BRAGA
iStockphoto/Jarretera
Según cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, en los países de esta región una de cada cuatro jóvenes contrajo matrimonio por primera vez o tuvo una unión antes de los 18 años, y de estas mujeres, la mayoría fueron madres antes de ser mayor de edad. Dentro del listado de países se encuentra Brasil y México, ocupando el quinto y octavo lugar respectivamente, según el Atlas Interactivo de Girls Not Brides.
El matrimonio temprano y el matrimonio forzado de menores de 18 años aún es una realidad en 22 países de América Latina y el Caribe. Esta práctica no ha variado en los últimos cinco años, y, al contrario, se ha normalizado, lo que ha afectado a millones de niñas y adolescentes que viven en esas regiones.
En un reciente informe emitido por el Comité de Expertas del Mecanismo de Seguimiento de la Convención de Belém do Pará, señala que en la situación de las uniones forzadas y tempranas no es tema en las agendas públicas, lo que muestra la indiferencia de los Estados para combatirlo.
Indicando que “América Latina y el Caribe se caracteriza por tener una mayor prevalencia de uniones informales, que son equivalentes al matrimonio en términos del impacto en las vidas de las niñas y adolescentes”.
Según cifras del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, en el Caribe y América Latina una de cada cuatro jóvenes contrajo matrimonio por primera vez o tuvo una unión antes de los 18 años, y de estas mujeres, la mayoría fueron madres antes de ser mayor de edad.
El organismo también señala que este 25 % de mujeres supera la tasa mundial de prevalencia de los matrimonios infantiles, que es de un 21%. Dentro del listado de países se encuentra Brasil y México, ocupando el quinto y octavo lugar respectivamente, según el Atlas Interactivo de Girls Not Brides.
Además, en 63% de los países de la región existen excepciones para que se puedan realizar matrimonios antes de la mayoría de edad, incluso, en algunos lugares la edad mínima puede llegar a los 13 años, con autorización judicial y de los padres.
El informe emitido por el Comité de Expertas también indica que los efectos psicológicos y físicos que producen estos matrimonios a las niñas y adolescentes son la limitación de su autonomía y tomas de decisiones, la carga del trabajo doméstico y de cuidado no remunerado, y la presencia de obstáculos al acceso a oportunidades y recursos.
