BRAGA
Crédtios: Foto de William Fortunato en Pexels
Desde la Dirección de Igualdad de Género de la Universidad de Chile se levantó una campaña que busca visibilizar la política de corresponsabilidad social. Esto en el marco de una realidad evidente: la sobrecarga de mujeres madres por quehaceres domésticos y de cuidado.
En marzo de este año, el Instituto Nacional de Estadística (INE) informó que la cifra de mujeres que no buscó trabajo por los cuidados domésticos aumentó a un 593% durante el peak de la pandemia. Por tanto, en 2020 fueron las mujeres quienes más vieron afectada su participación en el mundo del trabajo remunerado fuera del hogar para asumir tareas de cuidado de niños y niñas, labor que se vio incrementada por el cierre de jardines infantiles y escuelas.
A horas del levantamiento de datos del INE, desde la Dirección de Igualdad de Género de la Universidad de Chile se levantó la campaña #DerechoAlCuidado, la cual busca visibilizar la política de corresponsabilidad social en la conciliación de las responsabilidades y concientizar a la comunidad universitaria sobre la responsabilidad compartida que tienen en las labores de cuidado hombres y mujeres, así como también el Estado y las instituciones.
La directora de Igualdad de Género de la U. de Chile, Carmen Andrade, explica que “esta campaña apunta a educar y sensibilizar para que se comprenda que los cuidados de las personas son una responsabilidad de la sociedad, del Estado y sus instituciones, de las empresas, y de hombres y mujeres. Esto, por cierto, implica un profundo cambio cultural, porque históricamente se ha entendido que el cuidado es un rol de las mujeres y que se cumple de forma gratuita. Es urgente y necesario que esto cambie”.
Para la directora “el Estado, con todas sus instituciones, y también los empleadores tienen que ser responsables también en la corresponsabilidad de cuidados, esta es una tarea social y eso significa cosas tan concretas como ampliar las coberturas de los jardines infantiles y de las salas cunas públicas y de calidad, con horarios compatibles con las jornadas laborales”. Además, explica Andrade, esto “significa ampliar mucho más la cobertura de los centros de larga estadía para los adultos mayores y de los centros de atención diaria para adultos mayores”.
En el plano académico, la experta señala que el hecho que los trabajos de cuidado recaigan mayoritariamente en las mujeres repercute en su desarrollo universitario y laboral, “lo que contribuye a agudizar las ya existentes brechas profesionales y sociales entre hombres y mujeres”.
