CULTURA|OPINIÓN
Crédito: Cedida
Obra “Quiero ser una chica Almodóvar”: un homenaje a mujeres desinhibidas
Las chicas Almodóvar hispanas de la tensión actual, bailan su activismo selfie, sobre la pista de una disco muy diferente, pero hecha, al fin y al cabo, por un arquitecto. Las chilenas, lo hacen sobre la traza de aserrín de un circo pobre anclado en las grises ideas de los años 70.
Estas mujeres inolvidables son patrimonio de la cultura pop, como las pinturas de Warhol y las locomotoras de las sociedades estancadas. Viajan a contracorriente del machismo, sin prejuicios, irreparablemente modernas y están abiertas al cambio. Nacen así y no se pueden fabricar desde militancias lánguidas.
En la obra “Quiero ser una chica Almodóvar”, las actrices Antonia Santa María, Elvira López, Dindi Jane y Enzo Ferrada logran revitalizarlas, en el contexto de las escenas más gloriosas del caos del cineasta de Calzada de Calatrava.
Hay un homenaje a estas mujeres desinhibidas, siempre de maleta hecha. Es un entretenido tagadá kitsch de música en vivo y teatro, bajo la dirección de Álvaro Viguera, el guión de La Santa y la coreografía de Betania González.
Deseo, nostalgia y pasiones de una playlist con Luz Casal, Chavela Vargas, Los Panchos, Julieta Venegas y el Dúo Dinámico, en vivo y con una banda, al servicio de una reinterpretación chilena del universo fílmico del consagrado director de cine.
Es la hora reservada a una peluquería atronadora, de colores, donde después del desmadre, cabrá preguntarse si las mujeres de hoy, en este mundo de talibanes tierraplanistas, podrán ser aún esas chicas soñadas por Pedro.
La filmografía del director, aborda siempre la identidad. En ese sentido, nuestro país tiene graves problemas. No hemos podido dejar de ser una mala versión Bollywood de lo que vivió España, tras la muerte de Franco.
Las chicas Almodóvar hispanas de la tensión actual, bailan su activismo selfie, sobre la pista de una disco muy diferente, pero hecha, al fin y al cabo, por un arquitecto. Las chilenas, lo hacen sobre la traza de aserrín de un circo pobre anclado en las grises ideas de los años 70.
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