BRAGA
Neruda en el libro “Confieso que he vivido”, narra que durante su tiempo como embajador en Ceilán (actualmente Sri Lanka), violó a una mujer de escasos recursos, razón por la cual diversas agrupaciones han alzado la voz en un llamado para no idolatrar personas que han ejercido violencia de género como si se tratara de un acto no reprochable solo por la época en la que ocurrió.
Esta semana se realizó el lanzamiento virtual de la última obra de la escritora nacional Isabel Allende: “Violeta”, una novela protagonizada por una mujer que atravesó dos pandemias, la primera en 1920 (gripe española) y la segunda en 2020 (Covid-19).
Sin embargo en la instancia, Allende realizó una petición a los grupos feministas en Chile, de no sabotear el trabajo del poeta chileno Pablo Neruda, quien ha sido fuertemente criticado desde hace algunos años, cuando diversas mujeres visibilizaron cómo él reconoció en sus memorias haber violado a una mujer y romantizado dicho crímen a través de su poesía.
La evidencia de aquello se encuentra en el libro “Confieso que he vivido”, allí narra que durante su tiempo como embajador en Ceilán (actualmente Sri Lanka), violó a una mujer de escasos recursos que trabaja limpiando la lata en que el escritor depositaba sus heces.
Concretamente Allende dijo, “lo más cuerdo sería que la historia se enseñe como se debe enseñar, no solo como la cuenta el vencedor, que suele ser el hombre blanco, sino como la cuentan los derrotados, las voces acalladas, que son las que hay que atraer a los textos de historia. Pero no se puede siempre eliminar aquellos símbolos que nos recuerdan ese pasado, sino revisar ese pasado”.
“Si en el caso de un artista como Neruda nos vamos a quedar con lo que hizo, revisemos su vida privada, pero no eliminemos todo, porque si no ningún títere queda con cabeza. No eliminemos la historia, vamos a revisarla para que se cuente como se debe contar”, comentó.
