
Marcos Guzmán, director teatral: Los clásicos “pueden hacer preguntas emergentes en torno al poder”
A cargo de un elenco que reúne a jóvenes actrices y actores consagrados, “Lear (Adaptación del Rey Lear de William Shakespeare)” se presentará gratuitamente en Santiago, Maipú y Lo Prado a contar del 26 de agosto.
Es una de sus obras favoritas, dada su belleza, espesor y capas de sentido. Así lo señala Marcos Guzmán, académico de la Escuela de Teatro de la UMayor y quien es uno de los directores de las obras que esa unidad está desarrollando tras adjudicarse el financiamiento del MINCAP para el proyecto de Apoyo a Teatros Universitarios.
“Lear” de William Shakespeare es una tragedia en torno al horror y la decadencia de nuestro mundo actual. Un padre que es rey se enfrenta a sus hijas; al otro lado del espejo, una madre es engañada por un hijo no reconocido. La locura se extenderá por el reino como una niebla que lo atraviesa todo. Este es el relato de dos familias arrastradas inexorablemente hacia un espiral de violencia, caos y muerte.
La obra se presentará de manera gratuita en tres puntos de la capital. En una primera tanda se montará en la Sala de Teatro UMayor (Santo Domingo 711) espacio que el 2025 además cumplió 20 años en la escena nacional. Las funciones se desarrollarán del 28 al 30 de agosto a las 19:30 hrs. Las entradas se liberarán por el sistema ticketplus.cl
Luego el elenco se traslada a Lo Prado, al Teatro Joan Jara (Paseo de las Artes 880), espacio donde habrá funciones los días 9 y 10 de septiembre a las 19:00 hrs. Las entradas se entregarán previa inscripción en formulario disponible en las redes sociales de la Fundación Centro Cultural (@FCCLOPRADO)
Finalmente, el ciclo concluirá en Maipú, con una función de la obra el día viernes 3 de octubre a las 19:00 hrs. en el Teatro Municipal de la comuna, ubicado en Av. Los Pajaritos 2045. Para esta función, las entradas estarán disponibles en el portal maipuencomun.cl, donde el público podrá inscribirse.
Junto a estas, el elenco realizará funciones especiales para públicos escolares en horario matiné, esto se suma al encuentro con las comunidades que experimentó el equipo mediante el desarrollo de clínicas formativas en Lo Prado, El Bosque y Quinta Normal.
Todo esto tras un proceso de audiciones que dieron paso a la confirmación de un elemento intergeneracional, con distintas experiencias y trayectorias, integrado por Francisca Marquez, Claudia Di Girolamo, German Retamal, Rallen Montenegro, Vanessa Peric, Juan Galvez, Magdalena Urarte, Matías Cornejo, Josefina Larraín, Francisca Videla y Juan Pablo Montenegro; quienes estarán en escena con el diseño integral de Catalina Devia; y el diseño sonoro de Daniel Marabolí.
Particularidades
-¿Cuáles han sido las particularidades de este proceso, considerando que se trata de un proyecto de teatro universitario?
Primero la apertura del proceso de construcción del elenco, democratizando el acceso de estudiantes, egresadas y egresados a las audiciones, lo que nos permitió conformar un elenco fundamentalmente joven, coherente con la intención de este proyecto de articular una mirada contemporánea sobre Shakespeare.
Ha sido para todo el equipo de trabajo un verdadero lujo investigar escénicamente a partir de la belleza de esta dramaturgia, sus múltiples traducciones y versiones, sumado a las distintas lecturas y miradas políticas, filosóficas y de distintos saberes que circulan sobre el material, lo que de alguna manera recuerda la capacidad que tienen los materiales clásicos, de ser reactualizados, dada su permanente emergencia.
Nuestro proyecto articula un elenco joven a propósito de un material que instala como uno de sus nudos una brutal tensión generacional, una brecha generacional que es parte del conflicto mismo de la obra y sus personajes. Ese es uno de los lugares de reflexión del proyecto, que también nos obliga desde el punto de vista actoral a abordar e intentar sortear ciertas dificultades en la articulación y lectura de su estructura. Nuestra intención como equipo de trabajo es levantar ciertas preguntas en torno al material, no solamente desde una dimensión lírica, propia de la literatura, sino desde la especificidad misma del teatro, que a nuestro modo de ver tiene que ver más con las imágenes, atmósferas, cuerpos y espacio escénico.
-Acá se definió que fuera un elenco de distintas generaciones.
