No fue la única adquisición inmobiliaria. Weinstein optó también por una segunda vivienda y adquirió la casa que Marco Hites, socio de la cadena del mismo nombre, tenía en el camino a Cachagua.
El año pasado Alejandro Weinstein vendió junto a su hermano y su padre CFR, la matriz del laboratorio Recalcine. La familia recibió unos US$2.120 millones por su 72,6%, pero como Alejandro era el controlador se llevó la mayor parte de las ganancias, por lo que se convirtió en billonario. O sea, pasó a integrar aquel selecto grupo de personas en el mundo con más de mil millones de dólares.
Con su nueva fortuna decidió cambiarse de casa y eligió casi la punta del cerro en el sector de Santa María de Manquehue, en Vitacura. Le compró su casa a Salvador Said (Parque Arauco, BBVA, Envases del Pacífico) y se convirtió en vecino de un famoso: Leonardo Farkas, quien no pasa mucho tiempo en Chile y hace más de un año que tiene su propiedad -que antes perteneció al banquero Alvaro Saieh- en venta.
No fue la única adquisición inmobiliaria. Weinstein optó también por una segunda vivienda y adquirió la casa que Marco Hites, socio de la cadena del mismo nombre, tenía en el camino a Cachagua. Ahí cuenta con otro vecino conocido, el economista Paul Fontaine, quien fue parte de la campaña de Marco Enríquez Ominami en 2009 y en la segunda vuelta apoyó a Sebastián Piñera.
Weinstein no reparó en gastos: dicen que por las casas de Santiago y la playa desembolsó un total cercano a los US$12 millones.