
Neuronaturaleza: lo que el senderismo le hace a tu cerebro y no sabías
Chile, con su geografía privilegiada, ofrece escenarios únicos para practicar senderismo: desde los bosques del sur hasta los cerros de la zona central. Es importante aprovechar estos espacios con respeto, conciencia y el equipo adecuado para cada nivel de aventura.
Más allá de fortalecer músculos o mejorar la resistencia, el senderismo activa procesos cerebrales que potencian la creatividad, la memoria y la regulación emocional. La neurociencia lo confirma, caminar por la naturaleza es una forma poderosa de cuidar la mente.
Creatividad y resolución de problemas
Caminar en la naturaleza despeja la mente y potencia la creatividad. Un estudio de las universidades de Utah y Kansas (Atchley et al., 2012) reveló que, tras varios días sin tecnología en entornos naturales, las personas mejoraron en un 50% su capacidad para resolver problemas creativos. Esto se debe al paso de una atención dirigida y demandante a una más suave y espontánea, ideal para generar nuevas ideas.
Según la Teoría de la Restauración de la Atención (ART), de los psicólogos Stephen y Rachel Kaplan, los entornos naturales ofrecen estímulos suaves pero envolventes —como el viento o el movimiento de las hojas— que permiten descansar la mente, reducir la fatiga mental y activar funciones como la introspección, la planificación y la creatividad.
Memoria y neuroplasticidad
El senderismo no solo entrena el cuerpo: también estimula el cerebro. Caminar en la naturaleza promueve la neurogénesis en el hipocampo, área clave para la memoria y el aprendizaje. Esto se debe a que el ejercicio físico moderado incrementa el flujo sanguíneo al cerebro y favorece la liberación de factores, que impulsa la creación de nuevas neuronas y conexiones sinápticas.
Además, los entornos naturales reducen el estrés oxidativo y la inflamación, dos procesos que afectan negativamente la salud cerebral. También mejoran las funciones de planificación, toma de decisiones y concentración, gracias a la menor exposición a estímulos artificiales y a la activación del “modo de atención suave”.
Regulación emocional y reducción del estrés
Caminar en la naturaleza también impacta positivamente en el estado de ánimo. Estudios muestran que reduce la actividad de la corteza prefrontal subgenual, área relacionada con la rumiación mental, como pensamientos negativos repetitivos ligados a la ansiedad y la depresión.
Un estudio de la Universidad de Stanford (Bratman et al., 2015) demostró que caminar en un entorno natural disminuye significativamente la actividad en esta zona cerebral, a diferencia de hacerlo en un entorno urbano. Además, se reducen los niveles de cortisol, la hormona del estrés y se reportan mejoras en el estado de ánimo y la satisfacción emocional. Todo indica que el senderismo ayuda activamente a regular las emociones y cuidar la salud mental.
Beneficios sociales y emocionales
Caminar acompañado también potencia el bienestar. Hacer senderismo en grupo reduce el aislamiento y estimula la liberación de oxitocina y endorfinas, hormonas vinculadas al placer, la confianza y el apego. Estas experiencias compartidas, libres de pantallas y ruido, fomentan la empatía, el sentido de pertenencia y la cooperación. Según Nature Human Behaviour, las actividades colectivas en espacios verdes fortalecen los vínculos y promueven comunidades más resilientes.
“Nos encanta que cada vez más gente se anime a hacer trekking, no solo como ejercicio, sino como una forma de conectar con la naturaleza y sentirse mejor en sus rutinas. Creemos que el outdoors es para todos: Tener equipamiento que genere confianza ayuda, ahora solo necesitas una buena excusa para hacerlo y el día del senderismo es el punto de partida ideal”, destacó Nicolás Pivcevic, Buisness Unit Manager de Columbia Chile.
Para la marca, el senderismo es más que ejercicio: es una forma de reconectar con uno mismo y la naturaleza. En esa línea, impulsa Hike Society, su comunidad global que promueve el senderismo como herramienta de bienestar, reuniendo a personas de todos los niveles para caminar, compartir y reconectar con la naturaleza. Estas rutas colectivas fortalecen el sentido de pertenencia, la conciencia ambiental y la salud mental.