Sociedad
Créditos: El Mostrador.
Consumo de alcohol cae a mínimo histórico en Chile, pero persisten patrones de uso riesgoso
SENDA reveló que el consumo reciente de alcohol alcanzó su nivel más bajo desde 1994, aunque casi la mitad de quienes bebieron reportó episodios de embriaguez. El estudio también mostró una caída histórica en el uso de marihuana entre adolescentes y estabilidad en otras drogas ilícitas.
El consumo de alcohol en Chile cayó a su nivel más bajo desde que existen registros, mientras que el uso de marihuana entre adolescentes también alcanzó un mínimo histórico, según los resultados del 16° Estudio Nacional de Drogas en Población General (ENPG 2024), presentados el pasado jueves por el Senda.
Uno de los hallazgos centrales es la fuerte caída en el consumo reciente de alcohol. La proporción de personas que declaró haber bebido en el último mes bajó a 34,6%, frente al 39,2% registrado en 2022. Se trata del nivel más bajo desde el inicio de la medición en 1994, consolidando una reducción de 14 puntos porcentuales en la última década. La tendencia es especialmente marcada entre los grupos de 26 a 34 años (de 50,1% a 42,5%) y de 45 a 64 años (de 37% a 31,7%), que continúan siendo los segmentos con mayor uso.
Pese a esta baja general, el estudio muestra un patrón preocupante: el 47,2% de quienes consumieron alcohol reportó al menos un episodio de embriaguez en el último mes, definido como el consumo de cinco o más tragos en hombres y cuatro o más en mujeres, lo que evidencia que los hábitos de uso siguen siendo de riesgo.
El estudio también confirma que la percepción de riesgo asociada al consumo excesivo se mantiene alta. La mayoría de la población considera que beber cinco o más tragos diarios constituye una conducta riesgosa, una opinión que ha permanecido estable durante dos décadas y que en 2024 alcanzó su nivel más elevado, con 89,8%.
Drogas ilícitas: marihuana en mínimos históricos en adolescentes
En materia de drogas ilícitas, el consumo de marihuana cayó a su nivel más bajo entre adolescentes de 12 a 18 años, con una prevalencia de 2,4%. En la población general, el uso se mantuvo estable en 10,1%, pero acumula una disminución cercana al 30% desde 2016. Paralelamente, la percepción de riesgo asociada a esta sustancia aumentó a 44%, su punto más alto en una década.
El uso de otras drogas se mantuvo sin cambios relevantes: el consumo de cocaína se situó en 0,8% en el último año y el de pasta base en 0,3%, cifras similares a las del estudio anterior.