CULTURA
«Poblados de recorrido o cómo ingresé a las ciudades amuralladas zumbando» es el título de la pintura. Con esta obra, el autor regresa a la comuna de Ñuñoa, donde ya había realizado un trabajo en los años 80. El pintor además es parte de una muestra internacional itinerante que este mes fue inaugurada en Ecuador.
«Poblados de recorrido o cómo ingresé a las ciudades amuralladas zumbando» es el título de la pintura mural del artista visual Ciro Beltrán que será instalada en el metro Chile-España antes de fin de año.
El proyecto, de 30 metros de largo y 3.60 de alto, ha sido posible gracias al banco Santander, que no solo ha sostenido económicamente este proyecto, sino que además prestó una sucursal de atención al público ubicada en Agustinas 920, para la realización del mural, con presencia de público.
El mural fue realizado entre marzo 2019 y noviembre 2020, y será inaugurado en diciembre próximo. El pintor además es parte de una muestra internacional itinerante que este mes fue inaugurada en Ecuador, gracias al apoyo de la Cancillería.
La pintura mural que será instalada en el la estación de Metro fue realizada directamente en el formato final en una escala 1 a 1, sin una maqueta previa.
«Esta decisión la tomé porque quería que la obra terminada fuera una pintura en su estricto rigor, que contuviera los errores y sus soluciones potencializando las capas de color que se irían cubriendo unas a otras para generar transparencias y la atmosfera final ya que todo este proceso de pintura no es posible cuando simplemente se amplía una maqueta de menor tamaño», expresó el artista.
Este proceso requiere mayor tiempo de trabajo y significó casi dos años de trabajo.
«Existen bocetos preliminares y una pre maqueta de nueve metros de largo pero que no tiene ningún parecido directo a la obra final y solo fue realizada para interiorizarme en la obra final, que es una síntesis entre el antiguo Muro de Los Leones y mi pintura actual», agregó.
Fragmento del mural «Muro de Los Leones».
La zona aledaña a la actual estación Chile-España es bien conocida por el artista, ya que allí realizó una obra anterior, «Muro de Los Leones».
Es un área que se caracteriza por su tradición cultural. Cercana a plaza Ñuñoa y sus bares, donde también está el teatro de la Universidad Católica ha sido un lugar de encuentro de artistas y escritores.
Los nombres de las calles cercanas al metro tienen nombres de importantes poetas como Cervantes, Alonso de Ercilla, Espronceda y Núñez de Arce, además los países Holanda, Suecia y Chile-España.
Desde su creación el barrio tuvo este carácter artístico y multicultural porque además se han construidos templos religiosos católicos, protestantes, musulmanes, ortodoxos y un centro de cultura mapuche en Chile-España 555.
«En este barrio realicé un mural que abarcaba toda la calle Los Leones entre Sucre y Simón Bolívar, que ocupo ambas paredes: la oriente y poniente manteniéndose presente entre los años 1986 y 1998″, cuenta Beltrán.
Actualmente sólo existe el muro poniente, ya que al frente se construyó un supermercado.
«Desde este año 2017 y en relación a este proyecto para el Metro he vuelto a pintar el muro con imágenes similares a las de los años anteriores, manteniendo una continuidad formal y de contenido», explica.
El proyecto consiste básicamente en la propuesta de una pintura mural instalada en los espacios asignados para este fin dentro de las instalaciones del Metro correspondiente a la estación Chile-España.
«La iconografía del mural está relacionada con los motivos y formas elaborados en los últimos años dentro del desarrollo de mi pintura, siendo fundamentalmente en la iconografía la pintura mural llamada ‘Muro de Los Leones’, y agregando elementos que hablen de las relaciones culturales entre Chile y España y la influencia de los templos religiosos del sector».
Este proyecto mural llamado “Muro de Los Leones” fue parte del paisaje urbano de la comuna Ñuñoa de manera ininterrumpida por espacio de 12 años, en coincidencia con el movimiento mural de la ciudad de Santiago.
Beltrán cuenta que el “Muro de Los Leones” fue una iniciativa independiente, vinculada a la historia personal del artista en diálogo con el entorno y barrio. Durante esta época, hubo fragmentos que se mantuvieron y otros fueron remplazándose en el transcurso del tiempo.
Gracias a este proyecto, Beltrán fue convocado por curadores alemanes a ser parte de los artistas participantes en la exhibición fundamental y clave de finales de 1989 en Berlín, llamada «Cirugía plástica».
Beltrán explica el inicio de este proyecto:
“En el año 1986 las paredes de la ciudad de Santiago amanecían todos los días rayadas con consignas políticas y las mismas eran borradas constantemente por los empleados de las municipalidades. Así las paredes eran extensos muros llenos de color y en constante transformación, donde los colores más usados eran rojos y amarillos en base a tierras de color sobre el gris de las panderetas de cemento o los colores de las casas. Toda esta situación me inspiro a intervenir las panderetas de calle Los Leones», cuenta.
