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Las dos aguas entre las que se debate la primaria Opinión Imagen de Archivo

Las dos aguas entre las que se debate la primaria

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Cristián Zuñiga
Por : Cristián Zuñiga Profesor de Estado
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Al final del día, quien resulte vencedor de la primaria deberá confiar en el olfato y la experiencia de un Mandatario que, a pesar de su corta edad, ha demostrado poseer talento y fortuna en estas instancias.


El panorama, a primera vista, parece desolador para las izquierdas en Chile: todas las encuestas dan por ganadoras a las derechas en segunda vuelta e, incluso, dependiendo de quién gane la primaria oficialista, se vaticina un balotaje entre Evelyn Matthei y José Antonio Kast. Es gracias a la porfiada candidatura del diputado Johannes Kaiser que el horizonte cercano no se hace aún más lúgubre para el progresismo.

Todo indica que los vientos culturales del presente, donde el progreso importa más que la igualdad y el orden se ubica por sobre la libertad (según datos de las últimas encuestas CEP y la Cosa Nostra), dejaron a la deriva las ideas y relatos de esa embarcación que, con pañoletas en el cuello, prometía superar al capitalismo.

No cabe duda de que el punto más crítico para las izquierdas chilenas reside en el fondo de esta tormenta, es decir, en el torrente cultural de la sociedad actual, donde el mérito personal importa más que los proyectos colectivos y el resguardo personal moviliza más que la solidaridad. Es el zapato chino en el que parecen habitar las candidaturas de Winter y Jara, quienes, para seducir votantes más allá de sus nichos, deben endulcorar con astucia los anhelos ideológicos de sus respectivos comités centrales.

Duro también es habitar esa primaria para los políticos que en su momento se avergonzaron de llevar sobre sus hombros el legado de los gobiernos de la Concertación, los negaron más de tres veces y hasta se sumaron al trastorno de realidad padecido por las izquierdas en el 2019. Se trata de una especie de generación nacida para ser humillada, primero por sus padres los viejos que desde el exilio llegaron a gobernar al ritmo del capitalismo y luego por sus hijos los de la moral superior.

Hoy, en medio de una reñida primaria presidencial, la candidata Tohá vuelve a constatar que la obra gruesa del Frente Amplio reside no en la lucha contra la derecha, sino que en el odio parido al legado de “los 30 años”.

Entre estas dos aguas, la de la izquierda antineoliberal (en tiempos donde Trump parece ser el principal militante contra el neoliberalismo) y la que representa a una época de viejas glorias (el mito del “jaguar” concertacionista), se debate la primaria oficialista. Unos, aspirando a superar el capitalismo en días en que el país está más capitalista que nunca (véase el récord de ventas del reciente CyberDay) y otros ofreciendo volver a un pasado del que casi nadie se acuerda.

Sin embargo, el ejercicio de la primaria como un ring de boxeo competitivo puede servir como energizante para un sector que experimenta el natural desgaste de quienes gobiernan y aspiran a mantener. Al otro lado, la derecha se está dando con todo y lo hará hasta la primera vuelta presidencial, por lo que resulta probable que los golpes entre Kast y Matthei dejen de lado las máscaras y muestren a la derecha al desnudo, algo que pudiera espantar a muchos votantes indecisos.

En este escenario, resultará clave el oficio del Presidente Boric, un político que ya ha transitado por aguas turbulentas y logró salir airoso, aun con todas las encuestas en su contra (véase la presidencial del año 2021). Y es que al final del día quien resulte vencedor de la primaria deberá confiar en el olfato y la experiencia de un Mandatario que, a pesar de su corta edad, ha demostrado poseer talento y fortuna en estas instancias.

Puede que el único margen que le quede al oficialismo de pasar a una segunda vuelta y de manera competitiva sea confiando en el timón de un capitán que, a pesar de todo, logra llegar al epílogo de su mandato con 35% de aprobación. En tiempos de todos contra todos y de desconfianzas generalizadas, esto debería verse como una oportunidad en medio de la confusión de un bloque que ha sido superado por la cruda realidad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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