en esa época.

“Y los huesos para mí, de alguna manera, cimentaron una suerte de lenguaje simbólico, que habla como una expresión última, no solamente de la vida, sino que también del terror y el horror que muchas personas en Chile vivieron durante la dictadura. Entonces, ese fue el inicio de este trabajo con los huesos, y que partió, como te digo, el año 83, y seguía haciendo obras con huesos durante los 90”.

La bandera chilena, por ejemplo, es una obra que hizo en el año 1995, después del informe Rettig.

“De alguna manera, para todos los chilenos, todos estos informes que se fueron haciendo siempre fueron incompletos, porque fueron un paliativo respecto de todo lo que había ocurrido, y siempre quedó esa sensación de cosas irresueltas, de impunidad. Entonces, la bandera chilena para mí fue, de alguna manera, un símbolo también que pretendía juntar esa imagen de un símbolo nacional, pero que se fusiona también con la muerte, que se fusiona también con la desaparición forzada de personas, que se fusiona también con el espectáculo y el horror de lo que ocurrió, y como un memorial de lo que ocurrió”.

Símbolos de izquierda

Lo otro que llama la atención son símbolos políticos, como uno del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), que derrocó al dictador Anastasio Somoza en 1979.

“Yo vengo de una generación en donde existía el MIR, el Frente Patriótico, existían los Tupamaros, existían movimientos revolucionarios a través de toda Latinoamérica, y todos estos movimientos se basaban en una suerte de utopía del comunismo clásico”, dice al respecto.

“Pero claro, también sabemos que todas las revoluciones culturales tienen sus costos, y en este caso muchos de estos movimientos también no solamente afectaron a la población, sino que trataron de imponer a ultranza idealismos que finalmente fueron feneciendo con el avance del sistema capitalista, no solamente dentro de Latinoamérica, sino que en todo el mundo”.

Lo que Duclos pretende es “poner en evidencia el fin de todas estas ideas del progresismo que se habían instalado a partir de la Ilustración, que fue un periodo de muchos años de instalación de ideas que tenían que ver con las formas democráticas, pero que nunca han funcionado”.

“Tampoco yo soy un defensor del neoliberalismo ni de los sistemas totalitarios del comunismo, porque finalmente, claro, vemos hoy día que el único gran triunfo que ha tenido la revolución comunista ha sido con China, pero porque los chinos han tra sado también dentro de un sistema, ellos se dieron cuenta que después de hacer la revolución cultural tenían que crecer y para poder crecer ellos necesitaban desarrollar el capital, y la única forma de desarrollar el capital era con trabajo, con innovación, y hoy día vemos que China no solamente ha superado a Estados Unidos en términos tecnológicos y económicos, sino que también en términos culturales y sociales. Y creo que en ese sentido, claro, por mucho que nos cueste entender esto, son quizás las nuevas formas de capitalismo que tenemos por el siglo XXI”, dice.

“Ahora, a nadie le gustan los totalitarismos, y yo creo que ese ha sido el gran éxito que ha tenido la República Popular China, porque tienen un sistema centralizado, de poder manejado a partir del Partido Comunista, pero con un sistema económico liberal, y de esa manera se cumplen dos roles, uno que es un rol social, y por otro lado, otro rol que tiene que ver con el enriquecimiento a través del capital, que es la única forma también de poder hacer que un Estado pueda dotar a su población de conocimiento, de cultura y de recursos para poder crecer”.

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