
Más acuerdos, menos juicios: el poder de los padres en la mediación familiar
Muchas madres y padres enfrentan con temor la idea de ir a mediación familiar. La perciben como un trámite más o, incluso, como una pérdida de tiempo. Sin embargo, este sistema ofrece una forma de construir soluciones más personalizadas, menos confrontacionales y centradas en el bienestar de los niños, niñas y adolescentes. También es un espacio donde las partes pueden hablar, negociar y llegar a consensos sin pasar por el estrés de un juicio.
La mediación es obligatoria en su realización, pero voluntaria en sus resultados. Y ahí radica su mayor virtud: permite que los acuerdos surjan del diálogo, no de la imposición ni de la presión que implica judicializar un conflicto. Es un proceso confidencial, guiado por un tercero neutral, el o la mediadora, que busca facilitar acuerdos justos, viables y duraderos en materias tan sensibles como la pensión de alimentos, el régimen de relación directa y regular (visitas), o el cuidado personal de los hijos. Son temas que, por ley, deben pasar primero por mediación antes de llegar a tribunales.
No obstante, existen materias excluidas de la mediación, como la violencia intrafamiliar, el divorcio o la vulneración de derechos.
Una de las grandes ventajas de la mediación es que ayuda a descongestionar los tribunales de familia, que hoy enfrentan una sobrecarga evidente. Según la Cuenta Pública del Poder Judicial, solo en el primer semestre de 2024, los Juzgados de Familia en Chile recibieron 884.001 causas. Muchas de ellas podrían haberse resuelto extrajudicialmente si existiera una mayor cultura del acuerdo y una valoración más profunda de este espacio.
Desde mi experiencia como abogada que litiga causas de familia, he observado que la mayoría de los casos que llegan a tribunales no terminan en juicio, sino en conciliaciones. Es decir, acuerdos que se logran no en un centro de mediación, sino en la antesala de un tribunal previo a una audiencia. Entonces, ¿por qué no promover desde un inicio estos acuerdos en un ambiente con menos tensión?
Recomendaciones para que una mediación sea efectiva
Llegar a una mediación con una preparación basada en el conocimiento facilita acuerdos más rápidos, realistas y ajustados a las necesidades concretas de cada familia. Porque cuando se llega con claridad, es más fácil construir desde el consenso. Por ello, una asesoría jurídica previa puede ayudar a conocer los límites legales y los márgenes de flexibilidad, fortaleciendo la participación activa de las partes y asegurando acuerdos justos y duraderos que prioricen el bienestar de los niños, niñas y adolescentes.
La mediación es una oportunidad concreta para que madres y padres asuman un rol activo en la resolución de sus conflictos, evitando que sea un juez quien tome decisiones por ellos. Informarse, participar con disposición y aprovechar este espacio puede marcar una diferencia significativa en la vida familiar. Confiar en la mediación no es renunciar a tus derechos, sino ejercerlos desde el diálogo
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