

ME-O lanza plan económico de su gobierno “mediador”: busca enfrentar crisis de inversión
Marco Enríquez-Ominami presentó su plan económico “mediador” para el período 2026–2030, con el que busca revertir la crisis de inversión, fortalecer la competitividad y proponer un Estado “moderno y soberano” capaz de generar empleo y confianza.
El candidato presidencial Marco Enríquez-Ominami dio a conocer en Santiago las principales propuestas de su programa económico, en un acto realizado en el Hotel Hyatt Céntrico ante dirigentes sociales, economistas y representantes de pequeñas y medianas empresas. La presentación, titulada Reflexiones y propuestas económicas para Chile 2026–2030, fue planteada como el inicio de una nueva etapa de campaña centrada en las soluciones a la actual crisis de inversión.
Entre los diagnósticos expuestos, el abanderado destacó la paralización de más de US$ 80.000 millones en proyectos por incertidumbre regulatoria, el retroceso de Chile en competitividad internacional —del puesto 24 al 44 en una década—, la deuda de la clase media que alcanza el 13,6% de los ingresos y el bajo nivel de gasto en innovación, de apenas 0,4% del PIB frente al promedio de 2,7% de la OCDE.
Enríquez-Ominami planteó la necesidad de “un Estado moderno, soberano, ágil y competente” y anunció la creación de la “Arquitectura Soberana 2025–2030”, una estrategia destinada a blindar la economía y dar sustentabilidad al crecimiento.
Principales ejes del plan
El plan económico se organiza en tres grandes pilares. El primero corresponde a una agenda pro-crecimiento e inversión que considera una inyección de US$ 21.000 millones en trenes, puertos, vivienda y energías limpias. La meta, aseguró, es generar 1,2 millones de empleos directos e indirectos en áreas como la transición energética y la economía digital. Para facilitar la concreción de proyectos se implementará una ventanilla única digital que reduzca plazos a menos de 18 meses, además de una política industrial que impulse el litio con valor agregado, el hidrógeno verde, el acero sostenible, la agroindustria y la economía azul.
Un segundo eje está centrado en la reforma tributaria, concebida como verde y progresiva. La meta es elevar la recaudación en 3,5 puntos del PIB en cuatro años, con un sistema de royalty progresivo y un diseño que favorezca a las pymes. Al mismo tiempo, se prevé un aumento de la carga tributaria a las grandes fortunas, en línea con los estándares de la OCDE, mientras se alivian los impuestos de las pequeñas y medianas empresas.
El tercer pilar corresponde a un nuevo pacto productivo que contempla la modernización de Codelco, mediante la reinversión del 30% de sus utilidades y una gestión más profesionalizada. A ello se suma un rol protagónico de ENAP en la transición energética, con énfasis en el desarrollo del hidrógeno verde, y una transformación de BancoEstado en un banco de desarrollo orientado a financiar pymes, cooperativas y proyectos vinculados a la economía verde.
El costo del programa asciende a un 8,9% del PIB en cuatro años y se financiará con la propia reforma tributaria y alianzas público-privadas que, según el candidato, movilizarán más de US$ 73.000 millones en inversión privada.
Gobierno de “mediación”
“Nosotros hemos planteado que somos una presidencia de mediación, una presidencia de reenderezar la economía”, dijo Enríquez-Ominami al abrir la ronda de preguntas, subrayando que su propuesta busca combinar responsabilidad fiscal con un plan contracíclico de inversión.
Sobre migración, sostuvo que la política debe ser “planificada y regular”, enfatizando que “la inmigración puede ser un bien (…) pero expulsaré a los extranjeros presos y condenados, y seré severo con la irregularidad, sin violar principios básicos”.
Consultado por el escenario internacional, evitó calificar regímenes extranjeros y recalcó su enfoque pragmático. “Me cargan las dictaduras (…) pero no voy a participar de la calcomanía que me piden que le ponga a los demás jefes de Estado. Chile necesita un jefe de Estado responsable y pragmático”.
Enríquez-Ominami también respaldó la candidatura de Michelle Bachelet a la ONU, calificándola de “orgullo para Chile”, aunque pidió al gobierno explicitar el propósito de la postulación.
Finalmente, advirtió sobre la urgencia de reactivar la economía: “Chile está en un momento de gran estancamiento, con fuga de capitales. Lo que proponemos es una reflexión financiera y económica muy sólida, una economía para un nuevo ciclo político”.
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