
Opinión: Sampaoli morirá porfiado
Al entregar la nómina de jugadores locales que pueden estar en la Copa América, el entrenador de la Selección Chilena confirma que mantiene su distancia con los futbolistas de proyección y con las figuras del campeonato local. Sólo los calados que heredó de Bielsa le dan confianza.
Por lo que se ve, Jorge Sampaoli morirá con la suya. Para bien o para mal.
A 40 días de la ceremonia de apertura de la Copa América, convocó a siete jugadores de la competencia local, primer avance en la nómina que entregará próximamente integrando a los que se desempeñan en el extranjero. Y, a diferencia de su guía, Marcelo Bielsa, el entrenador casildense no da sorpresas.
Tiene una listita pequeña, y a ella se atiene. Su preantecesor (con Borghi entre ambos) sorprendió varias veces con nominaciones que a nadie se le habrían ocurrido en ese momento. Jean Beausejour, por ejemplo, era un apagado jugador de O’Higgins cuando lo llamó por primera vez. ¡Y miren dónde llegó! Después de jugar en la Premier League, participó en dos mundiales, hizo un gol en cada uno y todavía tiene cara de titular en la Roja.
Mauricio Isla ni siquiera debutaba en el primer equipo de Universidad Católica y ya tenía puesta la camiseta nacional. Y todavía se mantiene en buen nivel, jugando en Europa. Algo similar ocurrió con Carlos Carmona, que tenía buenos antecedentes en selecciones menores, pero que sudaba con los modestos colores de Coquimbo Unido. A Gonzalo Jara lo encontró en Huachipato, sin que nadie se hubiera fijado en él (a nivel adulto, pues el ojo de Sulantay lo había hecho titular en la Sub 20).
La pregunta se cae de madura: ¿Ya no hay tanto jugador con proyecciones, o Sampaoli no tiene misma mirada de lince de su maestro?… Y hay otra: ¿Será que Bielsa diseccionaba TODOS los partidos de la competencia y que el actual entrenador del seleccionado chileno se limita a observar a los equipos “grandes”?
Hay una diferencia, en todo caso, entre lo que encontró el rosarino cuando se hizo cargo y lo que existe ahora. Había una muy buena base de jugadores jóvenes, que había mostrado sus condiciones en torneos mundiales juveniles y que estaba a punto de despegar en su desarrollo físico y futbolístico. Con ellos participó Bielsa en el Mundial de Sudáfrica después de una brillante clasificación. Sampaoli los aprovechó en Brasil 2014 y los tendrá en la Copa América, ahora que ya están acercándose a las tres décadas de edad, pero no halla a los sustitutos ni a los sucesores.
Los juveniles han sido un fiasco en las últimas competencias internacionales, y eso justifica un tanto su desprecio por los jóvenes. Pero hay un par que hizo méritos, sin encontrar sus oportunidades: Nicolás Castillo y Angelo Henríquez. Este último, por lo menos, ratifica sus dotes goleadores en una competencia de segundo orden en Europa, la croata, pero donde se juega con la intensidad que él exige. Y no aparece en Juan Pinto Durán.
De la lista local, mantiene a sus regalones de Universidad de Chile (Johnny Herrera y José Rojas), confirma a dos colocolinos que normalmente están en sus nóminas para la suplencia (Paulo Garcés y Jean Beausejour), incorpora a otro por presión popular más que por gusto propio (Esteban Paredes) y les da oportunidad a dos verdes: Marco Medel, de Wanderers, y Juan Cornejo, de Audax Italiano. Verdes, los dos, por los colores de sus camisetas y sus experiencias internacionales, más que por edad: 27 y 25, respectivamente.
Pero, aparte de jugadores de proyección, que a lo mejor no existen, ¿no hay mérito en jugadores que hicieron un buena Copa Libertadores o en el plantel del equipo campeón? ¿Tan tarde será para comprobar cuánto rinden jugadores destacados como Paulo Díaz, de Palestino; Matías Donoso, Nicolás Peric y Johan Fuentes, de Cobresal, y el calerano Jean Paul Pineda, que es el goleador del torneo?
Sampaoli no cede: triunfará o fracasará con los calados de Europa, aunque no estén jugando o lo estén haciendo mediocremente.
Problema suyo, por supuesto.
Pero, también, muy caro para la afición si no se cumplen los objetivos que él mismo ha insinuado.