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Director de censurado documental sobre Pablo Milanés que exhibe In Edit destacó su sentido crítico

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Marco Fajardo Caballero
Por : Marco Fajardo Caballero Periodista de ciencia, cultura y medio ambiente de El Mostrador
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La cinta no sólo cuenta con los testimonios de parientes y amigos, sino de las cinco mujeres que tuvo y de colegas de enorme talla como Chico Buarque, Omara Portuondo, Silvio Rodríguez, Fito Páez, Joaquín Sabina y Joan Manuel Serrat.


El jueves comenzó una nueva edición del Festival Internacional de Cine y Documental Musical (In-Edit) y una de las películas a exhibir es “Para vivir, el implacable tiempo de Pablo Milanés”, dirigida por Fabien Pisani (La Habana, 1971), hijo adoptivo del trovador.

La cinta recorre la trayectoria del emblemático trovador (1943-2022) y fue rechazada por el festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, según denunció públicamente su director este mes, aunque sí pudo mostrarse en DOCNYC, Mar del Plata, Morelia y Sheffield Doc Fest.

La cinta no sólo cuenta con los testimonios de parientes y amigos, sino de las cinco mujeres que tuvo y de colegas de enorme talla como Chico Buarque, Harry Belafonte, Omara Portuondo, Silvio Rodríguez, Chucho Valdés, Fito Páez, Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Ana Belén y el escritor Pedro Juan Gutiérrez.

La cinta se exhibirá este 8 de diciembre, a las 18:30 horas, en el Teatro Nescafé de las Artes.

– ¿Cuando tuviste la idea de hacer este documental?

– Decidí hacer el documental en el 2009. Yo pensaba que el hecho de ser su hijo no me daba derecho a contar su historia pero dos amigos cercanos me convencieron de lo contrario. A mi padre no le interesaba mucho ni su posteridad, ni cómo sería contada su historia. De hecho tuvo muchas propuestas de documentales sobre él que rechazó. Y nunca se preocupó por organizar sus archivos personales.

Cuando le conté lo que quería hacer aceptó un poco a regañadientes, más por amor que por entusiasmo inicial. Terminó enganchándose cuando se dio cuenta que me interesaba hablar de la historia de Cuba y de su generación: la generación de mis padres y de los padres de mis amigos, la generación que sin mucha gloria apostó y pagó por el sueño de un mundo mejor.

Lo más complicado fue conseguir financiamiento, en especial por la crisis económica de 2008. Intenté levantar fondos en Chile, España y Francia sin éxito. Cuando me mudé a México en 2018 uní fuerzas con dos productores que se entusiasmaron con el proyecto y con quienes presentamos la película al fondo nacional de apoyo al cine (EFICINE).

A nivel creativo, el reto fue hallar el balance entre la historia íntima de mi padre y la historia de su tiempo, además de definir mi rol y distancia como director.

Más que una colaboración, lo que logramos a nivel institucional en Cuba fue negociar con el ICAIC (Instituto del Cine Cubano) y la televisión, principalmente para la licencia de la mayoría de los archivos.

Milanés trabajó desde niño como artista. Crédito: Imagen del documental.

– Hay gran cantidad de material de archivo. ¿Donde lo obtuviste?

– Los obtuve mayoritariamente en instituciones cubanas y en la familia. Fue complicado porque los archivos en Cuba están muy desorganizados y en un estado paupérrimo. Me hubiera gustado trabajar con archivos en Latinoamérica, España y Estados Unidos pero nunca contamos con los recursos necesarios.

Tuve la suerte de trabajar con la editora Clementina Mantellini que tuvo un rol clave en el trabajo de selección de los archivos. Clementina tiene una curiosidad y una mirada muy finas para encontrar la imagen idónea.

Crédito: imagen del documental.

– Pablo tenía un enorme repertorio musical. ¿Cuál fue el criterio de selección de las canciones que aparecen en la película?

– La selección fue un proceso bastante intuitivo. Claro que había temas que quisimos ‘comentar’ a partir de canciones muy específicas suyas, pero el proceso de selección tuvo mucho que ver con la manera en que el recorrido vital de Pablo fue tejiéndose en la edición. Y naturalmente estuvo marcada por mi experiencia íntima: las canciones que más me tocan y hablan son las que compuso cuando vivimos juntos.

Empezó tocando piano, pero en la adolescencia se enamoró de la guitarra. Crédito: imagen del documental.

– La película tiene gran intimidad. Entiendo que la lograste por ser tu padre adoptivo, ¿es así? ¿Qué recuerdo tienes de él como hijo?