Desde la dirección artística de Cristian Aravena y de Paula Aros esto se planteó en el propio proyecto: su naturaleza es que básicamente sea un elenco joven. Eso implica una serie de complejidades e interesantes desafíos para la obra. Nuestro proyecto está conformado en su mayoría por actrices y actores jóvenes, lo que exacerba, creo, uno de los nudos de la obra, que es la tensión generacional que hay entre los viejos y los jóvenes, a propósito de uno de los textos de Edmond, personaje central del relato,, que dice: “Los jóvenes suben cuando los viejos caen”.
-Otro de los elementos de estos proyectos es que fueran clásicos. Acá eligieron un clásico de clásicos que es Shakespeare. ¿Cómo puede interpelarnos esta autoría hoy?
Tiene muchos lugares de entrada. La emergencia del material, que tiene una dimensión política evidente ya que las tensiones en torno al poder son universales, son permanentes en el tiempo y las vemos en su ejercicio feroz de absoluta brutalidad y miseria todos los días. La tensión y la traición son parte irrenunciable de lo que rodea y define al poder mismo.
Nuestro proyecto intenta poner en tensión la dramaturgia con una serie de acciones físicas, imágenes, soportes, estrategias y procedimientos que de alguna manera permitan acercarnos desde un espíritu de contemporaneidad al relato. Nuestro LEAR está mirado desde la propia subjetividad del mismo rey, de su padecimiento, de su extravío. La locura de Lear nos recuerda por momentos la idea de un padecimiento mental, tan en boga en lo contemporáneo, lo que provoca un descalabro en sus relaciones afectivas y familiares. La ceguera aparece entonces como un signo fundamental. El bufón advierte constantemente a Lear de sus acciones, interpelando al rey para que sea lúcido en torno a las acciones que está ejerciendo, pero claro LEAR es incapaz de ver. En la obra también está esa idea, de provocar la caída del viejo poder, porque no hay otra manera de acceder a él. Ese es un poco el leitmotiv en las tragedias en Shakespeare.
-Justamente la versión de ustedes tiene la curiosidad que Lear es interpretado por una mujer. ¿Se había hecho antes?
En nuestra versión hay dos relatos: el de Gloucester, que lo protagoniza Claudia Di Girolamo, y el de Lear que lo hace Francisca Márquez. Los dos relatos operan como un espejo del otro y tienen que ver con el complejo vínculo entre madres, padres e hijos. El rey Lear con sus hijas y el duque de Gloucester, que en nuestra versión es una madre, con sus dos hijos están cruzados por las ambiciones de poder, complejos afectos y fantasmas, que llevan a esas familias a la ceguera, provocando que sean ellas mismas quienes socavan su relaciones hasta el paroxismo y la caída.
-Hablaste del trabajo con ciertos materiales previos sobre Lear. La primera versión que se hizo en Chile de la obra fue una traducción de Nicanor Parra.
Yo recuerdo esa potente versión de Alfredo Castro, protagonizada por Héctor Noguera como Lear y Ramón Núñez como el Bufón. Recuerdo, además, que Claudia Di Girolamo estaba en esa versión como Cordelia.
-¿Cómo situarías este trabajo de dirección en tu trayectoria, en todo lo que has hecho antes?
Lo siento como un gran y terrible desafío (ríe). Creo que nos permite dar cuenta de ciertas investigaciones y búsquedas escénicas, además de ciertos temas que de algún modo cruzan proyectos anteriores.
-¿Cómo fue el trabajo del texto, esta adaptación?
Muy colaborativo. Entendemos que el texto responde finalmente a los juegos escénicos que vamos planteando en los ensayos, entonces ha sido un trabajo en torno a la versión muy móvil.
A propósito de lo que preguntabas sobre la coherencia con mi trabajo anterior, pienso por ejemplo en autores como Pasolini, que a pesar de que ser sólidos, brillantes y lúcidos como literatura, requieren siempre una reescritura que ocurre en el propio escenario, a través de las imágenes, objetos, acciones y espacio escénico. En ese sentido para este proyecto no hemos tenido miedo a cortar, a dejando que sean los elementos de la escena los que hablen. Mal podríamos creer que todo está en la propia literatura. El teatro también es otra cosa.
-Esta obra también tiene un carácter gratuito y de itinerancia en territorios. ¿Qué sello le imprime esta característica?
Es una gran pregunta.: Se trata finalmente de conmover…
-Confiar en el público…
Así es.
-¿Cuál es la invitación al público?
Invitarles a un trabajo escénico a partir de la dramaturgia de Shakespeare, con un elenco de distintas generaciones. Un relato en torno a la complejidad de las relaciones filiales y a la soberbia y ceguera del poder.
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