CULTURA
Exploró formatos como la videoinstalación, la intervención, el videoarte y la performance. Fue parte de la resistencia de los artistas a la dictadura militar, entre otros en el icónico colectivo CADA.
La destacada artista Lotty Rosenfeld falleció a los 77 años.
«Con profundo pesar nos enteramos del fallecimiento de la artista Lotty Rosenfeld. Cofundadora del colectivo CADA, desde sus grabados y el video arte su práctica artística fue un instrumento de compromiso social. Un abrazo a su hija Alejandra y al mundo de las artes visuales», comentó la ministra de Cultura, Consuelo Valdés.
«La comunidad universitaria despide con pesar a Lotty Rosenfeld, quien estudiara Artes Plásticas en nuestra Universidad, pero cuya obra fuera más allá, adentrándose en cruces artísticos con el videoarte y la instalación que la convirtieron en figura clave de la Escena de Avanzada», señaló por su parte la Universidad de Chile.
Nacida en Santiago, Chile, el 20 de junio de 1943, se formó en la Escuela de Artes Aplicadas de la Universidad de Chile, entre los años 1964 y 1968. Fue alumna de Florencia de Amesti, Eduardo Vilches y Kurt Herdan, según el sitio artistasvisualeschilenos.cl.
Entre otros premios, obtuvo Beca de la Fundación Andes (1993), el Premio Anual del Círculo de Críticos de Arte, Mención Gráfica, Chile (1995), el Premio Altazor Artes Visuales, Santiago, Chile (2001) y la Beca de la Fundación Ford (2001 y 2003).
Asimismo, el 2007 hubo un homenaje a Rosenfeld en Día de las Artes Visuales, por parte del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Rosenfeld exploró formatos como la videoinstalación, la intervención, el videoarte y la performance. Fue parte de la resistencia de los artistas a la dictadura militar.
El Colectivo de Acciones de Arte (CADA), creado en 1979, estuvo integrado por Rosenfeld, además del sociólogo Fernando Balcells, la escritora Diamela Eltit, el poeta Raúl Zurita y el artista visual Juan Castillo.
A pesar de su breve existencia, el CADA marcó un punto de inflexión en el desarrollo del arte chileno, «ya que en su accionar se materializa -aún cuando sea con ambivalencias- no sólo el viejo reclamo que busca derribar los muros que separan el quehacer del artista del quehacer del cuerpo social, como queda en evidencia cuando señalan, en uno de sus escritos: ‘cada hombre que trabaja por la ampliación, aunque sea mental, de sus espacios de vida, es un artista'», según señala el sitio Memoria Chilena de la Biblioteca Nacional.
«También marcan el momento en que se intenta pasar de la simple lógica de resistencia -como estrategia artística imperante hasta ese momento- a la reivindicación político-programática, propia de las vanguardias», añade.