– Pablo y mi madre se enamoraron cuando yo tenía dos años y vivimos juntos durante los siguientes 16 años. Luego ellos se separaron pero él y yo seguimos siendo padre e hijo hasta el final.

Mi recuerdo tal vez más antiguo, mi primer recuerdo vívido y consciente, fue durante una crisis intensa de otitis a los 2 o 3 años. Recuerdo estar en sus brazos durante casi toda una noche y él y mi madre desesperados y paseándome por toda la casa.

El recuerdo más importante que tengo de él es la constancia de su amor, siempre presente.

La familia era clave para el trovador. Crédito: imagen del documental.

– Por la película desfilan gran cantidad de artistas de gran calibre, pero también hablan las mujeres del artista. ¿Cómo los y las conseguiste?

– Fue sencillo porque el criterio fue entrevistar a amigos cercanos. El fue una persona muy querida y todos aceptaron participar con entusiasmo.

Con relación a la participación de sus mujeres y en general de la familia, eso no formaba parte del plan inicial. Por suerte me di cuenta a tiempo que las cinco mujeres con las que compartió su vida estaban todas vivas y que sería una tontería no invitarlas a participar. Sobre todo teniendo en cuenta la importancia que tuvieron en su vida y en su obra, y no solo por las canciones que a las cinco les dedicó.

“Para vivir” es en última instancia una película sobre el amor, en todas sus formas: la pareja, la familia -asumida incluso más allá de la sangre-, la música, Cuba y la amistad, que era para él casi una religión.

El director Fabien Pisani.

– Pablo se declara revolucionario, pero siempre tuvo problemas con el gobierno. ¿A qué lo atribuyes?

– Él lo dice muy claramente en la película: desde niño desarrolló un sentido muy profundo de la libertad, influído en parte por el lugar donde nació, Bayamo, cuna de la lucha por la independencia, la idea de la nación, lo criollo y el orgullo de ser cubano. En su infancia, su padre le contaba y le leía historias que reforzaban ese orgullo de ser bayamés y de ser libre.

Más tarde, comenzó a trabajar desde muy joven como cantante en clubes y cabarets de la Habana; estoy seguro de que ese entorno también marcó su sensibilidad, su manera de mirar al ser humano y su comprensión de la libertad individual. Su paso por los campos de concentración de la UMAP con solo 20 años puso a prueba todo eso y le dió un sentido más claro.

Sus conflictos con el gobierno surgen, en primer lugar, de esa independencia de carácter y de su rechazo a relacionarse con el poder desde la complacencia. Con el tiempo, la tensión aumentó porque percibió que muchas decisiones oficiales se alejaban del espíritu de transformación social en el que había creído de joven. A partir de ahí, su postura crítica, quizás más ética que política, lo colocó en una posición incómoda frente a las autoridades y marcó la relación tensa que mantuvo con el gobierno.

Crédito: imagen del documental.

– Este documental fue rechazado por el Festival de La Habana. ¿Cómo lo explicas?

– Los festivales grandes reciben cientos sino miles de películas cada año y es normal que rechacen la mayoría. La respuesta que recibimos del Festival de La Habana fue una respuesta genérica así que solo puedo conjeturar. Puede ser que no apreciaran el documental en términos estrictamente cinematográficos, aunque el recorrido internacional de la película sugiere otra cosa.

Sin embargo “Para vivir” ha tenido un recorrido estelar por festivales internacionales de primer orden lo cual nos hace pensar que la razón debió haber sido otra.

Creo que, tratándose de un artista de la dimensión de Pablo, debieron seleccionarla e incluso considerarla para la apertura o clausura del festival. Fue, como mínimo, un grave error de cálculo. Y, en general, revela una incapacidad de asumir su propia historia. Sobre todo teniendo en cuenta su rol como compositor de muchas bandas sonoras del cine cubano. Lo más cruel y burdo es haber impedido ese encuentro del público cubano con una historia que le pertenece y que espera.

Milanés falleció por un cáncer en 2022 en Madrid. Crédito: imagen del documental.

– ¿Cuáles son tus expectativas del festival In Edit?

– No conozco Chile aunque hace años que tengo muchos deseos de ir. Yo estaba convencido de que iría con “Para vivir” pero por lo pronto no me han invitado.

Mi expectativa principal es el encuentro de la película con el público chileno, uno de los públicos más fieles que tuvo mi padre y con el que tuvo una relación muy visceral. Me hubiera encantado estar allí para presentarla y conversar sobre ella. Ojalá surja otra oportunidad pronto.

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