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La Moneda define sucesor de Iturriaga: dos generales se perfilan en medio de tensiones internas
La designación del nuevo comandante en Jefe se prevé marcada por la tensión entre el general Iturriaga y el Gobierno del Presidente Boric. Las cartas de sucesión que baraja el Ejecutivo apuntan a los generales Cristián Guedelhoefer y Pedro Varela. Definición se hará en la última semana de octubre.
Luego del 19 de septiembre, el Gobierno inició el proceso para hallar al sucesor del comandante en Jefe del Ejército, general Javier Iturriaga, quien dejará las filas en marzo. El oficial que se elija acompañará por cuatro años a un Presidente de derecha o comunista, enfrentará el lío presupuestario y la reticencia militar a sumarse a las tareas de seguridad interior y control fronterizo. Las cartas que baraja La Moneda apuntan a los generales Cristián Guedelhoefer y Pedro Varela.
Iturriaga, conocido por no eludir sus discrepancias con autoridades políticas, en su última Parada Militar saludó dos veces a los soldados desplegados en “la frontera norte, la macrozona” y señaló: “Cada comandante en Jefe ha tenido desafíos de acuerdo a la época que le toca vivir”. También deslizó que la institución presenta su “posición profesional”, pero que “las autoridades políticas son las que finalmente” deciden. Lo que fue interpretado como una crítica a la demora de las RUF y el presupuesto.
El oficial pasará a la historia no solo por contradecir al exmandatario Sebastián Piñera al precisar que no estaba en guerra con nadie para el estallido social, sino también por mantener una tensa relación con el Presidente Boric y la exministra de Defensa, Maya Fernández. En círculos castrenses cuando el reemplazo del vicealmirante Pablo Niemann, como jefe de Estado Mayor, recayó en un oficial de la Fach, cuando era turno del Ejército, fue interpretado como un síntoma de eso.
La sucesión de Iturriaga se centra en tres generales de división. El primero, es el segundo hombre al mando de la institución, general Rodrigo Pino, actual jefe de Estado Mayor del Ejército, que representa la continuidad del mando actual. Su cercanía con Iturriaga –sostienen quienes conocen el proceso– sería su principal debilidad.
Nuestro hombre en la frontera norte
Uno de los oficiales que el Gobierno ve con interés es el general de división Pedro Varela, del arma de caballería blindada y las especialidades secundarias en comandos, paracaidismo e inteligencia. En el Ministerio de Defensa lo consideran un hombre clave en “el apoyo a labores de seguridad interior, proactivo y con un destacado papel en el despliegue de tropas y capacidades tecnológicas” en la frontera norte.
No obstante, algunas versiones sostienen que le juega en contra su paso por la dirección de la DINE. Según informó La Tercera, bajo su mando, en 2020, dos efectivos de la repartición fueron detectados por Carabineros en la ventana del despacho de la jueza Romy Rutherford, a cargo del caso de fraude en el Ejército.
Poco después el militar fue designado jefe de la Misión Militar de Chile en Estados Unidos, un puesto clave para llegar al alto mando. En Washington –sostienen– fortaleció la cooperación militar entre ambos países y su labor fue bien evaluada por el entonces comandante en Jefe, Ricardo Martínez.
En 2022 fue designado jefe del Conjunto Norte, una posición estratégica que le permitió supervisar las operaciones en la frontera de Iquique. Finalmente, en 2023, asumió el cargo de comandante de Operaciones Terrestres, donde continúa desempeñando un papel relevante en la ejecución de las tareas fronterizas.
El edecán de Piñera para el Acuerdo por la Paz
El otro oficial con mayores opciones, considerado el favorito de las filas, es el general Cristián Guedelhoefer, actual comandante de Educación y Doctrina. Es del arma de Infantería y tiene una serie de especialidades militares: buzo táctico, comando, paracaidista y profesor militar de Escuela.
Su trayectoria militar incluye haber sido agregado en Estados Unidos y comisionado en una unidad de Fuerzas Especiales del ejército norteamericano. Su visión moderna podría hacerlo atractivo para el actual Gobierno, que busca un enfoque diferente.
En el mundo castrense señalan que fue director de la Escuela Militar, que su padre y su abuelo fueron oficiales, y que tiene una particular preocupación por los subalternos. “Todo parte en ser buenas personas, de manera amable, con bondad y humildad, para de esta forma, preocuparnos de nuestras tropas (…). Busquen día a día el ser una persona íntegra”, señaló Guedelhoefer en un seminario sobre Educación en 2024.
El general Guedelhoefer fue Edecán Militar del expresidente Piñera desde 2018. Este vínculo lo posiciona históricamente cerca de la derecha tradicional, por lo que también es bien mirado en La Moneda, ya que habría estado cerca del Mandatario para la firma del Acuerdo por la Paz el día 15 de noviembre.
El nuevo comandante en Jefe asumirá en un momento en que el Ejército enfrenta problemas de financiamiento, el deterioro de las capacidades operacionales y resistencia a la participación de las Fuerzas Armadas en labores de seguridad interior bajo los Estados de Excepción.
Asimismo, en las filas sostienen que su rol es la seguridad exterior y que su dedicación a tareas policiales produce una sobrecarga operacional que no estaba cubierta por el presupuesto original del Ejército.
Los escollos que enfrentará el sucesor del militar que contradijo a Piñera
“Este despliegue implica mantener a miles de hombres, 3.000 en la macrozona sur, con gastos significativos en alimentación, transporte, combustible y mantenimiento para los equipos. Aunque este sistema de despliegue y gasto extra funcionaba para periodos excepcionales, como terremotos, el desafío se ha agravado porque el despliegue lleva cerca de tres años y medio en el sur y tres años en el norte. El Ejército pone de su presupuesto, pero el Ministerio del Interior, ya desde la era Monsalve, no lo revuelve o se demora mucho”, señala una fuente militar.
Los especialistas advierten que la Ley de Capacidades Estratégicas, que se basa en una planificación cuatrianual, ha visto la suspensión de la cuota anual de presupuesto tanto en 2024 como en 2025. Y en círculos militares lo confirman. “Esta suspensión incumple el contrato original, lo que obliga al país a pagar más intereses y proyecta una imagen de poca seriedad”, advierten.
“No existe garantía de que el presupuesto aprobado para un año se respete al siguiente, lo que genera incertidumbre en la planificación. El Ejército enfrenta la presión de operar continuamente en Estados de Excepción con presupuestos insuficientes. Las Fuerzas Armadas deben desplegarse en tareas no presupuestadas, lo que implica mantener miles de hombres con gastos constantes. Este sistema se agrava porque el Ministerio del Interior nunca devuelve los fondos a tiempo y nunca entrega la cantidad completa. Aunque este mecanismo funcionaba para períodos excepcionales, el despliegue lleva cerca de tres años y medio en el sur y tres años en el norte, resultando en más tareas y menos recursos”, dice una fuente de inteligencia militar.
La designación del nuevo líder del Ejército se prevé marcada por la tensión política con el Gobierno de Boric. Además, algunos oficiales han señalado la existencia de un sesgo doctrinario en el mando saliente, que favorece a oficiales comandos, como Iturriaga, en la selección de puestos clave. Esta percepción ha generado descontento interno entre los militares que no provienen de esta especialidad, que sienten estar marginados en procesos.