El estudio estadounidense de animación en stop motion Laika, es uno de los grandes invitados del sexto Festival Chilemonos, que le rendirán un homenaje a los diez años de trayectoria de la productora donde se exhibirán sus cuatro películas. Mark Shapiro, coordinador de marketing del estudio, presentó a niños de colegios públicos de la RM, “Kubo y la Búsqueda del Samurai”, la producción más reciente de Laika y calificó en la ocasión a la animación chilena como “hermosamente llena de color y con una buena historia”.
Una sala de cine llena de niños de colegios municipales de Huechuraba, La Granja, Macul y Recoleta que pudieron disfrutar este martes 9 de mayo de una función especial de la más reciente película en stop motion del estudio Laika, Kubo y la Búsqueda del Samurai en la actividad “Al Cine con el Director”, que marcó el inicio del Festival Chilemonos.
El gestor de estrategias de marketing de Estudios Laika, Mark Shapiro que coordina la identidad corporativa de la productora y los largometrajes de la compañía desde su arribo en 2007, estuvo presente en es esta función y trajo consigo figuras originales usadas en las animaciones del estudio como Coraline (Coraline y la puerta Secreta) y Norman (ParaNorman).
Shapiro presentó la película a los estudiantes y luego habló con la prensa acerca del trabajo que viene realizando el estudio en los últimos diez años. Laika ha estado nominado a los Premios Óscar por cada una de sus películas de animación, debido a su trabajo minucioso con marionetas y el detalle en cada una de sus obras. La fantasía y el contenido plasmado en los largometrajes han conquistado el público con un trabajo que permite que la productora se destaque y se imponga a gigantes de la industria de animación como Disney, Pixar y BlueSky.
“Somos distintos porque hacemos animaciones completamente con muñecos y escenarios que movemos en hasta veinticuatro fotografías por segundo. Entonces todo debe ser construido antes que empecemos el rodaje y vamos moviendo el escenario y los personajes manualmente y esto es lo que nos diferencia de trabajo de otros estudios”, señala Shapiro.
Acerca de las cintas que componen las producciones de Laika, se puede encontrar un contenido diferenciado en la historia, que le agrega una marca registrada del estudio, no sólo en términos de animación, sino que también de storytelling. Temas familiares son la estrategia para cautivar el público explica Shapiro.
“Dos de nuestras películas son basadas en libros (Coraline y The Boxtrolls), las restantes son originales. En cada animación contamos una aventura que se pasa en un ambiente muy distinto del anterior, pero lo que las historias tienen en común es que muestran una relación cercana con la familia, la importancia de los valores familiares. Cada personaje va en su propia aventura épica y vive experiencias que están relacionadas con el amor a su hogar y a su familia”.
The Boxtrolls (2014) es una de las películas de Laika basada en la serie de libros homónima de Alan Snow.
Con relación a la animación producida en Chile, Shapiro destaca que ha participado en festivales como jurado donde tuvo la oportunidad de ver animaciones chilenas. Le tocó especialmente Historia de Un Oso pues participó en la comisión de un festival de animación que premió previamente el filme ganador del Oscar.
“He visto todo tipo de animación, 2D, 3D y stop motion y son hermosamente llenas de color y con una buena historia por lo que he visto en festivales. De hecho yo estaba en un jurado que premió Historia de Un Oso en uno de estos festivales. Yo me puse increíblemente emocionado no solo con la animación sino con la historia”, cuenta.
Coraline y la Puerta Secreta (2009) es la primera exitosa adaptación literaria en animación stop motion de la productora.
Se llevará a cabo también durante Chilemonos, una clase magistral a cargo de Shapiro, quien presentará en detalles la producción tras las cámaras de las cuatro películas rodadas por Laika: Coraline y la Puerta Secreta (2009), ParaNorman (2012), The Boxtrolls (2014) y su más reciente estreno, Kubo y la Búsqueda Samurái (2016).
“Voy hablar acerca de como nuestro trabajo ha evolucionado desde Coraline. Siempre hago la analogía de que nuestro estudio ha funcionado como una banda de músicos, primero nos familiarizamos con los integrantes y con los instrumentos musicales y conforme las películas iban avanzando uno se da cuenta que va trabajando mejor en colaboración y eso se percibe en el resultado final de nuestras producciones”.
