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Heraldo Muñoz: “Fue aprobado por aclamación que Chile y Corea del Sur coorganicen la Unoc4”

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Héctor Cossio López
Por : Héctor Cossio López Editor General de El Mostrador
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El excanciller, en entrevista con Juego Limpio, cuenta que la Conferencia en Francia aprobó por aclamación que nuestro pais y Corea del Sur coorganicen la conferencia de los océanos el 2028. Y en cuanto a la postulación de Valparaiso como sede del BBNJ, dijo que Bruselas es la principal competencia.


El viernes de la semana pasada terminó en Niza, Francia, la Tercera Conferencia de Naciones Unidas para los Océanos. En la edición recién pasada de Juego Limpio dedicamos el número casi entero a explicar la relevancia del encuentro multilateral. Ahora nos concentraremos en los resultados y lo haremos a través de una entrevista con Heraldo Muñoz, excanciller de Chile, y uno de los interlocutores más importantes de la delegación chilena, que encabezó las conversaciones en nombre del país, una vez que el canciller Alberto van Klaveren y la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas,  regresaran a la país tras participar de los dos primeros días de la cumbre.

-¿Qué tan importante era para Chile participar de esta conferencia de los océanos?

-Creo que hay que partir con la importancia gravitante del océano, que absorbe el 90 por ciento del calor global, el 25 por ciento del óxido de carbono que emite anualmente la actividad humana y que genera el 50 por ciento del oxígeno que respiramos. Entonces estamos frente a un desafío planetario, porque el océano está siendo de alguna manera desafiado, atacado por la pesca ilegal, por la acidificación y por la contaminación por basura plástica.

Y para un país oceánico como Chile, que tiene cinco veces el área marina jurisdiccional respecto a nuestro territorio, se trata entonces de una cuestión prioritaria, fundamental para el futuro de nuestro país, para la actividad económica, para las comunidades costeras, para el turismo y para el transporte comercial de nuestros productos. Me nombraron enviado especial para los océanos, por lo que hicimos bajo la segunda administración de la presidenta Bachelet, cuando establecimos la cantidad más grande históricamente de áreas marinas protegidas de nuestra zona económica exclusiva, de nuestras aguas jurisdiccionales, llegando a un millón cuatrocientos mil kilómetros cuadrados de áreas marinas protegidas, desde las Islas Venturas en el norte a la altura de Caldera, San Félix y San Ambrosio, pasando por Rapanui, el archipiélago Juan Fernández,  y terminando en el sur austral, Cabo de Hornos y Diego Ramírez, fuera de otras áreas marinas.

Organizamos también una conferencia pionera denominada Nuestro Océano, que ahora es parte del sistema de alguna manera oceánico, y un número de otras iniciativas. ¿Qué ha pasado? ¿Qué ha significado eso? Que nos ha dado legitimidad precisamente en cuanto a las acciones que han ido implementando los miembros de Naciones Unidas para proteger el océano y para darle un uso sustentable, porque no se trata simplemente de protegerlo, incluso se ha ido instalando el concepto de economía azul, porque el océano genera ingresos y hay que hacerlo de manera sustentable y hay que invertir en el océano.

-¿Cuáles fueron los ejes de la Conferencia?

-Tuvo varios enfoques. El ir desarrollando cada vez más ciencia y conocimiento sobre el océano, porque todavía conocemos poco, conocemos poco incluso de la biodiversidad existente.

El levantar financiamiento para la implementación de los planes de manejo de las áreas marinas protegidas. El buscar lo que se llama el concepto 30-30, es decir, que cada estado tenga al menos un 30% de su jurisdicción nacional oceánica protegida con áreas marinas de aquí al 20-30, por eso se llama 30-30. Bueno, Chile sobrepasó eso hace rato, porque durante el segundo periodo de la presidenta Michelle, cuando a mí me correspondió liderar este esfuerzo, llegamos al 43% de nuestra jurisdicción nacional, de nuestra zona económica exclusiva con áreas marinas protegidas.

Se discutió también cómo ir financiando los planes de manejo, porque hay inversión que hay que hacer para mantener, para vigilar, para tener programas satelitales para la fiscalización, hay mucho que invertir. Y lo otro fue este gran acuerdo, porque de repente podemos quedarnos medio deprimidos, porque está toda esta situación de la basura plástica, de la pesca ilegal, de la acidificación que amenaza el planeta, pero también hay acciones positivas, y lo más positivo ha sido el acuerdo o tratado que se ha firmado sobre la biodiversidad más allá de las jurisdicciones nacionales, es decir, más allá de las 200 millas, sobre la denominada alta mar. Este tratado que se se conoce por sus letras en inglés, BBNJ, es un tremendo logro multilateral.


¿Cómo se avanzó en BBNJ y cuando debería estar ratificado?

