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Artemisa: café de día, cóctel de noche Coctelería

Artemisa: café de día, cóctel de noche

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Loreto Santibáñez
Por : Loreto Santibáñez Editora de Agenda País, Revista Jengibre y Braga.
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Un concepto pionero que fusiona el café de especialidad con la coctelería de autor, es el que propone Artemisa Coffee & Cocktail Bar. Con una carta bien pensada, diversa y experimental, los cócteles dialogan con una gastronomía diseñada para maridar con cada sorbo.


Muy cerca al Costanera Center, las fronteras entre el día y la noche, y el café y la coctelería, se diluyen en una propuesta donde todo se encuentra y conversa. Se llama Artemisa y abrió hace pocos meses como un Coffee Cocktail Bar, un concepto inédito que eleva el café de especialidad y la coctelería de autor a una experiencia sensorial integrada e innovadora.

Ubicado en Tajamar 287, Las Condes, Artemisa se despliega en dos dimensiones que conviven armónicamente: de 11:00 a 17:00, funciona como cafetería de especialidad con bollería artesanal, sandwiches, tostadas y platos reconfortantes. Pero desde las 17:00 horas, el espacio muta a bar y se convierte en un verdadero laboratorio líquido, donde el café alcanza nuevas dimensiones y los cócteles —con y sin grados de alcohol— exploran las nuevas tendencias y las bebidas más tradicionales.

Detrás de este concepto están dos nombres con oficio: Nadín Elías y Ricardo Guerrero, fundadores de Bar Academy Chile. Con más de dos décadas formando a bartenders, baristas y mixólogos en toda Latinoamérica, hoy canalizan todo ese conocimiento en Artemisa, un espacio donde la formación, la experimentación y el servicio se encuentran.

Porque e equipo de servicio es también el creativo: el chef es bartender y barista; la barra está compuesta por cuatro personas que colaboran con dos en cocina y dos baristas. El resultado es un servicio cercano, sin pretensiones, pero con detalle en lo que hacen.

Artemisa como inspiración

Lo que define a Artemisa es su visión integradora. Aquí, la coctelería, la gastronomía y la cafetería conversan, se cruzan, se nutren unas a otras. Las técnicas de mixología moderna —como el uso de rotavapor, ultrasonido o clarificaciones— no solo se aplican a los cócteles, sino también a la cocina. De hecho, los platos están inspirados en la carta líquida, con sabores que acompañan, elevan o contrastan con cada trago.

Como una declaración de principios, el lugar toma el nombre de la mitología griega, donde Artemisa era la diosa viajera, protectora de los bosques, los animales y los misterios. Protectora de lo puro, lo intuitivo y lo silvestre, era también símbolo de autonomía, fuerza y conexión con los ciclos naturales. En este cocktail bar, entonces, Artemisa representa la dualidad entre día y noche, lo racional y lo instintivo, lo sensorial y lo salvaje.

La carta líquida está compuesta por nueve cócteles de autor, divididos en tres sesiones de tres, que se renuevan estacionalmente. Destacan los llamados “Artemisados”, versiones creativas de clásicos como el Negroni, el Sour o el Old Fashioned. Todos con ingredientes de origen cuidado y que buscan sorprender sin perder el equilibrio.

Entre los más comentados están el Coffee Party (cold brew, licor 43, vermouth y Campari) y el Espresso Martini con Campari, una oda al café amargo y elegante. “Artemisa es la que susurra los sabores, y nosotros los interpretamos”, dicen sus creadores.

Gastronomía del cielo, el mar y la tierra

La carta gastronómica está pensada para compartir y explorar. Inspirada en el viaje de Artemisa, se organiza en platillos que representan el cielo, el mar y la tierra. La idea es ofrecer bocados sabrosos, simples, pero bien ejecutados, que acompañen con sentido cada cóctel.

Entre los destacados está la Tostada de Hummus, con pan de masa madre, hummus casero y crocante de garbanzos; la Mirada de Era, una pasta fresca rellena de zapallo, camote y nuez con aceite de salvia; y los Caprichos, postres para cucharear y compartir, como el Matchamizû de Zeus, versión de tiramisú con matcha, café y pistacho crocante.

Café con ciencia y emoción

El café no es solo un ingrediente: es protagonista. Las mezclas se rotan regularmente, tostadas por el reconocido Carlos Medina, y su uso va más allá de la taza. Artemisa cuenta con una máquina Amarzotto amarilla, símbolo de su preocupación técnica y estética, donde los baristas —también profesores de la academia— preparan filtrados y bases para coctelería con rigor y creatividad.

Además, el espacio funciona como una suerte de sala de clases para estudiantes de barismo y mixología, y se organizan eventos como los Coffee Party los fines de semana, donde el café y los cócteles se fusionan en clave experimental.

“Soñamos con un lugar donde se pudiera beber distinto, comer con sentido y experimentar sin pretensiones. Artemisa es exactamente eso”, dicen sus fundadores.Porque más que un bar, es una idea que evoluciona. Un refugio sensorial donde el sabor, la estética y la libertad conviven.

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