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Reforma notarial: una modernización a medias Opinión Archivo

Reforma notarial: una modernización a medias

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Christian Rodiek
Por : Christian Rodiek CEO de FirmaVirtual.
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Otro punto crítico es la digitalización. Se habló de escrituras electrónicas, de poder firmar documentos con firma electrónica avanzada y de aprovechar tecnologías seguras como NFC para validar identidades en línea, pero nada de eso quedó en la ley.


Luego de más de cinco años de tramitación, la reforma al sistema notarial es ley. Sin embargo, más allá de los titulares que celebran la modernización, muchos de quienes nos movemos en el sistema registral lamentamos que el corazón de la iniciativa original fuera desechado.

La propuesta inicial contemplaba facilitar la creación de nuevas notarías, con el objetivo de aumentar la oferta y promover la competencia, pero esa medida desapareció en el camino. Hoy tenemos una modernización cosmética, que ha dejado intactos problemas de fondo como un mercado concentrado, donde la escasez de notarías encarece el servicio y restringe la calidad del mismo.

Una verdadera reforma debió apuntar a lo que la Fiscalía Nacional Económica ya había advertido: romper el “oligopolio regulado” y generar un sistema donde más competencia signifique mejores precios y servicios.

Otro punto crítico es la digitalización. Se habló de escrituras electrónicas, de poder firmar documentos con firma electrónica avanzada y de aprovechar tecnologías seguras como NFC para validar identidades en línea, pero nada de eso quedó en la ley.

La reforma tampoco aborda un aspecto central: cómo evitar fraudes. Un diseño más robusto pudo haber considerado mecanismos de aleatoriedad en la asignación de notarios para ciertos trámites, de manera que las personas no puedan elegir siempre la misma oficina, para así reducir riesgos de colusión. Asimismo, creemos que el principio “ante notario” debió resguardarse con mayor rigurosidad; es decir, que la firma realmente sea en presencia de un notario y no susceptible a vulneraciones.

Si bien la ley introduce concursos vía Alta Dirección Pública para el nombramiento de notarios, eliminando la intervención de las Cortes de Apelaciones -lo cual es un avance, pues rompe con la endogamia del sistema- ajustes como ese parecen pequeños frente a las oportunidades desaprovechadas. La figura de los fedatarios, por ejemplo, permitiría resolver trámites simples de manera más eficiente.

Chile necesitaba un rediseño notarial que pusiera en el centro a la competencia, la tecnología y la seguridad. Como país, perdimos una oportunidad histórica: la de dar el salto hacia un sistema notarial moderno, seguro y alineado con los estándares digitales de la administración pública y el sector privado que un país moderno merece.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.

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