Opinión
Las demandas por seguridad en el marco de la protección de los Derechos Humanos: una falsa dicotomía
Cada 10 de diciembre, el mundo conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos, recordándonos que la dignidad humana debe guiar la vida democrática y el funcionamiento de todas las instituciones.
En el contexto del sistema de justicia penal, y desde la Defensoría Penal Pública, esta reflexión adquiere especial relevancia cuando las demandas por mayor seguridad aumentan, cayendo muchas veces en la dicotomía entre seguridad o derechos, como si uno excluyera al otro. Desde la Defensoría Penal Pública tenemos la convicción que esta disyuntiva no solo es errada, sino que muchas veces peligrosa.
No se trata de desconocer la necesidad de avanzar en materia de seguridad pública. El crimen organizado y los delitos complejos exigen una persecución penal estratégica y una mayor reacción. Pero eso no puede traducirse en debilitar las garantías que orientaron la Reforma Procesal Penal, ni mucho menos la afectación de los derechos fundamentales de las personas que enfrentan un proceso penal.
Consolidar un sistema de justicia robusto, confiable y respetuoso de los derechos fundamentales permite disminuir la arbitrariedad, la discriminación y los errores del sistema. Una sociedad más segura se construye garantizando un debido proceso efectivo, una defensa técnica adecuada desde las primeras actuaciones, y políticas públicas que combinen la prevención, una persecución penal estratégica y la reinserción social efectiva.
Desde la Defensoría Penal Pública vemos día a día cómo las personas -especialmente quienes viven en mayores condiciones de vulnerabilidad- experimentan la desigualdad del sistema penal: controles de identidad basados en estereotipos, uso excesivo de la prisión preventiva, investigaciones largas que afectan la vida familiar y laboral, y condiciones penitenciarias que reproducen la pobreza y exclusión.
La Defensoría Penal Pública aporta al equilibrio del sistema. Representamos a quienes enfrentan al Estado en su faceta más poderosa: el ejercicio del ius puniendi. Y lo hacemos con profesionalismo y apegados a estándares que buscan asegurar que, en cada investigación, en cada audiencia, en cada decisión judicial se respeten las normas y los derechos de todos y todas.
En este Día Internacional de los Derechos Humanos, nuestro mensaje es claro: Los defensores penales públicos estamos comprometidos con el respeto irrestricto de los derechos en el proceso penal y un trato digno a todas las personas, para continuar siendo un pilar fundamental y materializando el equilibrio del sistema.
Porque sin defensa no hay justicia.
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