CULTURA
A dos años del inicio de la pandemia, investigadores, estudiantes y escolares han visto entorpecido el acceso a archivos a bibliotecas y archivos pertenecientes al Servicio Nacional del Patrimonio Cultural. Debido a esta situación, institutos, departamentos de historia y organizaciones argumentaron en una carta dirigida a la ministra de las Cultura, Julieta Brodsky, que la situación actual ha perjudicado a la cultura en general.
A través de una carta la Asociación Chilena de Historiadores, junto con los departamento de historia de 16 universidades, le solicitaron a la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio Julieta, Julieta Brodsky, y al director nacional (S) del Servicio del Patrimonio Cultural, Javier Díaz González, para exponer su preocupación por el acceso a las bibliotecas y archivos pertenecientes al Servicio Nacional del Patrimonio Cultural.
«Si bien, una vez finalizadas las cuarentenas y avanzado el proceso de vacunación, la mayor parte de las instituciones ha retomado sus funciones, la experiencia de las y los usuarios que han intentado continuar con sus investigaciones, acceder a los acervos y aprovechar los beneficios de estas instituciones culturales, han visto frustradas sus posibilidades», expresa la carta.
Desde el inicio de la pandemia en 2020 las bibliotecas y archivos han permanecido cerrados o recibiendo a un número reducido de personas, lo que ha perjudicado a investigadores, estudiantes universitarios y escolares que usualmente utilizan los recintos.
«Ante los más de dos años de esta realidad, creemos que es importante impulsar soluciones que permitan recuperar estos espacios, tal y como ha sucedido con otras instituciones educativas y culturales en Chile», agregaron en la carta.
En el documento insistieron que la situación actual perjudica especialmente a los investigadores cuyo trabajo depende del acceso a los documentos, por lo que en afecta a la cultura en general.
«Este panorama afecta a la cultura en general, a las ciudadanas y los ciudadanos que no están pudiendo aprovechar, acceder ni participar del patrimonio nacional; disfrutar de la misión de estos acervos, encargados de promover el acceso a la información y el conocimiento. Por esto, resulta urgente impulsar efectivamente las medidas que permitan ampliar la apertura al público y el uso de la documentación, respondiendo a las funciones sociales que cumplen estas instituciones culturales», sostuvieron.
Finalmente, aseguraron que los institutos, facultades y organizaciones firmantes se ponen a disposición para contribuir a la solución de la compleja situación «que no solo perjudica a un grupo específico, sino que -como hemos señalado- nos involucran e interpelan como sociedad, limitando el acceso y la valoración de lugares que, históricamente, han constituido espacios de encuentro, diálogo y democratización».
