CULTURA
La académica del Departamento de Educación de la Universidad de Santiago, Constanza Herrera, sostuvo que el currículum escolar debe estar a la altura del debate sobre el tema. “No podemos esperar de los niños, niñas y jóvenes un firme rechazo a las violaciones a los derechos humanos y un fuerte compromiso con el rol ciudadano que les corresponde en la construcción de una sociedad democrática, si no somos capaces de superar el miedo que por mucho tiempo ha supuesto la formación política de los estudiantes y la recuperación de la memoria de nuestros pueblos”, señaló.
La académica de la Universidad de Santiago, Constanza Herrera Seda, dijo que el rechazo a un proyecto de ley sobre una asignatura de derechos humanos era una lamentable noticia, ya que “hubiese permitido avanzar en un desafío pendiente que existe en nuestro país”.
La Cámara de Diputadas y Diputados rechazó, en sesión ordinaria realizada el pasado día martes 5 de enero, el proyecto de ley que buscaba la creación de una asignatura escolar sobre derechos humanos y memoria.
La iniciativa no tuvo los votos suficientes para pasar a segundo trámite, consiguiendo solo 76 de los 89 votos que necesitaba para seguir su curso. Con este resultado, la iniciativa pasó a ser archivada y no podrá ser presentada en un periodo de, al menos, tres años.
“Paulatinamente los estudiantes han asumido una postura crítica acerca de la dimensión política de nuestra sociedad, lo que ha quedado reflejado no sólo en la investigación en educación, sino también en las diversas expresiones de los movimientos estudiantiles de las últimas décadas”, señaló la académica del Departamento de Educación de la USACH en una nota publicada por el sitio web de la entidad.
En esa misma línea, señaló que “el currículum escolar debe estar a la altura del debate que hoy están teniendo los estudiantes en las escuelas, promoviendo la comprensión profunda, el análisis sistemático, el diálogo abierto y la discusión fundamentada sobre los derechos humanos y la democracia en Chile”.
Y agregó: “Si como país estamos realmente comprometidos con una sociedad democrática, basada en el respeto y el buen vivir para todas las personas, debemos también comprometernos con una formación política sólida, sistemática y crítica”.
Por último, señaló que como sociedad no se puede esperar que los menores condenen actos que atenten contra los derechos humanos si no se supera la formación política que por años ha estado presente a las escuelas.
“No podemos esperar de los niños, niñas y jóvenes un firme rechazo a las violaciones a los derechos humanos y un fuerte compromiso con el rol ciudadano que les corresponde en la construcción de una sociedad democrática, si no somos capaces de superar el miedo que por mucho tiempo ha supuesto la formación política de los estudiantes y la recuperación de la memoria de nuestros pueblos”, finalizó.
