
Estudio alerta sobre fuerte brecha entre vocación y reconocimiento laboral
A 4 de cada 10 trabajadores no les gusta lo que hacen y poco más de la mitad es feliz en su empleo. Los chilenos valoran el trabajo como una fuente de propósito en su vida, pero no trabajan en lo que quisieran.
En una época marcada por la búsqueda de sentido, el trabajo continúa siendo una de las dimensiones más importantes en la vida de las personas. Así lo reflejó el informe “Contexto Pluxee 2025”, que examina el vínculo entre empleo, identidad y bienestar integral.
Los hallazgos son contundentes: un 93% de los trabajadores considera esencial desempeñarse en algo que le guste, pero solo un 61% afirma hacerlo realmente, y apenas un 57% se declara feliz en su trabajo. Esta brecha entre expectativas y experiencia evidencia una desconexión que puede ser causa de desinterés, fatiga y desgaste en los ambientes laborales, de acuerdo a expertos, y un llamado de atención a los empleadores.
Según el estudio, 7 de cada 10 trabajadores dice que su empleo ha contribuido a su desarrollo personal más allá de lo profesional, y un 66% cree que aporta a la sociedad. Sin embargo, solo un 55% se siente valorado, y un 58% declara haber conseguido logros importantes en su vida laboral, con una baja respecto al informe anterior, especialmente en mujeres y en grandes empresas.
“La estrategia de bienestar no puede centrarse únicamente en beneficios tangibles. Se requiere una gestión más humana, con foco en el reconocimiento emocional, la vocación y la prevención de riesgos psicosociales”, enfatiza Natalia Arcaya, gerente de Marketing y Comunicaciones de Pluxee Chile.
El centro de estudios Espacio Público enfatizó recientemente que el empleo trasciende el objetivo de lograr ingresos y se ha convertido en una fuente de identidad individual y social; un espacio de realización.
Sin embargo, los datos del estudio “Contexto 2025” muestran hallazgos preocupantes: más de la mitad de las personas sigue considerando al trabajo como parte esencial de su identidad, pero esta percepción convive con sentimientos de desapego y ausencia de reconocimiento.
A fines del año pasado, la Organización Mundial de la Salud señaló que para prevenir los problemas de salud mental derivados del trabajo hay que gestionar los riesgos psicosociales en el propio lugar en que se ejerce, recomendando a los empleadores que implementen intervenciones institucionales para evaluar y mitigar riesgos.
También recomienda fortalecer las competencias encaminadas a que se reconozcan los problemas de salud mental, “en particular de las personas responsables de supervisar a otras”, lo que plantea un doble desafío para los cargos gerenciales y jefaturas.
Otra de las sugerencias de la OMS es la comunicación abierta y la escucha activa junto con capacitaciones dirigidas a las personas para que desarrollen aptitudes que les permitan gestionar el estrés, lo que da cuenta de la relevancia de la esfera laboral en la realización física y psicológica de las personas.
Las mujeres son más felices en su trabajo
El estudio de Pluxee arroja una brecha particularmente evidente en términos de reconocimiento emocional. Aunque las mujeres lideran la percepción de crecimiento personal gracias al trabajo (75% frente al 65% de los hombres), también identifican un deterioro en csu labor impacta positivamente a la sociedad. Aún más, el porcentaje de mujeres que dice trabajar en lo que le gusta va en descenso.
Paradójicamente, las mujeres siguen declarando ser más felices en sus empleos que los hombres. ¿Es resiliencia, autoexigencia o ambas cosas? Sea cual sea la interpretación, este hallazgo interpela con fuerza a las organizaciones: no se puede seguir descansando únicamente en el compromiso afectivo de las trabajadoras. Es urgente construir culturas laborales donde la realización personal, la escucha activa y la empatía sean parte del paisaje.
Organizaciones como ChileMujeres han visibilizado las desigualdades de género en el acceso a empleos de calidad, así como las brechas entre mujeres de distintos niveles socioeconómicos. En particular, han advertido que las mujeres de menores ingresos enfrentan serias dificultades para acceder al trabajo formal, debido a la ausencia de un sistema adecuado de apoyo y cuidado
El estudio abarcó a hombres y mujeres entre 25 y 70 años, laboralmente activos en relación dependiente, con contrato. Se estudiaron 420 casos en empresas micro, pequeñas, medianas y grandes. Las empresas medianas arrojaron mejores indicadores de bienestar subjetivo, pero al mismo tiempo reportaron mayores tasas de accidentes o enfermedades laborales. Por su parte, las grandes empresas retroceden en percepción de logros y propósitos, mostrando que el tamaño no garantiza una mejor experiencia laboral.