Opinión
Créditos: El Mostrador.
La salud sexual no tiene fecha de vencimiento
Hablar de salud sexual suele asociarse a la juventud, pero la evidencia demuestra que es un tema que atraviesa toda la vida. Así lo revela un reciente estudio presentado en el reportaje “La salud sexual no tiene edad” de El Mostrador, donde especialistas llaman a derribar los prejuicios y a reconocer que el deseo, el autocuidado y la necesidad de información acompañan a las personas desde la adolescencia hasta la vejez.
El estudio, impulsado por la Fundación Chile Positivo y apoyado por expertos en sexualidad y salud pública, muestra una realidad poco visible: la vida sexual se mantiene activa en todas las etapas, pero el acceso a información y atención integral sigue siendo limitado, especialmente entre personas mayores. Mientras los más jóvenes enfrentan altos niveles de desinformación y una percepción de riesgo decreciente frente al VIH, los adultos mayores cargan con el peso del tabú, la invisibilidad y la falta de espacios de conversación con los equipos de salud.
Los datos son elocuentes. Según Onusida, Chile registra un aumento del 35% en los nuevos diagnósticos de VIH en la última década. Las cifras del Ministerio de Salud para 2023 confirman que los grupos más afectados son los de entre 20 y 39 años, donde las tasas de infección alcanzan niveles preocupantes. Pero los especialistas advierten que el problema no se reduce a ese rango etario: también se han identificado casos crecientes en personas mayores de 50 años, muchas de las cuales no se perciben en riesgo y, por lo tanto, no se testean. En personas sobre 65 años, los casos de VIH suman más de 100 en los años 2023 y 2024, con 97 y 108 casos de hombres y mujeres, respectivamente, una cifra que evidencia que la epidemia también alcanza a este grupo etario tradicionalmente invisibilizado.
Necesitamos hablar de salud sexual sin fecha de caducidad. Hoy vemos jóvenes con poca información y adultos mayores que no se atreven a consultar. La falta de educación sexual integral y los estigmas asociados a la edad están generando brechas profundas en el acceso al autocuidado.
En un país donde solo el 39% de la población usa preservativo de manera constante, y donde el estigma sigue siendo una barrera para acceder a diagnóstico y tratamiento, hablar de salud sexual es hablar también de derechos, dignidad y bienestar.
- El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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