El Jefe de Estado intentará tener una alianza unida bajo su mandato
Las agendas de Larraín y Piñera en pugna
El pacto suscrito por el timonel de RN con la Concertación para modificar el binominal produjo una dura reacción tanto desde el gobierno como desde la UDI. Pero también permitió ver con mayor claridad cómo el mandatario y el dirigente del partido no logran unificar los criterios. La causa es clara: están buscando cosas diferentes. Mientras Carlos Larraín piensa en acercar la tienda a la Democracia Cristiana, Sebastián Piñera tiene otro sueño: regresar en 2018 a La Moneda.
En Renovación Nacional para nadie es un secreto que uno de los más anhelados sueños de su timonel, Carlos Larraín Peña, es concretar un acercamiento entre la tienda que lidera y la Democracia Cristiana. Aspiración que nunca ha ocultado y, muy por el contrario, cada vez que se ha dado la ocasión se ha deshecho en gestos hacia el falangismo o hacia algunas de sus figuras más connotadas. De hecho, al inicio del actual gobierno, el polémico dirigente no tuvo ningún pudor en manifestar que él estaría disponible para que la administración de Sebastián Piñera ofreciera cupos ministeriales a representantes no sólo de la DC, sino también del Partido Radical.
Algo que nunca llegó a concretarse, porque desde las colectividades aludidas defendieron su permanencia en la oposición. Esta fue sólo una de las muchas señales públicas que se repitieron hasta ahora, particularmente en relación con la tienda encabezada por Ignacio Walker. Sin embargo, esto chocaría con las pretensiones del mandatario de volver a La Moneda para lo que necesita una Alianza unida bajo su liderazgo.
La irrupción sorpresiva del acuerdo al que llegó RN con la DC para modificar el sistema binominal es una prueba más del deseo del timonel de Renovación de avanzar hacia una relación más estrecha con el falangismo, que en el menor tiempo posible pudiera transformarse en un pacto. Tanto es así que sectores de la propia Concertación admiten que prácticamente fueron “comparsa”, sumándose para la foto, pero con escasa o ninguna influencia en el tan debatido compromiso suscrito. Ello, porque mientras el análisis de los distintos proyectos para cambiar el sistema electoral se hacía en la Comisión de Constitución, un selecto y reducido grupo integrado por los senadores DC Patricio Walker, Soledad Alvear y el diputado Jorge Burgos y Carlos Larraín, Francisco Chahuán y Baldo Prokurica por Renovación, intentaban concretar el compromiso que en enero del 2012 anunciaron con bombos y platillos y que estos últimos habían estado dispuestos a dejar morir de muerte natural.
[cita]Pero la necesidad urgente de ofrecer cambios como la modificación del sistema binominal, explican en la casona de Antonio Varas, también tendría que ver con que “don Carlos” se habría convencido que “es necesario canalizar las demandas y anhelos de los movimientos ciudadanos, ya que si no se hace nada pueden ser mal encausados. De ahí que se ha comenzado a socializar comunicacionalmente el discurso de que si se hubiera tomado una decisión antes en estos temas, no se estaría hablando ahora de asamblea constituyente”.[/cita]
¿Qué fue lo que empujó a acelerar el acuerdo? Un importante sector de RN está convencido de que la revitalización de éste quedó sellada el mismo día que Andrés Allamand fue derrotado por Pablo Longueira en el marco de la primaria presidencial. Esa fatídica noche, los recovecos de la casona de Antonio Varas escondían a no pocos dirigentes y militantes atemorizados por el poder que la UDI descargaría sobre la colectividad. La sola idea de que sus socios arrasaran con Renovación en las parlamentarias de noviembre comenzó a crecer como un fantasma. Tras el fracaso, el futuro no parecía promisorio. Y tal como un analista del sector había adelantado a El Mostrador, se comenzó a fraguar la idea de que en este nuevo escenario es más necesario que nunca avanzar en reformas que dudosamente sus aliados aceptarían, como la modificación del sistema binominal.
Pese a que en la colectividad saben que su timonel nunca estuvo muy claro de los beneficios de avanzar en esa línea, “ahora sí está convenido que es imprescindible hacerlo para asegurar la supervivencia del partido”. Porque, según se comenta, ese solo cambio permitiría la redistribución de las fuerzas y podría variar la configuración de las alianzas. Lo que finalmente permitiría una sociedad más estable entre la Democracia Cristiana y Renovación Nacional, debido a que comparten entre otras cosas –habría comentado el dirigente en múltiples ocasiones– un tronco social cristiano.
Visión social cristiana
Un militante que ha escuchado a Larraín, en más de una oportunidad, compartir su visión acerca de las alianzas políticas, recuerda que el timonel suele repetir que “RN debería tener una relación más cercana con la Democracia Cristiana, porque comparten una visión social cristiana, más que con la UDI”. Así se explican en su propio partido, que el senador por Valdivia esté permanentemente haciéndole “guiños” a la DC. Aunque otros perciben que a esta necesidad de nuevos pactos lo habría empujado más bien “su mala relación de siempre con la UDI”.
Pero la necesidad urgente de ofrecer cambios como la modificación del sistema binominal, explican en la casona de Antonio Varas, también tendría que ver con que “don Carlos” se habría convencido que “es necesario canalizar las demandas y anhelos de los movimientos ciudadanos, ya que si no se hace nada pueden ser mal encausados. De ahí que se ha comenzado a socializar comunicacionalmente el discurso de que si se hubiera tomado una decisión antes en estos temas, no se estaría hablando ahora de asamblea constituyente”.
