
Reflexiones frente a un proyecto de aborto
En el trato que hoy demos a los más débiles y vulnerables manifestaremos con hechos y de manera explícita el tipo de sociedad en la que queremos vivir. Esto es lo que estará en discusión al analizar este proyecto.
El Gobierno anunció ayer la presentación ante el Parlamento de un proyecto de ley que legaliza el aborto. Este sin duda es un verdadero atentado al primer derecho humano, el derecho a la vida. Debemos respetar la vida del que está por nacer, cuidando su dignidad. Además, con la misma fuerza y convicción, se debe apoyar a las madres que están en una situación de gran vulnerabilidad cuando se enfrentan a la decisión de realizarse un aborto, independientemente de las razones que existan para tomar esta dramática decisión. Así, entender y acompañar, sin juzgar ni condenar, es un desafío por lograr entre todos.
En este proyecto se trata de iniciar un debate sobre los derechos humanos y sobre la dignidad del ser humano, de todo ser humano. Así, la conducta que adoptemos frente a los más vulnerables es en extremo relevante, ya que demostrará de modo inequívoco el real valor y respeto de la sociedad que queremos construir y de su relación y respeto de la vida humana. De este modo, la forma de tratar y cuidar al más vulnerable es indicativa del desarrollo de una sociedad.
Cómo médico pediatra, día a día me sorprende el misterio y el milagro de la vida humana. Desde la fecundación se inicia la vida y se define lo que será un ser único e irrepetible. La célula inicialmente fecundada, en un continuo por divisiones y diferenciaciones sucesivas, formará cada una de las células presentes en el embrión, feto, recién nacido, niño y adulto. El plan básico del embrión se empieza a establecer desde la fecundación y el futuro del embrión se establece desde el primer momento del desarrollo.
¿Conocerán las autoridades algo de la embriología del desarrollo? ¿Tienen bases y fundamentos para dividir las decisiones en semanas? ¿Sabrán que a las 14 semanas la gran mayoría de los órganos, incluyendo la mayor parte del desarrollo del sistema nervioso, ya están constituidos? ¿Cuál es la fundamentación racional para tomar decisiones en un momento determinado, cuando la vida es un continuo desde la fecundación? Así lo hemos entendido en nuestra Red de Salud UC Christus, con todas las medidas de apoyo a las madres en situación de vulnerabilidad.
Además, es necesario poner atención a la naturaleza propia del ser humano. Desde su inicio es posible identificar dos constantes: en primer término, que la persona mantiene su identidad, que es única e individual, permaneciendo el mismo individuo en el proceso de desarrollo de su vida hasta su muerte natural. La segunda constante la constituye el proceso de desarrollo y cambio biológico de toda vida con un inicio (la fecundación) y un fin (la muerte). Sorprende la finitud y limitación natural de la vida humana. Por esto, es interesante constatar y recordar hoy que al inicio y al final del ciclo vital nuestras vidas dependen del cuidado de otros. Este hecho da cuenta del carácter interpersonal y social de la existencia.
Junto con la razón y el desarrollo del conocimiento disponible, para quienes tenemos el don de la fe, junto a los argumentos biológicos y humanistas –que están en la base objetiva en este debate–, la trascendencia de la vida, el respeto a un ser único e irrepetible y el valor sagrado de la vida humana (Papa Francisco, Dignitas Infinita), están en la base y son centrales en nuestras convicciones.
En suma, pienso que el modo en que enfrentamos las situaciones críticas en las que se plantea el debate del aborto refleja el valor que le asignamos como sociedad a la vida humana y el respeto por el más vulnerable de la sociedad. Es importante entregar estos argumentos al debate que se iniciará, para tener posiciones fundamentadas y con altura de miras orientadas al bien común, que permitan un mejor discernimiento en este tema.
El derecho a la vida, sin limitaciones, debe ser promovido, respetado y garantizado desde la fecundación hasta la muerte natural. En definitiva, en el trato que hoy demos a los más débiles y vulnerables manifestaremos con hechos y de manera explícita el tipo de sociedad en la que queremos vivir. Esto es lo que estará en discusión al analizar este proyecto.
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