-Hasta ahora una cantidad muy significativa de países ya lo ha firmado. El problema es la ratificación, se necesitan 60 países para la ratificación, y en la conferencia que tuvimos en Francia, Emmanuel Macron llamó a avanzar en ese sentido, y de hecho durante la conferencia varios países anunciaron la ratificación, ya vamos en más de 50. Pero no hay plazos, aunque estamos muy cerca, de hecho los franceses estaban diciendo que ellos creen que de aquí a la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, en septiembre, vamos a estar sobrepasando los 60.

-Qué pasa con el tratado si no es vinculante y que además no contó con la presencia de Estados Unidos, que se restó de este acuerdo?

-A Estados Unidos, bajo la administración Trump, no le interesa el multilateralismo, ni este tipo de acuerdos, y lamentablemente incluso se ha autorizado a un par de empresas para que inicien exploración y explotación mineral en Altamar, y Chile es de la postura de lo que hemos denominado una pausa precautoria, es decir, que no se explote el fondo marino, porque ni siquiera conocemos lo que ahí hay, o sea, conocemos una cantidad limitada de especies, y desde el punto de vista científico se cree que existe una enormidad por ser descubierta, entonces el iniciar actividades mineras en el fondo marino sería un desastre. Y Estados Unidos, bueno, ya ha autorizado esto, eso va en contra del tratado de lo que se trata es de establecer áreas marinas protegidas en Altamar y que de haber explotación eventual de Altamar esta sea de beneficio común del patrimonio global, es decir, que sus beneficios sean repartidos equitativamente para todas las naciones.

¿El resto de los países que sí firmaron pueden hacer contrapeso?

-Ha habido un avance enorme. Por cierto, si hay algunos países que no respetan esto, evidentemente que lo erosiona, pero que se haya llegado a ese acuerdo, que haya sido firmado por muchos países muy significativos, es muy importante, porque hoy existe una comunidad que no existía antes, hace 10 años atrás, cuando nosotros empezamos este trabajo muy fuerte de protección oceánica, no era un tema tan gravitante como lo es ahora, y hoy día hay una base política que permitió llegar a este tratado. Yo era escéptico respecto a la posibilidad de llegar al acuerdo, y sin embargo se llegó, se firmó, y estamos a punto de entrar a la ratificación.

-¿Cómo va el asunto de convertir a Valparaíso en la sede la ONU para este tratado?

Chile tiene mucha legitimidad, nos reconocen a nivel mundial como líderes en materia de protección oceánica, por esto Chile ha presentado la postulación de Valparaíso para acoger la Secretaría del Tratado. Eso significaría, si llegara a ocurrir, un logro muy importante, creo que ayudaría enormemente a Valparaíso, y por eso que estuvieron presentes en la delegación, no solo el Ministro de Relaciones Exteriores, que lo lideraba junto a la ministra de Medio Ambiente, sino que estaba el Gobernador de Valparaíso, la Alcaldesa de Valparaíso, entre otros representantes.

-¿Dónde está la competencia? ¿qué otras ciudades se están presentando?

-Bruselas, por ejemplo, es la competencia principal, pero yo escuché, porque tuve muchas bilaterales habían algunos países que decían que Bruselas ya tenía muchas instituciones, y que hay muchas instituciones de Naciones Unidas en Europa; en Viena está Energía Atómica; en Ginebra, hay múltiples; en Francia está la Unesco; en Roma la FAO.  En América Latina, entonces, contar con una sede de un tratado global sería importante. Pero Bruselas es Bruselas, así que hay que irse con cuidado, y lo que hemos hecho es una campaña para ir convenciendo a los distintos países, no para que haya una votación, sino que para que ojalá haya un acuerdo consensual respecto a la sede, y para eso también hay que tener los instrumentos.

-El primer día de la Conferencia el canciller Alberto van Klaveren anunció que Chile junto a Corea del Sur buscarían ser coorganizadores de la UNOC4 ¿qué pasó?

-Fue aprobado por aclamación de la conferencia, vamos a coorganizar la conferencia el 2028. En mi último día, me tocó presentar en el plenario de la conferencia la propuesta que ya acordamos con Corea del Sur para que la República de Corea y Chile coorganicen la conferencia de Naciones Unidas 4, que sería la última conferencia antes de la fecha clave del 2030, cuando se van a analizar muchos de los objetivos de desarrollo y de protección oceánica. Ahora esto no significa que la conferencia vaya a ser en Chile, lo que va a pasar es que la reunión será en Corea del Sur, entonces lo que pasará es que muchas reuniones claves de esa conferencia se realizarían en Chile. Y no es algo menor porque estamos hablando de la posible implementación del acuerdo de alta mar, entonces estaríamos frente a momentos bien significativos, además del establecimiento de las áreas marinas protegidas del 30% respecto al 2030.

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