«Después de la primera acción saque rápidamente fotografías para tener un registro pensando que pronto seria borrado. Grande fue mi sorpresa al darme cuenta que no fue borrado ni tampoco intervenido con consignas, los gestos pictóricos fueron mantenidos y respetados por meses, lo que me dio la posibilidad de seguir trabajándolo por más tiempo hasta llegar a cubrir la superficie completa de estas panderetas”.
Este proyecto de pintura mural para la futura Estación Chile-España del Metro de Santiago revive un trabajo referencial e histórico del artista , el cual permanece en la memoria de los transeúntes y vecinos que convivieron con estas imágenes por más de una década en la comuna de Ñuñoa.
Desde el punto de vista netamente artístico pictórico, existe una reconocida influencia de la pintura informalista abstracta española en el trabajo de Beltrán, sobre todo en la época en que pinta el “Muro de Los Leones”.
Esta influencia se nota sobre todo en el uso de arena y fuertes texturas en sus telas, motivo por el cual, también le interesaba las texturas de los muros callejeros. Durante la época que el artista inició este trabajo, a mediados de los 80, regresaba del exilio a Chile el pintor José Balmes, una figura baluarte que representa un puente entre el arte chileno y el español. Balmes, quien recibió una gran influencia del artista catalán Antoni Tapies, considerado como uno de los más importantes artistas españoles del siglo XX, en compañía también de los pintores Rafael Canogar, Manolo Millares y Antonio Saura, fueron integrantes del grupo artístico El Paso.
Por todas estas razones, además de las relaciones directas de influencia y desarrollo artístico entre España y Chile, y por la presencia histórica reciente del trabajo de Beltrán en el barrio donde se construye la futura Estación Chile-España del Metro de Santiago, para los gestores del nuevo proyecto era clave que el aporte de esta figura nacional pueda hacerse realidad en esta estación simbólica.
Finalmente, Beltrán también es parte de la exhibición internacional «Los Dominios Perdidos» que se inauguró en marzo del 2019 en el MAVI en Santiago, con unos 12 mil vistantes. Esta muestra tenía una itinerancia por tres países (Ecuador, Paraguay y Argentina), pero se suspendió y aplazó por el coronavirus.
Sin embargo, logró ser inaugurada en Guayaquil el pasado el 11 de noviembre en el Museo Nahim Isaías, con la presencia del cónsul de Chile en Guayaquil, Manuel García Rey-Coll. Luego de ser pospuesta por la emergencia de la pandemia en marzo del presente año 2020, las obras han podido ser instaladas para re-abrir al público con esta exposición las salas del Nahim Isaías.
Con la curatoría de Dermis León (Curatorial Bureau), la muestra reúne a 25 artistas que constituyen una generación clave para entender el arte chileno post-dictadura.
La muestra presenta obras recientes, además de Beltrán, de las y los artistas Carlos Araya ‘Carlanga’, Rodrigo Cabezas, Arturo Duclos, Coco Gonzalez Lohse, Klaudia Kemper, Sebastián Leyton, Claudia Peña, Malu Stewart, Mario Soro, Bruna Truffa, Marcela Trujillo, Kiko Zamudio y Paula Zegers. Incluye a dos artistas invitados/as, Víctor Hugo Bravo y Alicia Villarreal, más una selección de obras pertenecientes a la Colección del MAVI de Samy Benmayor, Bororo, Gonzalo Díaz, Pablo Domínguez, Omar Gatica, Pancha Núñez, Rodolfo Opazo, Francisco Smythe y Jorge Tacla.
La mayoría de los/las artistas participantes se formaron en las aulas universitarias con la ausencia de una generación de recambio definida precedente. Esta generación formaría parte de la Revuelta Vitalista, un movimiento heterogéneo de artistas que cuestionaría la realidad tomando otros derroteros de radicalidad en su actitud de vida.
La exposición tiene como objetivo relacionar a nivel discursivo los aportes a la escena local de estos/as artistas, por lo que incluye desde obras puntuales de la década de los 80s y 90s del siglo pasado pertenecientes a la Colección del MAVI hasta la producción más reciente de sus protagonistas.
A partir del juego y la imagen evocativa, la exhibición se divide en áreas de confluencias relacionales, que juntan conceptos de época, testimonios, material gráfico, audiovisual y obras.
Se presenta dentro del espacio de exhibición la serie de 15 documentales breves realizados por Klaudia Kemper (proyecto Fondart), donde prima la voz de cada uno de los 14 artistas, la curadora y el coordinador Coco González. Se incluye además una pieza audiovisual encargada especialmente para esta muestra a Luis Navarro.
La exhibición, así como el proyecto editorial y audiovisual, han sido posibles gracias a Fondart, Ley de Donaciones Culturales y Espacio O.
