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Monumento a la improvisación: la licitación para levantar una estatua a Gabriela Mistral CULTURA|OPINIÓN Crédito: MOP

Monumento a la improvisación: la licitación para levantar una estatua a Gabriela Mistral

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Óscar Plandiura
Por : Óscar Plandiura Escultor, licenciado en Artes de la U. de Chile y maestro en piedra de la Escuela Nacional de Artesanos. Creador de la escultura de Víctor Jara
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Tendrá como resultado un predecible “nuevo mamarracho sobre un plinto”, en el ya deteriorado espacio público del centro de Santiago. Es nuevamente ningunear a la poeta.


El pasado 10 de junio, el gobierno de Gabriel Boric, en el contexto del anuncio de reinstalar el monumento al general Manuel Baquedano en su lugar de origen, convocó de forma improvisada y a toda prisa un concurso público “exprés”, para que en sólo seis meses se pueda instalar, en el mismo sector, una escultura a Gabriela Mistral.

De esta manera, la nueva obra pasaría a formar parte de un circuito de varios monumentos que coexisten en la llamada “zona cero”. Un lugar donde conviven, pero también se contradicen, “plaza Italia”, “plaza Baquedano” o “plaza Dignidad”, aunque a esta última ya nadie se atreva a llamarla por este nombre.

En este lugar, ya definido por las autoridades, se emplazan, en la cabecera norte del parque Bustamante, el monumento ecuestre a Manuel Rodríguez, obra de la escultora chilena Blanca Merino, donde se inicia Providencia; el monumento a “José Manuel Balmaceda”, del escultor y Premio Nacional de Arte Samuel Román; hacia el sector del puente Pío Nono se encuentra el monumento al “Genio de la Libertad”, donado por la colonia italiana, y donde comienza el Parque Forestal, se emplaza la monumental Fuente Alemana, donada, pero esta vez, por la colonia germana. Finalmente, el circuito escultórico que acompañará a Gabriela Mistral, corresponde al polémico monumento al general Manuel Baquedano, montado sobre su caballo Diamante, obra del escultor Virginio Arias.

Es importante contrastar los seis meses de plazo, estipulado en las bases de la licitación para realizar el monumento a Gabriela Mistral, con el tiempo que se necesitó para ejecutar cada una de las esculturas antes descritas. Un periodo que se prolongó por varios años de intenso trabajo, en que se realizaron infinidad de estudios, bocetos y dibujos para que luego, con la llegada de un equipo de escultores de distintas especialidades, se modelaran en arcilla las ideas previamente definidas. Más adelante, otro equipo de expertos se dio a la tarea de realizar los moldes en yeso, para finalmente iniciar el lento proceso de fundición en bronce.

Agreguemos, a lo anterior, la participación de expertos talladores en piedra, responsables de la ejecución de los plintos o bases que sirvieron de soporte para las esculturas.

Sin embargo, esta joven generación que nos gobierna, poseída por un apetito insaciable por cambiar las cosas, pareciera desconocer todo lo anterior, ignorando que un monumento público, como el que merece la primera y única mujer latinoamericana en ganar el premio Nobel de Literatura, se crea y modela a fuego lento. Se trata de un proceso complejo y sensible que debiera demandar años de trabajo para un artista serio y responsable.

Como vemos, resulta indiscutible que se debió tener presente una mejor planificación, y entregar al artista responsable de ejecutar la obra, no sólo los recursos económicos, sino también el tiempo necesario para obtener el resultado esperado.

Esta noble iniciativa de realizar este monumento a Gabriela Mistral, también es la oportunidad que tenemos los chilenos de resarcir una deuda histórica con la poeta.

¿Pero cuál sería la razón para afirmar lo anterior?

Gabriela siempre estuvo consciente del desprecio hacia ella. Aunque no fue generalizado, sí existió y se manifestó de diversas formas, especialmente en círculos intelectuales y políticos de su época.

Algunas de las razones de este resentimiento se centraron en su postura sobre el feminismo, su relación con la política, la controversia en torno a su vida personal, y su antimilitarismo, que junto a sus ideas sobre religión y educación, fueron consideradas subversivas por sectores conservadores de la sociedad chilena.

Estas y otras situaciones la llevaron a enfrentarse, entre otros personajes, a la docente y activista feminista Amanda Labarca, al poeta Pablo Neruda y al dos veces presidente Carlos Ibáñez del Campo.

Y por si todo lo anterior fuese poco, su soltería y su relación con otras mujeres fueron objeto de murmuraciones y críticas, especialmente en un contexto social donde se esperaba que las mujeres se casaran y tuvieran hijos. También se cuestionó su femineidad por su apariencia, su forma de vestir y su independencia. Y a pesar de su innegable reconocimiento internacional, se le excluyó de ciertos círculos intelectuales y sociales de Chile.

La negativa de Gabriela Mistral de recibir el premio Stalin, es el episodio que definitivamente termina de acrecentar el rechazo y las intrigas de parte de los sectores más radicales de la intelectualidad chilena de izquierda.

Conviene recordar que la poeta rechazó al premio debido a su profunda aversión a los regímenes totalitarios y su clara condena a los crímenes perpetrados por el dictador soviético, que la alejaban de cualquier posibilidad de recibirlo, a pesar de las innegables ganancias económicas que podría haber obtenido. Por otra parte, ya había asegurado su lugar en la historia con el Premio Nobel de Literatura.

El llamado a levantar un monumento a Gabriela Mistral, en tan sólo seis meses, con la clara intención de que el Presidente Gabriel Boric lo inaugure antes de que termine su mandato, es tan trascendente, que haberlo tomado a la ligera, como vemos se ha hecho, tendrá como resultado un predecible “nuevo mamarracho sobre un plinto” en el ya deteriorado espacio público del centro de Santiago. Es nuevamente ningunear a la poeta.

Como una última reflexión, podemos afirmar, sin exagerar, que al parecer las decisiones y acciones de ciertos grupos “anarco- feministas”, hoy desplegados en ministerios y demás oficinas públicas, son livianas e irrespetuosas y se han expresado también en la forma en cómo se ha realizado este llamado a “licitación exprés”, donde se manifiesta porfiadamente la insistencia en seguir perpetuando el deprecio a la figura de Gabriela Mistral.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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