BRAGA
Créditos: Foto de Ketut Subiyanto en Pexels
Es vital fomentar políticas que promuevan la corresponsabilidad, es un pilar fundamental para promover la participación laboral femenina y mejorar la calidad de los empleos reduciendo las brechas de género.
Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, las mujeres latinoamericanas y caribeñas dedican más del doble de horas que los hombres a responsabilidades domésticas y de cuidado no remunerado.
Esta brecha se intensifica en hogares con niños menores de 5 años, en cuyo caso llega a haber una diferencia de 33 horas semanales de trabajo. En este sentido, establecen que “la maternidad penaliza”, ya que, a su vez, la brecha de participación en el mercado laboral se dispara a 40 puntos.
Además, se establece que la maternidad sin corresponsabilidad, lleva a muchas a desempeñarse en cargos que permitan una mayor flexibilidad horaria, aumentando la tasa de trabajos a tiempo parcial, el autoempleo y el empleo informal.
El problema es que el sistema no está enfocado en hacer la cancha más pareja, estas elecciones esconden altos costos para las mujeres, como salarios más bajos, ausencia o menor calidad de coberturas de protección social, mayor inestabilidad laboral y peores perspectivas de desarrollo profesional o de carrera, obteniendo a cambio la tan buscada flexibilidad para lograr “conciliar” su vida laboral y familiar. Sin embargo, esto termina generando mucha frustración y desigualdad.
Según ONU mujeres, lo primordial en la situación actual del mundo es que las personas, independiente a su género, tengan oportunidades de desarrollo profesional, amparados en los acuerdos firmados en Beijing.
Una de las empresas que comenzó a incorporar las recomendaciones de la ONU es Kimberly-Clark, quienes han desarrollado programas como “Working Mom’s” para ofrecer alternativas de reinserción laboral a madres que hicieron una pausa en su carrera profesional para dedicarse a la crianza.
Esta iniciativa ofrece una oportunidad para que puedan compatibilizar a través de puestos temporales que cubren, por ejemplo, licencias por maternidad o salud. El objetivo es que estos puestos de reemplazo puedan convertirse en trabajos permanentes a medida que se abren nuevas posibilidades.