La repentina decisión de hacerlo ahora también tendría relación directa con el negativo diagnóstico que tiene el presidente de RN respecto de los resultados de las elecciones de noviembre. En la tienda y en su entorno sostienen que no está nada convencido de que Pablo Longueira pueda ganar a Michelle Bachelet. Y más sombrío aún es su pronóstico en materia parlamentaria. Larraín seguiría sosteniendo internamente que se arriesgan varios doblajes y que si eso llegara a materializarse la Nueva Mayoría de todos modos podría hacer todos los cambios que se están anunciando, sin preguntarle a la oposición. Por lo que habría decidido que “es mejor tomar la iniciativa ahora, porque es posible que el 17 de noviembre arrase la Concertación y puedan hacer todos los cambios que quieran sin RN”, parafrasea un antiguo militante de la colectividad.
En la tienda se comenta que el líder de RN “más que en una cruzada de salvemos el partido, está por salvar la política y la institucionalidad, por eso siempre ha defendido el rol de los partidos políticos, y de paso, claro, podemos deshacernos del yugo de la UDI. En la misma línea es que surge la figura de los senadores nacionales en la propuesta de modificación del binominal. Porque él siempre la pensado que hay que mantener en el Senado hombres que dan estabilidad al país, como sería el caso de Camilo Escalona, Eduardo Frei y otros como ellos”. Aunque sus detractores ya comentan que esta extraña figura “tiene nombre y apellido: Carlos Larraín”.
Un parlamentario que intenta mirar con objetividad la última movida de Larraín y que lo ha oído en alguno de sus tantos análisis políticos cree que las cuentas que sacó el timonel para concretar al fin el famoso acuerdo con la DC es que “la Concertación va a ganar las presidenciales y Bachelet va a ser capturada por el eje de la izquierda y la DC, en tanto, con su representación disminuida –porque no le va bien con el voto voluntario– podría acercarse naturalmente a Renovación, pues el cambio al binominal va a permitir nuevos pactos”. De allí que justo ahora se diera el mejor escenario para que Carlos Larraín decidiera darle curso a su “revancha” y sostener un gallito con el Presidente Piñera. Pues lo obligó a reaccionar luego de su arremetida del martes. No obstante, hay quienes aún creen en RN que Piñera puede terminar ganándolo, porque “Larraín nunca pensó en que la reacción de La Moneda y de la UDI fuera como fue. Sobre todo que Patricio Melero saliera anunciando que su partido está dispuesto avanzar en modificar el binominal”. Por otra parte, el gobierno ha logrado plasmar en la derecha que el proyecto presentado por Larraín tiene “mucha externalidad negativa” por una serie de razones que ya han comentado varios ministros y que los detractores del timonel de RN repiten casi con placer. Entre otras, que no sirve porque aumenta el número de parlamentarios y con la figura de los senadores nacionales se crean parlamentarios de primera y segunda categoría.
Contraofensiva unitaria
Y es en este punto donde Sebastián Piñera Echeñique inicia su contraofensiva. Si bien lo tomó por sorpresa el acuerdo inconsulto, tras conocer la presentación de la reforma constitucional puso manos a la obra. Y, tal como lo anunciara el timonel de la UDI, el mandatario citó a una reunión de trabajo para la tarde de ayer a representantes de la UDI y diputados y senadores liberales de RN que se opusieron públicamente al acuerdo liderado por Larraín. Así, pasadas las 19:00 horas del miércoles comenzaron a llegar a La Moneda los senadores RN Lily Pérez y Alberto Espina y los diputados Karla Rubilar, Pedro Browne, Cristián Monckeberg, Nicolás Monckeberg, Leopoldo Pérez y Germán Becker; que se sumaron a los senadores gremialistas Hernán Larraín y Juan Antonio Coloma y a los diputados Patricio Melero, José Antonio Kast, Arturo Squella y Gustavo Hasbún. Fue el propio Piñera quien encabezó la cita junto con los ministros políticos de Palacio.
Según algunos de los presentes, en la reunión no se pudo obviar lo sucedido el día anterior y el gobierno manifestó que “las formas” fueron las que molestaron. También se manifestó el desagrado con la propuesta presentada por el timonel de RN y la Concertación porque aumenta el número de parlamentarios y se trazaron las líneas gruesas de la iniciativa que el Ejecutivo pretendería ingresar a tramitación la próxima semana. Por lo pronto, produce un redistritaje reduciendo de 60 a 30 los distritos, que podrán elegir dos, cuatro o seis diputados. Adicionalmente, contempla fusionar grandes circunscripciones. La mayoría de los presenten en el cónclave compartió que “es más defendible este” proyecto públicamente, aunque los representantes de la UDI quedaron de revisar y debatir la iniciativa en sus instancias de toma de decisiones.
Dado que la intención de Piñera de volver a La Moneda el 2018 ya parece más bien un secreto a voces, así se entiende por qué le preocupa tanto tener unida a la UDI y RN, en torno a su liderazgo. Y, por eso también tiene lógica que haya estado “indignado”, porque con su gestión, Carlos Larraín puso en tela de juicio dicho liderazgo. No por nada en la casona de Antonio Varas se hacen todo tipo de cálculos y especulaciones en torno a que para poner en marcha su agenda con miras al 2017, Piñera debe mantenerse vigente en política y para ello, dicen quienes apuestan porque el mandatario pueda volver a Palacio después de “una exitosa gestión”, necesita tomarse el partido. Y quienes están siguiendo sus movimientos tienen la certeza de que el mundo liberal de RN podría levantar una lista encabezada por algún cercano al mandatario, que tendría que competir con Andrés Allamand, si como se ha insinuado también estuviera pensando en ir por la presidencia de la colectividad.